Capítulo 14 "Competencia"

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El día de la competencia había llegado... desgraciadamente. 

El cielo tenía un tono gris triste, hacía mucho frío y por razones que desconozco nos hicieron vestir a todos de color blanco.

—¿Por qué vamos de blanco?

—Es la tradición —me respondió London y entrelazó su mano con la mía para cruzar el patio trasero y llegar hasta donde sería la competencia— Es para honrar a lo que mueren. Te va a gustar, es una ceremonia muy bonita.

—No le veo nada de bonito.

—La muerte es preciosas, Iris —me dijo—. Confío en que un día logres ver su belleza.

Me quedé en silencio, definitivamente ellos tenían a la muerte en un pedestal. Lo peor es que cuando nos cubra con su manto, no tendremos escapatoria.

La muerte de Aries no fue lo único que vi, cuando toqué a Eymi, poco a poco voy recordando.

Caminábamos entre la multitud en lo que London buscaba un buen lugar para sentarnos, mis ojos con vida propia encontraron a Aries. 

Verlo de negro estaba bien, ahora de blanco era increíble el contraste entre la tela, su piel y la tinta de los tatuajes.

—Vamos con él —sugerí, ¿Feliz?

—Será mejor que nos quedemos aquí —se sentó en una de las orillas de las gradas. 

Me quedé unos segundos observando al otro Clein, estaba en lo más alto del local, al lado tenía al director y a su derecha una chica que no dejaba de acariciarlo, y tocar su rostro. 

De pronto me entraron unas ganas de llorar horrible. Me contuve, tragué en seco y me volteé a ver a mi supuesto novio.

—¿Ella quién es? —el labio inferior me temblaba.

—Rianna, la hija del director y la novia de Aries —me confesó y puso su boca en línea fina.

—¿Quieres que escuche sus pensamientos y te diga a quien quiere más?

Me giré para encontrarme a Tihan, que ni siquiera había abierto su boca, así que supuse que estaba metido en mi cabeza.

No quiero nada y por favor sal de mi cabeza.

Encogió sus hombros y no lo volví a sentir.

Unas campanadas hicieron eco por todo el lugar, los estudiantes se pusieron de pie, todo eran tan blanco e impoluto que cuando divisé a chicos vestidos de negros supe reconocerlos.

—La bandera roja es nuestra academia, el azul la competencia —London me puso al tanto.

En medio del campo de batalla estaba uniformados y con una pequeña tira amarrada del brazo, para identificar a qué academia pertenecían.

—¿Ese no es con él que estabas discutiendo en el bosque la primera vez que te vi?

—Dixon.

La campana volvió sonar y el de azul se lanzó hacia delante con la intención de atacar, pero el chico desapareció. Segundos después estaba sobre su espalda intentando estrangularlo.

Con alguna técnica o llave que desconozco lo lanzó lejos y Dixon cayó al suelo escupiendo sangre.

Me llevé ambas manos a la boca.

—¿Qué poder tiene él?

—Si llega a tocarlo, lo deja ciego.

—Entonces no muere, solo quedará ciego.

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