Capítulo 19

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Invité a Eugenia a merendar, literalmente ya no me quedaban uñas largas de los que me las había comido, pedí medias lunas y un submarino, introduje el trozo de chocolate en la leche caliente y lo revolví con una cuchara.
-¿Qué te pasa?-me confrontó de una-¿seguís enojada conmigo? Creí que ya estábamos bien..-tomó aire y soltó un suspiro- pero estas esquivándome Lali
-Yo..-también tomé aire y solté un suspiro, agarré mi teléfono celular y le puse play al video mostrándoselo a Eugenia.
-¡¿Qué?!-ella elevó el tono de voz-¡¿cómo?!
-Que pregunta eh-me reí nerviosa-¿forma natural?
Ella se quedó pensativa, evaluando, sabía que su cabeza era experta para atar cabos, no le llevó mucho tiempo suponer lo que había pasado.
-Mi hermano-abrió ampliamente sus ojos-¡no me contó nada! ¡Vos no me contaste nada!-hizo un escándalo, no paró de hablarme y cuestionarse el porqué no le conté.
-Tenía miedo Euge, vos más que nadie sabes que..
Me interrumpió.
-¿Estas bien? ¿Está bien?
-¿El bebé o Peter?
-¡El bebé! ¡Peter seguro esta bien! Tal vez en shock, pero va a recuperarse-esperó ansiosa mi respuesta.
-Esta bien.. Está muy bien por ahora-se me formó una sonrisa en los labios, era una de las primeras que me salían natural al hablar de mi bebé, el que por ahora estaba conmigo.
-Nada de por ahora, va a estar bien-Eugenia elevó sus cejas y asintió con la cabeza-vos, La... ¿Porqué no me contaste desde el principio? Sabes que te hubiese apoyado y acompañado, también mimado-elevó sus cejas, me tomó de las manos.
Sentí presión en mi pecho.
-No sabía si... No sabía si tenerlo, tenía miedo a sufrir, miedo a que la historia se repita de nuevo, y mi idea era...-hice silencio porque no podía seguir.
La cara de Eugenia cambió repentinamente, se volvió seria.
-Decime que no es lo que estoy pensando
-No es lo que estas pensando-repetí exactamente lo que ella quería escuchar, pero como se me quebró la voz supo que le estaba mintiendo-¡vos no me entendes!
-¡¿Pensabas hacerlo boluda?! ¡¿Y mi hermano?! ¡¿Estaba de acuerdo?!
-Nnn.. No lo sabía-me confesé, se me llenaron los ojos de lágrimas- no te pongas mal, decidí no hacerlo, por ahora marcha todo bien..
-¡Sos una hija de puta! Me lo ocultaste porque se trataba de mi hermano y él tampoco lo sabía, ¿cuando se enteró del bebé?
-Ayer-la presión en mi pecho aumento, mi angustia.
-¡Sos increíble!-Eugenia levantó las manos en el aire-¿vas a contarle a Peter tu "plan" inicial?-me miró mal, hizo una pausa y soltó un suspiro- yo te recomiendo que si él te importa le digas la verdad, que seas transparente, porque si hay algo que mi hermano odia es arrancar una relación con secretos
-Voy a... Voy a procesar todo esto y voy a hablar con él-me mareé, de un momento a otro me sentí frágil, pero no se lo pensaba decir a Eugenia, estaba enojada conmigo, y con toda la razón del mundo.
-Lali te hablo enserio, hablá con él-ella se puso de pie y puso plata en la mesa- mejor me voy, no quiero decirte cosas hirientes, estoy decepcionada, MUY decepcionada
Ella se fue y me quedé sola, las lágrimas contenidas hasta ese momento se deslizaron por mi mejilla.
-¿Estas bien?-la mesera se preocupo- todo bien, solo estoy emocionada por algo-mentí- te pago todo-saqué plata de mi billetera y la puse en la mesa, agarré la de Eugenia para devolvérsela después.

