『𝟸𝟼:𝚠𝚘𝚛𝚍𝚕𝚎𝚜𝚜 』

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Si había algo bueno en que Yoongi sea su casi algo de Jimin era que tenía la libertad de tomar sus cosas sin permiso porque sabía que lo máximo que podría ganarse del alfa sería que ruede sus ojos y no le quede de otra que consentirlo. No era como que se enojaba, en verdad a Yoongi le daba igual porque todo lo suyo era de su chico, pero aquello era arena de otro costal. Para el omega no había mucho que decir pues no sabía a qué se debía que el ajeno lo deje pasar, podía ser los trauma o simplemente lo quería.

Para Park era gracioso ver como Yoongi le dedicaba mirada de reclamo que eran en son de burla. Al final no era como si discutían, Min lograba olvidar todo con el hecho de que su chico le tome de la mano.

Poco a poco Yoongi logró darse cuenta que una de las cosas que a Jimin no le gustaban era el contacto físico y entendía la razón de aquello. Hubo una vez que quiso sorprender al chico y por payaso se ganó un golpe en la cara por el mal rato que le hizo pasar. Abrazarlo y besarlo eran cosas complejas para Park, trataba de dar lo mejor de sí para que Yoongi no lo viera mal y se aburra de él al corto tiempo, pero el hecho de ver sus manos recorrerlo cuando lo abrazaba le creaba un bulto en el estómago. Las cosas fueron contrarias a las que Jimin pensó, pues el alfa lo aceptó rotundamente y entendió que las cosas se darían cuando Park lo necesitaba.

Si él le había dado tiempo para un paso tan importante como un encuentro sexual, él también podía ir poco a poco.

Aquello fue agradecido enormemente por Jimin, pues el hecho de poder tener su propio espacio le ayudaba a respirar y estar cuerdo. Incluso fue graciosos cuando, esa misma noche, Yoongi tomó unas almohadas y se dispuso ir al sofá para dormir, acto que Park detuvo. En realidad, al dormir con el alfa este se prestaba para que Jimin pueda perfumarse de su aroma de frutilla. Con su dulzor podía alejar los recuerdos del asqueroso hedor del agave con el que Namjoon consumió toda su niñez al punto que no había lugar o prenda que no tenga dichas feromonas.

Eso no le importaba a Jimin, él estaba contento con el solo hecho de tener un método de olvidar todo. Un escape de la realidad con alguien que lo respetaba como merecía. Yoongi era aquella persona que acepto sus límites sin reclamar por qué solo lo quería ver feliz. Tal vez no pueda darle un beso o abrazo de forma constantes para darle a entender mucho que lo que quería y las cosas por las que agradecía. Para él sonreírle y mantenerse fuerte era suficiente, incluso hasta tomar su mano era lo que el alfa podía tomar como una muestra de cariño. Hubo un punto que entendió que no necesitaba contacto, su presencia era suficiente.

Al final, él en ese momento no era Kitty y Yoongi lo comprendía, a su manera.

En ese momento Jimin se encontraba en su hogar junto a su madre y la computadora de Yoongi que había hurtado horas antes. Su propósito era lograr hacer que Mina logre conocer a Taehyung, una de las personas que simbolizaron todo en la vida dentro de estado unidos. Para suerte de todos, el programa con el que estaban haciendo su video conferencia tenía un traductor automático para los subtítulos, elemento que mejoro la comunicación con alguien que no hablaba el lenguaje natal de Jimin.

Taehyung en ese momento tenía una sonrisa en su rostro mientras hablaba de algunas cosas con la madre de Jimin y el menor ayudaba a que se llegaran a entender a la perfección. Horas antes Jimin había tenido una corta llamada con el alfa para darle un poco de contexto al alfa, sin decirle del todo detalles importantes como su nombre y donde estaba, Chris solo necesitaba saber que no se hallaba en América. Otro punto del cual también hablaron fue el apodo de "Kitty", Taehyung no entendió muy bien porque, pero simplemente quería evitarlo frente a su madre, las cosas podían ponerse peligrosas si es que Mina preguntaba de más.

- ¿Y cómo fue que conociste a mi hijo? - pregunto la mayor de todos mientras acomodaba su cabellera.

Mina, a pesar de su avanzada edad tenía un rostro simpático y delicado. Poseía las mismas mejillas que tenía Jimin, junto a sus ojos almendrados. La vos de Park era suave, alineada con la de su madre en gran nivel. Entre ambos se notaba la esencia de una familia verdadera que Taehyung apreciaba. De verdad le alegraba el hecho de tener esa oportunidad de conocer a la madre de su mejor amigo y que Jimin sea tan gentil de darle dicha oportunidad. Ver la nueva etapa de su vida era grandioso, aunque sea uno de los dos podía alejarse de toda la mierda que los consumía a diario dentro de su tormenta.

FILTER NIGHT || YOONMIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora