FILTER NIGHT || YOONMIN

『𝟶𝟸: 𝚊 𝚋𝚒𝚝 𝚘𝚏 𝚜𝚎𝚡』

Sintió como el ajeno tiraba de su cabellera para levantarle el mentón, haciendo que su espalda se encorve. La misma mano que lo sujetaba viajo hasta sus pómulos e interrumpió dentro de su cavidad bucal, empezando a embestir esta misma con sus dos dígitos. El menor entendió el mensaje y empezó a chuparlos mientras la saliva iba cayendo por su comisura. Cerro los ojos y se dejó guiar por la oleada de calor que lo recorrido.

Apoyo sus antebrazos en el colchón para arquear mejor su espalda y de esa manera levantar su cadera. Abrió un poco más las piernas para facilitarle el acceso al miembro que embestía su punto dulce, enloqueciéndolo. Movía sus caderas en dirección contraria al momento que sentía al ajeno separar su pelvis y retrocedía a la par que su acompañante se juntaba, dando en su próstata y derritiéndolo en jadeos. 

— M-más rápido~ —pidió entre sus gemidos, sintiendo como la mano que había estado paseando por su rostro bajaba por su pecho.  

Está misma se enroló en su miembro, empezando una estimulación con ayuda de la saliva que había votado.  Su ritmo aumentó al igual que el movimiento de la mano ajena en su falo, pero la necesidad que tenía no se lograba llenar. Sabía que era tomado por estrés y no por deseo, pero necesita aquella faceta de su amigo que siempre le entregaba al momento que abría sus piernas para engullir gustoso todo lo que él tenía para ofrecerle. 

— ¡M-más rápido! — grito el omega desesperado en busca de su orgasmo.

El alfa ya había sido dicho de uno y parecía estar cerca del segundo; en cambio, él no había logrado encontrar aquello que necesitaba. 

Sintió como el miembro ajeno se alejó de su entrada, dejándolo con las palabras en la boca y una gran contracción dolorosa. Fue tomado por la cintura y girado para quedar cara a cara.  Aquel chico tomó el tiempo de admirar la belleza de quien le suplicaba que lo llene nuevamente. Aprovecho el momento, bajando una de sus manos a su parte inferior. Con su dedo corazón acaricio todo el anillo anal del menor, jugando con su cordura metiendo y sacando la punta de su dígito.

Como amaba torturar a ese muchacho.

— De-detente, Taehyung. — reclamo mientras movía su cadera en búsqueda de aquello que estaba a tan solo centímetros.

— Vamos, ruega porque te la meta. — sonrió con malicia y se acercó a su oído para morder el lóbulo. — Suplica cuanto me deseas, Kitty. 

— En tus sueños. — el alfa vio como el cuerpo del más pequeño retrocedía para apoyarse en el respaldar de la cama, tomando asiento entre las almohadas.

Kitty separo sus piernas y pego sus rodillas a su pecho, conectando su mirada con la de Taehyung. Bajo su mano hasta su orificio inferior e introdujo dos de sus dedos pertenecientes a su diestra. Empezó con una serie de embestidas al ritmo que su cuerpo se exigía, deleitando al mayor con sus gemidos y el exquisito sonido que creaba el choque de su propia piel. Mordía sus labios y los succionaba, sacando la lengua de vez en cuando en búsqueda de provocarlo. Notaba la mirada de su compañero de trabajo iba tornándose más oscuras al igual que sus pupilas se iban dilatando, sus ojos habían dejado de verlo a la cara, enfocado en su totalidad a la forma en la que la entrada ajena tomaba aquellos dedos que la embestían sin pudor alguno.

Taehyung no digo nada, no le pidió su opinión. Tomo la muñeca de Kitty y tiro de ella, impidiéndole el auto placer. Quiso quejarse ante el atrevimiento, pero toda palabra fue callada al momento que el miembro del mayor volvió a embestirlo. Un grito de placer salió de sus labios mientras sentía como una mano empezaba apretar en su cuello.

Que delicioso era ser tomado de manera tan agresiva.

El agarre era lo suficiente fuerte para cortarle el aire, pero no para matarlo. El rubio disfrutaba el modo en la que se arriesgaba a ese tipo de actitudes, era adrenalina pura la sola idea de que con solo un poco más de presión perdería la vida. Incluir juguetes poco usuales también eran de sus favoritos cuando podía disfrutar con la persona que tenía en ese lugar. Era la única persona que sabía dónde darle para que pueda estar satisfecho.