Caminé hasta la parada de colectivos y tuve que esperar bastante hasta que llegó el mío, durante todo el viaje sentí un dolor de cabeza insoportable, tuve que bajarme antes porque me agarraron nauseas.
Me senté en el escalón de un departamento a descansar porque estaba agotada mentalmente.
Y me agarró pánico, entré en un ataque de pánico, tenía miedo de que mi bebé estuviese mal, porque me sentía pésimo, sabía que en cualquier momento me iba a desmayar, le mandé un audio a Peter y le hice señales a un policía para que me ayude, apoyé mi cabeza sobre la pared y cerré mis ojos, traté de regularizar mi respiración.

-Lali, La..-Peter me habló suave, me di cuenta de que no estaba en mi departamento, ¿donde carajo estaba?
Las paredes blancas, solo ver eso hizo que se me erizara la piel, sin hablar, sin preguntar, sin pensar en más que mi miedo me puse a llorar fuerte.
-Ey no pasó nada-Peter me miró con dulzura, trató de traerme calma- estas bien La, el bebé esta bien, nuestro bebé-esbozó una pequeña sonrisa.
¿Peter estaba feliz?
Recobré el aire que me estaba faltando y cerré mis ojos agotada.
-Todo esta bien Mariana-la persona que me atendió en la guardia me pidió que me cuidara bien, revisó mis valores y seguía con algo de anemia.
Salí del consultorio y abracé fuertemente a Peter, fue muy fuerte despertar como una de las tantas veces que pasé antes, despertar de un desmayo y estar en el hospital, pero esta vez no me dieron una mala noticia, esta vez nada malo le pasó a mi bebé.
Peter me hizo caricias en el pelo y no me habló, dejó que termine de descargarme emocionalmente, otra vez lloré y me acompañó hasta su auto, nos sentamos en los asientos y besó mi frente.
Le hice una caricia suave en la cara y rozó su nariz con la mía.
-Todo esta bien La, estas conmigo, no estas sola, estamos juntos-enfatizó en el juntos, sus palabras me emocionaron y otra vez me di cuenta mi estado de fragilidad, odiaba ser frágil.
Nos abrazamos fuertemente y tomé aire, solté un suspiro, Peter puso en marcha el motor de su auto y nos fuimos juntos.
Puse música en la radio para distraerme, una vez en mi edificio me senté en el sillón y prendí la tele, para no seguir poniéndome mal puse un canal infantil, Peter me trajo una taza de té con algo para comer, no me di cuenta, ya era el mediodía.
-¿Pasó algo en particular que te desmayaste? ¿O solo te sentiste mal?
La cuestión: hablar o no hablar.
Tampoco quería hecharle la culpa a Eugenia, la persona que está sensible y hormonal soy yo, y es problema mío porque yo solita jodí todo, jodí mi relación con ella y también jodí el comienzo de lo que sea que tengo con Peter.
Se me formó un nudo en la garganta y terminé disparada, fui al baño por las malditas nauseas.
-Lali-Peter me habló preocupado.
-Solo necesito descansar-lo miré a los ojos cuando salí del baño, me sentía muy angustiada.
Tuve que avisar en mi trabajo que no podía ir, Peter dejó sus asuntos también de lado para cuidarme, para no dejarme sola.
Me quedé dormida y en mi cabeza lo último en lo que pensé fue en que sentía una culpa terrible.
Necesitaba hablar con Peter, necesitaba recomponer mi relación con Eugenia, pero por el otro lado ella fue demasiado dura conmigo, ella sabe acerca de todo mi dolor, solo quería "prevenir" eso, fue una decisión cobarde que por suerte no tomé, el miedo me hizo pensar en caliente y por poco actuar de manera impulsiva, pero acá estoy, recostada en la cama al lado del hombre que desde que reapareció en mi vida la hizo algo más linda.

Estúpido e ingenuo corazón cálidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora