Capítulo 7

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Alan

De alguna manera tenia la amarga sensación de que mi pasado había arruinado mi futuro.

Sentí como si todo hubiera dejado de tener sentido, comencé a cuestionar todo lo que me obligue firmemente a creer.

No merecía ser feliz. No podía serlo. Y aún asi estaba buscando jodidamente una oportunidad de tener lo poco que le quedaba de alegría de regreso.

―¿Quieres hablar de lo que paso? ―Silver se sentó mi costado, increíblemente no me había gritado, o golpeado o regañado.

Al parecer el tambien se habia rendido conmigo.

―Alan te estás destruyendo ―dice levemente―, esto está fuera de los limites. No puedo creer que en menos de un mes…

En menos de un mes haya caído al hoyo.

Que jodidamente haya olvidado que no podía ser feliz y cuando lo recordé y lo cumplí, añorara tanto ese sentimiento.

Que me haya ligado a una chica que casi no conozco, pero me hizo sentir como una maldita persona.

La preocupación de Silver era un gusto amargo. Mi vida se había vuelto tan monótona, no comía, no bebía, la música era lo único que podía tranquilizarme. Ashton al parecer habia vuelto a sus días de escándalo por mi culpa. La estaba llevando a la destrucción de nuevo. No había asistido a la universidad y era por mi culpa.

Mi culpa, mi culpa, mi culpa.

Culpabilidad. Conocía perfectamente bien ese sentimiento.

Mierda.

―¿Por qué no… solo le dices la verdad? Que planeaste todo lo de la fiesta para alejarla ¿por qué no le cuentas sobre Emily y…?

Bufo secamente.

―Sabes lo que les pasa a las personas que se los cuento. Prefería no tenerla que supiera que tan jodida fue mi vida. No quiero que me vea como él monstruo que soy, que salga huyendo como lo hizo Emily y luego…

Presiono mis puños en mis ojos, intentando borrar con todas mis fuerzas las imágenes de muerte, sangre y dolor.

―Silver, sabes que aunque trate de explicarle a Ash lo que pasó, no me creerá. Lo vio y no podría convencerla de lo contrario.

―¿Tan rápido vas a rendirte? ―la voz de Daniel irrumpe en la habitación, cruzada de brazos, claramente mirándome con reproche. A su lado la usual mirada de desagrado de Becca me taladraba―, el Alan que yo conozco nunca se rendía tan fácilmente. Las jodiste. Siempre lo haces. No llores sobre la leche derramada, ten huevos y afronta lo que hiciste. No solo te quedes aquí lamentándote.

Sonrió secamente.

―No puedo probar nada, así que solo me enfrento a mi realidad. Mi pasado simplemente matará todo lo que pueda armar en mi futuro

Había pasado una semana, siete días enteros, desde que vi la por última vez y nunca había recordado ser tan miserable en mi vida. Sentirme tan culpable. Si tuviera algo de sentido común, dejaría de preguntarle a Becca sobre ella cada vez que venía a ver a Silver, me di cuenta que no solo había alejado a Ash sino que había botado a la basura el poco respeto que Becca tenía por mí. Estaba arruinando todo lo que me quedaba y aun así me gustaba verlo explotar en mi cara. Era un masoquista en ese sentido no podía evitarlo.

Mire a Becca.

―¿Cómo esta…?

—Eres un idiota. ―sentencio fríamente Becca―. Deja de preguntarme sobre ella si no vas a tratar de arreglar todo lo que hiciste.

Desastrosos Felices para SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora