Cuatro años después.
―Dylan Maximus Bates suelta esas galletas ahora o le diré a la abuela.
―No... a Anana no.
Mi bebé deja el frasco, mirándome con sus ojitos , estudiándome. Levanto una ceja.
No se atrevería.
Max saca una galleta del tarro y se la mete a la boca de golpe. Intenta correr pero me acerco a él y lo tomo en brazos. Limpiando las migajas de su boca.
―Esta bien jovencito, no habrá postre para ti.
―Nio ―escupe algo de galleta cuando habla, y sus ojitos me miran con horror, amenazando con hacerse aguita.
Genial me convertí en la mala del cuento.
―Bien... tendrás postre ―me sonríe con su boca llena de chocolate y me derrito, beso su regordeta mejilla―, pero comerás la papilla del abuelo.
Max me mira horrorizado, luego cambia a su mirada de cachorro degollado y me río.
―Namii nio.... nio guta.
Sonrio, viendo a Max negar su cabeza fervientemente, si hay un castigo para él es comer la crema de verduras que hace Cristopher.
―¿Por qué esa dulce criaturita te mira como si le hubieras dicho que no hay más galletas?
Veo a Alana acercarse a nosotros e inmediatamente Max estira sus brazos a ella, intentando convencer a su abuela, con sus "no quero". Alana me mira con duda.
―Es que mi monstruo come galletas personal se las estuvo acabando todas antes de almorzar.
Alana ríe, ve el tarro echado en la encimera con las galletas ya casi inexistentes y mira a Max que comienza a negar fervientemente.
―¿Y te gustaron? ―pregunta Alana, Max me mira y yo solo le sonrió.
―Chi.
―¿Más que de la abuela Dayanne?
Max frunce el ceño, pensando que decir, me mira, entonces le da su sonrisa matadora con oyuelos. Creo que puedo oírla suspirar.
―Chi.
―Genial, haré más cuando vengas.
Ruedo los ojos, tengo que dejar de traer a Max a casa de sus abuelos si no quiero que le de caries o se vuelva un malcriado. Y es qué lo consienten tanto.
Mi bebé precioso va a ser un mimado si seguimos así, puesto que Alana y Dayanne se han metido de lleno a una competencia de quien es la mejor abuela y a quién quiere más mi bebé.
Incluso mi madre, quien no pensé que sería una abuela consentidora, ama con locura a Max, quizá también sea la influencia de mi padre y ellos retomandolo lo que hizo que Dayanne se haya suavizado un poco.
Un poco... si se molesta ahora cuando no la llamas mamá.
Miro a Max haciéndole chinitos a Alana, y suspiro, claro... él, tan listo como es, sabe que decir o hacer para complacerlas y tenerlas en la palma de su mano. Alana se acerca a la encimera y sin poder evitarlo veo como le da otra galleta a Max.
―Le dará caries, mamá.
Me giro al oír la voz de Katrina. Entrando por la puerta y sonriendole a mi bebé
―Tita.
Max sonríe apenas la ve y Kat camina a nosotros.
―Qué dices chocolatero, ¿Me acompañas a recoger a Jeremy del Jardín?
ESTÁS LEYENDO
Desastrosos Felices para Siempre
ChickLitTodos dicen que casarse con el hombre de su vida es un cuento de hadas. No podrían estar más equivocados. La vida de la chica de Hollywood, Ashton Wood, está a punto de quedar patas para arriba. Comenzó con un estás castigada, en el medio hubo una b...