Capítulo 23

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Ashton


No puedo creerlo, cuanto más recorro de Berjiveten mas asombrada estoy, más me encanta y más me preocupo. Este lugar tiene mucho que explotar, tiene el material suficiente para salir al mundo y mejorar la situación de muchos habitantes. Pero está atrapada en la cultura antigua que no la deja progresar.

Mi cabeza piensa en opciones para mejorar o que exportar, que contactos mover y me obligo a detenerme. No puedo involucrarme.

-Este lugar es maravilloso -dice Kat a mi lado.

-Lo es en verdad -confirmo mientras juntas recorremos el mercadillo

Veo con asombro un puesto de joyas, una pulsera con pequeñas gemas verdosas llama mi atención e inmediatamente no puedo evitar recordar el anillo que yace en mi cartera.

-Kat... -susurro levemente y me giro a verla-, ¿Por qué tu hermano aun no firma el divorcio?

Ella suspira y me mira con ojos que saben más de lo que dirá.

-Tal vez no quiere, quizá alejarse. Es su manera de protegerte pero no quiere dejarte ir, pueden ser muchas cosas y a la vez nada... -me muerdo el labio, Kat aprieta mi mano-, pero te diré algo que todos piensan y no te lo dicen. Es verdad que te pareces a Emily Ash, supéralo, eso no importa no tienes por qué traumarte porqué... si alguien fue molde de alguien, Alan te conoció primero.

Me muerdo el labio, eso ya lo sabía. ¿Entonces por qué es tan difícil creerlo?

-¡Ashton! -Abby corre a mí, me abraza-, viste las bonitas pulseras, seguro que verías muy linda, como me gustaría tener una...

Es decir... quiero una pulsera, miro a Jesse que me mira con disculpas pero sonrió.

-Escoge una preciosa, va por mí.

-Escoge dos Abby yo te daré la otra. -completa Kat con una sonrisa y me mira claramente diciéndome.

¿Qué mierda de dinero usan aquí?

Niego levemente y sonrió, indicándole que yo pagare ambas. Y ella asiente y palpa su braciar diciendo que me pagará después.

Al menos eso espero que signifique su gesto.

Abby chilla y salta, haciendo reír a la vendedora quien nos ve. Creo que aunque no entiende lo que hablamos entiende la situación. Llamo a Karim para que nos traduzca, porque mi turco está muy oxidado, cuando Abby tiene dos pulseras firmemente sujetas en sus manos.

-¿ Bunlar ne kadar? -Pregunta Karim, la señora nos responde-, 30 riyales ambas.

Saco el billete que Karim me dijo que era de 50 y se lo tiendo, con una sonrisa le digo lo mejor que puedo que se quede con el vuelto.

Ella me sonríe, y me tiende una delgada cadena de plateada la cual acepto con una sonrisa. Y con eso no puedo evitar que este lugar si me importa.

Oh mierda.

Encontramos caminando por el pueblo una pequeña casa donde gracias a Dios vendían papas y hamburguesas, no sé que tipo de carne sea pero no me arriesgo, así que solo las papas.

Papas son papas en todas las partes del mundo. Karim nos deja pasear a nuestro libre albedrío después de comer. Feliz comienzo mi camino a los puestos de ropas, es en ese momento que dentro de un callejón que debo atravesar para llegar a mi destino veo parado a mi hermano, mirándome fijamente.

No tengo a nadie cerca, no quiero huir tampoco, así que mi único camino es avanzar.

-Eres valiente -me dice en inglés, yo solo lo miro esperando a que se explique-, viniste a mí con la frente en alto, a pesar que casi te corto el cuello.

Desastrosos Felices para SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora