『𝟷𝟺: 𝚙𝚘𝚒𝚜𝚘𝚗𝚘𝚞𝚜 𝚜𝚖𝚘𝚔𝚎』

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Yoongi jamás había visto a Kitty en un traje formal porque, según decía el omega, no eran de su gusto, pero ese día parece que las cosas habían cambiado. Cuando lo vio salir de la habitación con un pantalón formal negro y una camisa blanca, ligeramente holgada, sintió como algo muy dentro de él se revolvió de manera particular. Cubría su cuerpo con un terno negro por afuera y un rojo por dentro al igual que algunos bordados que utilizaba en ciertas partes. No usaba corbata ni abotonaba la prenda superior hasta el cuello. Aquella aura que siempre mantenía estaba presente al mostrar con orgullos sus finas clavículas y la piel lista para marcar. Era una naturaleza seductora a la que ya se había acostumbrado.

Para Min era técnicamente imposible no girar a ver a Kitty cuando andaba por los pasillos de su trabajo con ese caminar tan particular que tenía. Sus pasos eran cortos y su cadera iba al compás de su andar, algunas veces tenía los brazos relajados y en otras los cruzaba; no importa cuál sea la figura, se veía hermoso. A su lobo no le gustaba cuando todos los ojos curiosos seguían su andar decidido. Quería gruñir y dejar a ver que no se acerquen a la omega, aunque Yoongi trataba de callarlo e ignorar todo lo que estaba manifestando. Park podía hacer lo que quiera y bueno, él no tenía por qué meterse. 

Aunque si debía de confesar que le sorprendía ver que ese chico seductor era el mismo que había llorado cuando despertó una madrugada de otoño. Kitty era una caja de sorpresa.

— Sigo sin entender por qué a la chica le pareció creíble la historia de la rana. — comentó Kitty mientras metía sus manos en sus bolsillos. — Yo creo que estaba bien como un sapo.

— Nunca me gusto la historia de la princesa y el sapo, pero es popular y fácil de leer. — Yoongi se encogió en hombros y tomó la libertad de deleitarse con la suave risa que emitió el omega.

— No tiene sentido.

— Nada en las historias de los hermanos Grimm tiene sentido. Si no una niña no estaría jugando con una pelota de oro. — la risa se volvió a escuchar, muchos trabajadores se giraban a ver quién era el extraño sujeto que estaba acompañando al jefe y le sacaba una sonrisa especial.

Luego de la discusión sobre las dificultades que Kitty tenía con la lectura decidieron que lo mejor sería unos otros métodos y luego de tanta investigación Yoongi descubrió que una manera fácil y eficiente en la que los niños pueden aprender a leer es que tú leas con ellos y vean las palabras a la par. Así que ahora todas las tardes de cinco a siete Min animaba a Kitty a que se siente en sus piernas y que juntos lean un clásico que se le suele contar a los niños. Los libros tenían dibujos llamativos y cosas que ya no eran tan necesarias, pero sería agobiante darle a Kitty un libro con tantas palabras.

Park estaba dispuesto a darle una opinión cuando de pronto una tercera persona intervino en la charla:

— Yoongi, necesito hablar contigo.

Kitty lo miró sin decir una sola palabra y toda su aura se modificó en un solo segundo. Miró al beta enfrente suyo que vestía una simple camisa con un pantalón jean rasgado. Hasta donde sabía, no había escuchado descripción de dicho sujeto, pero por la forma en la que tomaba el brazo de Min parecía tener cierta confianza. Lucía algo más joven que el alfa y su ceño era amigable. Parecía que sabía quién era por la manera en la que lo miraba, era una sorpresa o admiración, no sabía bien y tampoco le importaba mucho.

— Yoon. Crees que me puedes dar un segundo de tu tiempo. — cuando noto que el omega no se movía sintió un frío recorrerlo. Pensó que sería más amigable. — A solas.

— Claro, Liam. — se despojó del bolso en el que traía los apuntes que había hecho con ayuda de Kitty hace unos días y se lo entrego. — Usa el ascensor y ve al piso cuatro. De ahí unos chicos te ayudarán a llegar a mi oficina, espérame ahí para terminar de evaluar lo que te comenté. 

FILTER NIGHT || YOONMIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora