La caminata para salir del aeropuerto fue en una callada calma, nadie respiraba, nadie decía nada, los cuatro caminaban en un pesado silencio que se podía palpar en el aire.
Quien pensaría que sus vidas estarían tan entretejidas gracias a estos desastres, por ahora, cada uno caminaba con su propia idea de problema y remordimiento queriendo alejarse lo más posible del escándalo que dejaban atrás.
Pero siendo él una estrella de rock y ella un imán para los problemas, la tranquilidad estaba muy lejos del alcance de sus manos.
Por eso aceleraron el paso cuando oyeron que el tumulto detrás de ellos se detuvo, mirándose entre los cuatro preocupados. Que Alana y Dayanne hayan dejado de arrancarse los cabellos solo podía significar una cosa, iban por algo mayor y ese algo eran ellos, así que nada les impidió comenzar a correr.
Dark Crescendo más que un simple grupo, era una familia, por eso les dolió que su estúpido líder no haya ni pensado en que irían a recibirlo. O que lo harían en grande.
―¡LA JODIDA MIERDA! ¿QUÉ ESTAN HACIENDO? ―para sorpresa de Ashton no fue Alan quien grito.
Silver se adelanto a ellos, mirándolos con reprobación. Y ese grito basto para desatar el caos. Una mancha de paparazis, reporteros y toda clase de informadores que estaban por la zona se giraron al verlos.
Ash casi pudo oír el ruido de cajas registradoras mientras todos corrían hacia ellos, disparando sus flashes instintivamente se aferro al brazo de Alan. Deseo no hacerlo.
Los chicos presentes comenzaron a chiflar y mirarla. Pero unos ojos verdes le llamaron la atención, puesto que eran los únicos que la miraban con reproche. Ashton se solto lentamente pero Alan inmediatamente la jalo detrás de su espalda.
―Oh, ella es la chica que fuiste a rescatar.
―Es más diferente a lo que recordaba.
―Al fin te atraparon ¿eh Bates?
Ashton miraba atónita como los amigos de Alan hablaban en voz alta, y los paparazis comenzaban las preguntas con cada nueva idea errónea de les daban Ashton solo quería vomitar.
―Chicos no es lo que… ―intento hablar pero nadie le hizo caso. Sintió a Becca tomarle su hombro.
―Es caso perdido ―susurro levemente Becca pero con una clara sonrisa en sus labios―, solo te harán caso si comienzas a desnudarte.
Atónita, oía como Alan y los demás presentes explicaban sus vidas frente a tantas cámaras y micrófonos como si no estuvieran presentes.
―Ashton Wood, regresa aquí inmediatamente ―el rugido que sonó entre la multitud hizo que todos se callaran.
Como si fuera el mismo diablo hablando, los flashes se detuvieron, los micrófonos descendieron, todos dejaron de respirar.
―Vaya, aún puedes callar a una multitud Dayanne.
Alan se tensó al oir otra vez la voz de su madre, sus amigos comenzaron a reir.
Ambos se giraron, Ashton con miedo, Alan cansado pero ambos tuvieron que reprimir una risa cuando vieron el aspecto de sus madres. Dayanne que habia venido con su vestido de coctel negro y sus tacos aguja, su cabello recogido en un semi moño era la más graciosa y por ende la más afectada.
Su vestido se habia roto hasta la entrada de su glúteo, estaba parada en un solo tacón y del moño no quedaba nada.
Pero para Alan su madre es la que llevaba la apariencia más trágica, su cabello estaba todo revuelto, sus vaquerón habían sido jalados hasta la cintura, tenia tosa la pinta de una adolecente pero lo peor era que de la camisa blanca no quedaba ni un botón, asi que todo su sujetador quedaba a la vista, un sujetador negro muy atrevido del que al parecer no era consciente que llevaba.
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Desastrosos Felices para Siempre
Literatura FemininaTodos dicen que casarse con el hombre de su vida es un cuento de hadas. No podrían estar más equivocados. La vida de la chica de Hollywood, Ashton Wood, está a punto de quedar patas para arriba. Comenzó con un estás castigada, en el medio hubo una b...