Capítulo 14

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Narra Ana:

-Ya no estás molesta?-Pregunte. Deje de besarla, y la mire a los ojos.

-Yo... es que, sé que solo soy tu amiga, y siendo así nos besamos y hemos hecho muchas cosas, como lo de ayer, por ejemplo. Pero... Alexa también es tu amiga, y me pone mal pensar en que también te beses con ella, y hagas cosas con ella.

-¿Qué? -Exclame furiosa.

Me alejé de ella, y la fulmine con la mirada.

Qué me estaba tratando de decir?

-Me estás diciendo zorra. -Afirme.

-No, claro que no.,-Intentó agarrarme la mano.

- ¡No, Alejandra!-Me negué. -No soy una zorra, no sé qué estás pensando, por dios. No me beso con todas, solo contigo. ¿Cómo puedes siquiera pensarlo?, me ofendes.

-Lo siento, yo no quise decir eso. Déjame explicarte!

-¡No, ya fue mucho por hoy! Se supone que eres inteligente, ¿no? Entonces deberías saber que una no llama zorra a la persona que le gusta.

-Yo no... -La interrumpi.

-¿Crees que no me duele que me digas eso?

-Entendiste mal, no te dije zora. Nunca te lo diría.

-Alexa se ofreció a llevarme a casa, pero... Se me haría más interesante el camino si tú lo hicieras. -Comente.

-Con gusto lo haría. -Me sonrió.

-Entonces vamos, antes de que vuelva. -Reí.

Dicho esto, salimos del colegio, y caminamos hasta el parqueadero de autos donde Alejandra guardaba el suyo mientras estudiaba.

Amaba ver ese auto, era tan genial montarme en él.

-Mi papá me lo presta para venir al colegio. -Dijo mientras manejaba.

-Genial, cómo te fue hoy?-Pregunte, mientras bajaba el vidrio de la ventana

-Muy bien. -Sonrió.

-¿Pensaste en mí?-La mire.

-Mucho. -Me dio una mirada rápida.

-Yo también, quería verte... -Susurre.

-¿Enserio?

-sí.

Cruce mis piernas, las cuales estaban al descubierto por la falda de mi uniforme negra con cuadros rojos, igual que la de ella.

-¿Tu hermana se dio cuenta de lo del abrigo?-Preguntó nerviosa.

-No...y no creo que lo haga si me lo das ahora cuando llegamos a casa.

Me desabroché el cinturón de seguridad.

-No... no deberías quitártelo. -Susurro.

-¿Por qué? Tú sabes conducir muy bien.-Me acerqué un poco, y le di un besó en la mejilla. - No creo que nada te haga distraer. -Susurre sensualmente.

-Tú lo haces. -Aseguró.

-Oh... ¿enserio? -Reí. -Ayer no pudimos terminar lo que estábamos haciendo.

-No..Tragó saliva.

-Quiero terminarlo, Alejandra. -Rápidamente puse mi mano en su entrepierrma.

-oh dios... -Gimió levemente. - Aquí no.. -Dijo sin fuerzas.

-;Por qué?-Comencé acariciarla suavemente.

-Porque.. podríamos tener un accidente.

-No, claro que no... Además la calle está muy sola.

Como pude, desabroche su falda.

-iQué haces? -Pregunto confundida, y nerviosa a la misma vez.

-Nada que no te vaya a gustar. -Murmure. -Ahora, levanta la cadera.

-¿Qué?-Me miro extrañada.

-No desvíes la mirada de la carretera. -Exclame.

Alejandra volvió la mirada al frente.

-Levanta la cadera. -ordené

Alejandra dudó un poco pero me hizo caso. Cuando levanto la cadera, rápidamente bajé su falda hasta la mitad de sus piernas.

-¿Sabes porque te la baje?-Susurre.

Ella negó con la cabeza.

-Bueno... ahora te darás cuenta. -Le di un rápido beso en la mejilla. Luego, lleve mis dos manos a su entrepierna y deslice fácilmente su ropa inferior.

Oh, estaba excitada!

¿Cómo podía haberse mojado tan fácil?

-Ana, ¿qué haces? -Preguntó nerviosa.

-Qué hizo que te pusieras así?

-¿Qué?-Preguntő.-Ana, por favor. No me siento bien teniendo mis... mis partes íntimas al descubierto.

-¿Puedes bajar la velocidad por un momento?-Acaricie su rostro.

-Espera....-Mermo la velocidad.

-Genial... -Me acerqué y la bese.

-Ana... Vamos... vamos a tener un accidente. -Dijo, entre beso y beso.

-Solo quería darte un besito. -Le sonreí.

Luego de esto, lleve una de mis manos a su intimidad y comencé a frotar suavemente.

-Oh dios... -Alejandra gimió.

Luego de unos segundos, me incliné, y le di un pequeño beso ahí. Sentí el cuerpo de Alejandra estremecerse por completo. No quise esperar y le di un lameton.

-Ana. –Gimió. Voy a perder el control de este auto.

No respondí, y seguí en lo que estaba. Lamí de arriba abajo, fuertemente.

Luego, la penetre con mi lengua, y entonces escuche los fuertes gemidos de Alejandra.

Note que se estaciono en algún lado que no pude ver.

Seguí con lo mío hasta que sentí que Alejandra iba a llegar, entonces me separé. Justo en ese momento, Alejandra llego al orgasmo.

Me acomodé en el asiento, y acomode mi cabello como siempre, mientras Alejandra respiraba pesadamente.

Observe que ya estábamos en casa, genial.

-Gracias por traerme. -La mire.

Ella giro un poco su cabeza, la cual estaba apoyada en el asiento.

-Ha... ha sido... -Sacudió la cabeza, -Nunca me había sentido así, muero de vergüenza. -suspiro.

-¿No te gusto?-Alcé una ceja.

-¡sí! Muchísimo.-Dijo sonrojada.

-Entonces ya está. -Me acerqué, y la besé en los labios. Te quiero. -Le dije, me separe, y abrí la puerta del auto.

-Yo también te quiero. -Susurro. ¿Nos vemos esta noche?-Pregunto.

-¿Quieres verme de nuevo?-Le sonreí.

Ella asintió.

-Llámame ahora, tal vez podamos vernos en la noche-e guiñé el ojo, y me baje del auto.

Enamorada De Mi VecinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora