A veces me pregunto de qué parte del cerdo es el tocino. Una vez me dijeron que estaba elaborado a partir de su lengua (y me traumé), pero luego vi cabezas de cerdo en el
y supe que no podía ser. A veces creo que puede ser de las tripas, o del tejido adiposo, o... bien, no quiero ni pensar en esa tercera opción.Como a mí no me salen los panqueques como los hacía Bernie (y nadie va a bajar a preparármelos, puesto que parezco ser la única que no tiene una resaca del demonio esta mañana) tuve que conformarme con un par de tostadas y huevo frito con tocino. De aquí, no voy a comer hasta las cinco de la tarde, cuando a alguien se le dé por preparar la Última Cena (como le llamamos nosotros a la comida de la última noche que nos quedamos aquí), así que debo llenar mi estómago con algo.
Además, prepararme el desayuno me mantuvo alejada de los pensamientos relacionados con Bruno. No he querido ducharme, porque tengo que confesar que (aunque me haga querer vomitar unicornios) no quiero quitarme sus huellas y su aroma de mi piel. Suena estúpido, sí, porque no voy a deshacerme del ADN de ese idiota en unos cuatro meses, pero no... no me sentí preparada para borrar sus rastros. No aún.
Lo que dijo Bruno, por lo menos, fue medianamente cierto. Luego de pronunciar los nombres del otro en el (de alguna manera, utópico) momento del clímax, no podía ni quería mirarlo a la cara y, aparentemente, él estaba bien con ello. Regresamos a la casa, para gusto de Bruno, tomados de la mano. Sí, buéh, debo admitir que aquello no estaba entre mis planes, pero no pudimos evitarlo, y tampoco las sonrisas coquetas y miradas indiscretas que nos tiramos el uno al otro el resto del camino. Parecíamos enamorados, y yo aquí con la mirada en mis huevos [mente sana, ahr], sin estar totalmente segura de cómo me siento respecto a eso.
En fin, llegamos, arrastramos a Eric y Don Peter (ambos borrachos hasta el culo) por las escaleras hacia sus habitaciones, y no hicimos más que despedirnos con un beso en la mejilla. Maldita sea, ¿qué más podía hacer? ¿Cómo se supone que actúas después de tener sexo con tu odioso compañero de piso, en la playa, a la luz de la fogata, a las cinco de la mañana? Si alguien lo sabe, que me lo diga, por favor.
Y no, no tengo ni la más mínima idea de cómo carajos voy a actuar cuando le vuelva a ver.
Mi celular vibra en mi bolsillo, y yo frunzo el ceño, extrañada. No me reponen megas hasta pasado mañana, y aún no he ido a prender el WiFi... de todos modos, ¿quién me mensajea tan temprano?
Mensaje de: Brunaldiño
No he podido dormir pensando en tu cuerpo desnudo debajo del mío...
Decir que me atraganto con el tocino es poco. Puta mierda. ¿Y este qué se cree para enviarme mensajes calientes, cuando ni siquiera tiene las pelotas para dar la cara? ¡Lo voy a matar! Aunque buéh, tengo que admitir que yo tampoco he podido dormir por esos mismos motivos, pero... pero... ¡simplemente no tiene el derecho!
No sé cuanto tiempo me quedo mirando la pantalla del teléfono, pero en algún momento vuelve a vibrar.
Mensaje de: Brunaldiño
Necesitamos repetirlo.
¡Por supuesto que debemos repetirlo! Espera, ¿qué? ¡No! ¡De ninguna manera, ni en un millón de años, no, no y no! Y cuando digo que no, es NO.
O tal vez sí.
|¶¶¶|
Todo el mundo sale de sus habitaciones más o menos a las dos de la tarde, y a nosotros nos toca arreglar toda la mierda que quedó después de la fiesta. Básicamente, consta de barrer los trozos de vidrios rotos, reventar los globos que sobrevivieron a los borrachos, arrojar los montones de vasos de plástico a la basura, limpiar el vómito de las esquinas, regresar sus posesiones personales (encontramos una tanga) a los vecinos, y limpiar el baño.
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Viviendo con el Idiota (Bruno Mars)
FanfictionMiles de millones de galaxias 8 planetas 5 continentes Cientos de países Un carajo de personas en el mundo. Y tenía que tocarme... Vivir... Con el idiota de Bruno Mars En un apartamento. Los dos solos. Con sus odiosas bromas y su estúpida ironía. ¿P...