Me adentro en la clase. De repente, siento la mirada de todos encima mío. Algunos murmuran algo y rompen en carcajadas. ¿Pero qué...?
Incluso Rachel, que es tan estúpidamente tímida que nunca le he oido pronuncuar palabra, me mira burlona y apreta los labios para no reír. ¿Qué carajos les pasa?
Entonces lo recuerdo: la foto. Seguro vieron esa maldita foto que el estúpido de Bruno subió al Instagram.
Ruedo los ojos, y camino hasta una banqueta alta al frente de una mesa plastificada. Reviso mis bocetos, y vuelvo a sentir cuchicheos detrás mío.
-¿Qué tanto hablan, eh?
Se callan. Agh, nunca debí dejar que Bruno me tomara esa maldita foto.
Entonces caigo en la cuenta: tengo compañeros que nunca en su vida han oído hablar del famoso Bruno Hernández. O, como él se presenta a veces, Bruno Mars.
Asimismo, no todos aquí siguen a Bruno en Instagram. ¿Y si la foto se duplicó? ¿Y si alguien la compartió, y todo el mundo la ha visto? ¿Y si ya está en cada página de Internet? ¿Y si ya ha sacado MEMES con esa imagen?
Voy a matar al moreno.
De repente, Kameron entra y se sienta a mi lado.
-¡Oh Por Dios! -exclama en cuanto me ve.
-¿Qué pasa?
-Estás... estás...
-¡SUÉLTALO, KAM! -grito. Estoy empezando a cabrearme.
-¡Tienes el cabello azul!
¿QUÉ? Saco un espejo de mi mochila, y veo fijamente mi reflejo. Efectivamente, todo mi pelo está teñido de un azul eléctrico espantoso.
¿Cómo sucedió esto? Yo nunca me tiño, no me he echado nada al pelo, y...
El shampoo. Seguro Bruno entró a mi baño a mitad de la noche y le agregó tinte a mi botella de Sedal.
-¡Puta mierda! ¡AGÁRRAME QUE LO MATO! -empiezo a chillar, ignorando las miradas extrañadas de mis compañeros.
Siento unas ganas irreprimibles de golpear a Bruno hasta deformarle la cara. Entonces, se me ocurre algo. Saco mi celular, y busco a toda prisa la fotografía. Jamás creí que la necesitaría hasta el día de hoy.
Bruno debe tener unos cinco años, está con una falda hawaiiana, sostén de cocos, comiéndose los mocos, rascándose el trasero, bailando el Ula-ula. Cuando Bernie me mostró esta foto, supe que debí ser mía. La escaneé, descargué, y la tengo en mi celular desde entonces, por si podía usarla como chantaje o venganza.
Esta es mi oportunidad.
La publico en mi muro, la twitteo y la subo al Imstagram.
¿Texto? "Que comience la guerra, Sammartino #EresHombreMuerto"
***
Todo el puto día me han echado miradas de extrañeza, y a mí no podría importarme menos. He ido al instituto con traje de buzo, en pijama, con peluca, rapada, con calva falsa, terno, el pelo teñido de verde... la lista es infinita. ¿Que soy rara? Sí.
Pero es que todas esas extravagancias eran cosa mía. No puedo soportar que el tarado de Bruno haya hecho eso con mi posesión más valiosa: mi cabello.
Abro la puerta del 201 (sí, al fin sé el número de piso... y ya tengo llaves), esperando encontrarme con un Bruno enfurecido, uno burlón, o incluso uno desentendido.
Encuentro uno dormido.
Se ve tan angelical dormido en el sofá, con los ojos cerrados y labios fruncidos cual querubín; que me entran unas ganas locas te tirarle un balde de agua encima y perturbar su maldito sueño.

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Viviendo con el Idiota (Bruno Mars)
FanfictionMiles de millones de galaxias 8 planetas 5 continentes Cientos de países Un carajo de personas en el mundo. Y tenía que tocarme... Vivir... Con el idiota de Bruno Mars En un apartamento. Los dos solos. Con sus odiosas bromas y su estúpida ironía. ¿P...