Trece.

1.5K 142 29
                                    

Narra Bruno (Lo zheeee primera vez que el Brunaldo narraaa 7u7)

Miro la hora por enésima vez. 3:57. A este paso, voy a quedarme mirando el techo toda la maldita noche. No puedo dejar de pensar en lo que pasó.

¿Qué carajo me sucedió en ese momento? ¿De verdad yo estaba tratando de besarla? Por todos los cielos, Bruno, era obvio que te rechazaría. Agh, pero tenía que intentarlo. Hace días que hay algo creciendo dentro de mí, algo que no sé explicar. Pero no es calentura, no. Es otra cosa. Un deseo alarmante y desesperado de besar a mi peor enemiga. Qué les parece.

Si Jessica no hubiera venido a devolverme mi billetera, quizás habría sucedido. Pero ahora no importa. Giro la cabeza para observar la maleta que armé hace unas dos horas. Mañana me voy a Nueva York. Quizá allá encuentre a alguien que me haga olvidar a Wester. O quizá la olvide por mi cuenta.

Momento, Bruno. Si estás intentando olvidarla, ¿por qué carajos caminas hacia su habitación? Para olvidarme de ella por completo, debo besarla, ¿no? Aunque ella no lo note.

Abro la puerta de su habitación. Mierda, suena tanto, que me sorprende que no haya despertado. Me acerco a un costado de su cama, para observar su perfecto rostro iluminado por la luna llena de Hawaii. Mierda, esto se está tornando muy cursi. Voy a besarla y ya.

Sin embargo, aquí, arrodillado, con los brazos apoyados en su colchón, parece que mi sistema locomotor no funciona, porque no puedo moverme. Esta chica me debe haber lanzado alguna especie de hechizo.

Decido cantar.

Cause there'll be no sunlight
If I lose you baby
There'll be no clear skies
If I lose you baby
Just like the clouds,
my eyes will do the same
If you walk away...
Everyday it will rain, rain, rain...

Y me inclino para rozar sus labios con los míos.

§§§

Narra Wester:

No me doy cuenta de que ronco como un oso. Uf, al parecer sí conseguí dormirme. Después de lloriquear como una despechada hasta las dos y media de la mañana...

Pero cuando entro al baño, la cosa cambia.

-¡Bendito infierno! -exclamo, frustrada.

Tengo los ojos hinchadísimos por el llanto, y sé muy bien que ni con la ducha más fría de mi vida volverán a la normalidad. Mieeeeerda, no puedo presentarme ante Bruno así. No voy a dejar que vea lo mucho que me afectó su engaño. Eso sería el colmo de la estupidez.

Luego de una larga ducha frotándome los ojos hasta sacarme las pestañas, el dolor de cabeza me ataca. Decido tomarme una aspirina.

Me meto en mis shorts negros, sandalias de plataforma y camiseta turquesa, y me trago una pastilla sin vaso de agua.

Cuando salgo al balcón, frunzo el ceño al encontrar una maleta en la puerta de Bruno. Y mi confusión aumenta cuando le veo salir ya vestido de su habitación.

-Despertaste temprano -apunto.

Salta al escuchar mi voz. Se da la vuelta y, a juzgar por su expresión afligida, la hinchazón en mis párpados no ha bajado. Pero no dice nada al respecto.

-Me... voy de viaje.

-¿Puedo saber a dónde? -pregunto, intrigada.

-Ehh... -El timbre de su celular interrumpe su respuesta. Me indica con un dedo que espere-. ¿Diga? Sí, ajá. No, Phil, al Torres. ¿Qué? Sí, claro. nueve, ocho, tres...

Viviendo con el Idiota (Bruno Mars)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora