Capítulo 16

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Lunes, saqué turno para ver como estaba mi embarazo, seguramente todo iba a estar mal, sin ninguna esperanza llegué al consultorio y me hicieron pasar, me revisaron, la señora que me atendió me hizo una ecografía, y ahí se veía una cosita ínfima, un puntito.
-Ahí está, ¡está bien!-me lo señaló- me atrevería a decir que estas de unas cuatro semanas, sacaste un turno con un nutricionista?
Me quedé estática, no podía sacar mi mirada de la pantalla.
-No... todavía no-volví a prestarle atención a la señora- hay algo.. tengo un historial de embarazos fallidos, perdí varios, y tengo miedo.. No quiero pasar por eso otra vez-me sinceré, me sentí triste, la señora notó mi fragilidad y me tuvo paciencia.
-Podes hacerte estudios más específicos, a ver si es un tema tuyo o de tu pareja
¿Problema de mi pareja? El problema siempre fue mío.
-No... La que no puede soy yo-suspiré- y ahora no estoy con mi pareja de ese entonces
-Entonces no perdés nada con hacerte los estudios, a lo mejor el que no podía tener hijos era él
-¿Puede pasar que los hombres sean infértiles? Nunca se me vino esa idea a la cabeza... Él nunca se hizo un estudio, intenté de todas las formas, hasta una inseminación in vitro
-Puede ser, ¡puede pasar! ¿Nunca hablaste con tu pareja de ese entonces?
-Nunca.. Nunca fuimos una pareja de mucho diálogo-tomé aire y solté un suspiro- gracias por todas las palabras y recomendaciones, ahora saco turno con un nutricionista y para otros estudios
La señora me saludó cálidamente, cuando salí del consultorio sentí una molestia en mi pecho, otra vez la puta angustia.
Fui hasta la recepción y saqué varios turnos, cuando abandoné la clínica compré algo para comer mientras caminaba al jardín de infantes, hoy iba a llegar más tarde.

-¡Hola La!-María me abrazó, yo fui abrazando a todas las maestras jardineras.
-¿Todo bien que llegaste algo más tarde?-Justina se interesó por mi respuesta.
-Tenía turno médico, igual lo avisé, estoy con algo de anemia-en eso último no mentí.
-Uyyy, que bajón boluda, ¡cuidate!-Delfina esbozó una pequeña sonrisa para animarme y me tomó de la mano.
Los nenes me vieron y se acercaron, me buscaban constantemente para jugar, yo no podía evitar sentir una felicidad absoluta cuando estaba con ellos.
La mañana transcurrió normal, solo que antes de salir del jardín me agarraron nauseas.
Me maquillé la cara para subirme al auto donde Peter estaba esperándome.
-¡Vamos!-le di la orden y él asintió con la cabeza.
Puse música pop en la radio y canté las letras de las que me sabía, antes de llegar tuve nauseas pero me contuve.
-¡Hola!-hice un saludo general a penas entré al comedor y fui directo al baño, varios minutos pasaron y salí cuando me sentí mejor.
-Tenes una carita-Mercedes me miró a los ojos mientras preparábamos la merienda-¿estas durmiendo bien?
-Más o menos, solo tuve un día complicado en el jardín-mentirosa.
-Haces demasiadas cosas Lali, venís casi todos los días de la semana, menos Sábado y Domingo, a lo mejor deberías descansar más, sé como sos, queres estar en todo-elevó sus cejas y me reí.
-Sí, es verdad, quiero estar en todo-terminé aceptándolo- pero lo hago por amor
-Sos muy amorosa, ¡una de las personas más amorosas que conozco! Pero también date amor a vos, cuidate-me dio una palmadita en el hombro y esbocé una pequeña sonrisa.
Peter terminó de preparar la chocolatada y lo vi hablar entusiasmado con los nenes, nunca se me cruzó por la cabeza detenerme a eso, observarlo bien.
Sí siempre supe que Eugenia quería es mamá joven, pero con Peter nunca tuvimos una conversación así, hasta el otro día, cuando habló de las familias en general, se veía muy lindo interactuando con nenes.
Él me miró desde lejos y me sonrió, yo también le sonreí, y como una idiota.

-¡Me gusta mucho ir al comedor!-Peter se puso a manejar con una sonrisa en su cara- son tan buenos, tan generosos todos...
-Lo son-solté un suspiro- son todos un encanto, y bueno, siempre la ayuda es bienvenida
-Eso amé, que me integraron desde el principio, aún después de la primera impresión que tuvieron de mi, cuando llegué tarde-se notaba tanto que todavía le avergonzaba recordar eso.
-¡Pero ahora llegamos a horario!-lo animé y lo miré de reojo en un semáforo, Peter acercó su rostro al mío y besó dulcemente mi mejilla, después volvió a poner atención al camino.
A penas llegué a mi departamento me saqué los zapatos y fui al baño a darme una ducha, me quedé ahí adentro por un tiempito para pensar, meditar muchas cosas.
Al salir me puse ropa de entre casa y me senté en el sillón para mirar algo, un programa de "solos y solas", la conductora intentaba unir de manera sentimental a distintas personas desesperadas por tener pareja, ¡que estupidez! Vi que se hacían una serie de preguntas en una cita televisada, ¿como sería relacionarse así? Tan expuestos..
La conductora invitó a una antigua pareja de una edición anterior, estaban casados y tenían dos mellizos.
-Wow, ¿crees en estas cosas?-Peter me miró de reojo y me quedé pensativa.
-Ya te lo dije, no creo más en el amor Juanpe, o por lo menos no es para mi
Él agarró el control remoto y puso el programa en mudo para captar mi atención.
-¿Ahora me vas a decir que vos sí crees en el amor? ¡Te casaste Peter! Sin estar enamorado... hiciste ese acto hermoso por lástima, todavía no puedo creer que lo hayas hecho-suspiré molesta.
-Lali soy un ser humano, y me equivoco, me equivoqué, no sabes lo mucho que lamento eso... Y sí lo admito, fui un cobarde que en su momento no enfrentó la realidad, lo que le estaba pasando, y ahora sí quiero hacerlo, no reprimirme más-me miró intensamente a los ojos- creo en el amor
El brillo de su mirada aceleró mi respiración, esto no podía estar pasando..
-No parece, si hiciste lo que hiciste..
-¿Podes dejar de pelearme? Me gustas Lali, me gustas mucho... Mucho...-volvió a repetir.
Me hizo una caricia en el pelo y automáticamente miré su boca, NO podía caer, y caí.
Besé sus labios de manera para nada delicada, lo besé con intensidad porque necesitaba eso, sentir mucha intensidad junta, pasión.
Terminé sentada sobre sus piernas mientras lo abrazaba y le dejaba besitos por el cuello, su respiración también se acelero, apartó un poquito su cara de mi y otra vez nos miramos.
La realidad era que Peter también me gustaba, pero estaba en mi fingir "demencia" y olvidarlo, tengo problemas muchos más serios ahora, y él también tiene los suyos, fusionar nuestras malas no sería bueno para ninguno de los dos.
Peter recorrió mi cara con los dedos de una de sus manos, después los pasó delicadamente sobre mis labios, chocó su frente con la mía y simplemente me abrazó, siempre dije que los abrazos son mágicos y te hacen olvidar de todo, y eso mismo pasó.
Nos quedamos por unos minutos así, escuchando la respiración del otro y él hizo que yo apoyara mi mano sobre su corazón, ¿cómo poner un límite si hace estas cosas?
Y acá lo tengo, a Juan Pedro Lanzani, que me dijo lo que gran parte de mi vida esperé, que le gusto y que creé en el amor... ¿A él le intereso lo suficiente como para que yo sea su compañera?
-Chiquita-él soltó un suspiro y besó mi frente al ver mis ojos llenos de lágrimas- lo que te lastimaron para que no puedas...-no lo dijo en voz alta- dame una oportunidad La, solo una
No pude decir nada, me quedé estática, congelada, me transformé en una estatua, en mi interior deseaba tanto poder vivir como una persona normal y no tener miedo a fallar, pero el miedo lamentablemente me paraliza.
-Yo...-¿hablar o no hablar?-yo...
-Vos, sí La, a vos te quiero-elevó sus cejas y me puse a llorar, sin entender exactamente porqué.

Estúpido e ingenuo corazón cálidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora