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Narra Ana:
-Ya no estás molesta?-Pregunte. Deje de besarla, y la mire a los ojos.
-Yo... es que, sé que solo soy tu amiga, y siendo así nos besamos y hemos hecho muchas cosas, como lo de ayer, por ejemplo. Pero... Alexa también es tu amiga, y me pone mal pensar en que también te beses con ella, y hagas cosas con ella.
-¿Qué? -Exclame furiosa.
Me alejé de ella, y la fulmine con la mirada.
Qué me estaba tratando de decir?
-Me estás diciendo zorra. -Afirme.
-No, claro que no.,-Intentó agarrarme la mano.
- ¡No, Alejandra!-Me negué. -No soy una zorra, no sé qué estás pensando, por dios. No me beso con todas, solo contigo. ¿Cómo puedes siquiera pensarlo?, me ofendes.
-Lo siento, yo no quise decir eso. Déjame explicarte!
-¡No, ya fue mucho por hoy! Se supone que eres inteligente, ¿no? Entonces deberías saber que una no llama zorra a la persona que le gusta.
-Yo no... -La interrumpi.
-¿Crees que no me duele que me digas eso?
-Entendiste mal, no te dije zora. Nunca te lo diría.
-Alexa se ofreció a llevarme a casa, pero... Se me haría más interesante el camino si tú lo hicieras. -Comente.
-Con gusto lo haría. -Me sonrió.
-Entonces vamos, antes de que vuelva. -Reí.
Dicho esto, salimos del colegio, y caminamos hasta el parqueadero de autos donde Alejandra guardaba el suyo mientras estudiaba.
Amaba ver ese auto, era tan genial montarme en él.
-Mi papá me lo presta para venir al colegio. -Dijo mientras manejaba.
-Genial, cómo te fue hoy?-Pregunte, mientras bajaba el vidrio de la ventana
-Muy bien. -Sonrió.
-¿Pensaste en mí?-La mire.
-Mucho. -Me dio una mirada rápida.
-Yo también, quería verte... -Susurre.
-¿Enserio?
-sí.
Cruce mis piernas, las cuales estaban al descubierto por la falda de mi uniforme negra con cuadros rojos, igual que la de ella.
-¿Tu hermana se dio cuenta de lo del abrigo?-Preguntó nerviosa.
-No...y no creo que lo haga si me lo das ahora cuando llegamos a casa.
Me desabroché el cinturón de seguridad.
-No... no deberías quitártelo. -Susurro.
-¿Por qué? Tú sabes conducir muy bien.-Me acerqué un poco, y le di un besó en la mejilla. - No creo que nada te haga distraer. -Susurre sensualmente.
-Tú lo haces. -Aseguró.
-Oh... ¿enserio? -Reí. -Ayer no pudimos terminar lo que estábamos haciendo.
-No..Tragó saliva.
-Quiero terminarlo, Alejandra. -Rápidamente puse mi mano en su entrepierrma.
-oh dios... -Gimió levemente. - Aquí no.. -Dijo sin fuerzas.
-;Por qué?-Comencé acariciarla suavemente.
-Porque.. podríamos tener un accidente.
-No, claro que no... Además la calle está muy sola.
Como pude, desabroche su falda.
-iQué haces? -Pregunto confundida, y nerviosa a la misma vez.
-Nada que no te vaya a gustar. -Murmure. -Ahora, levanta la cadera.
-¿Qué?-Me miro extrañada.
-No desvíes la mirada de la carretera. -Exclame.
Alejandra volvió la mirada al frente.
-Levanta la cadera. -ordené
Alejandra dudó un poco pero me hizo caso. Cuando levanto la cadera, rápidamente bajé su falda hasta la mitad de sus piernas.
-¿Sabes porque te la baje?-Susurre.
Ella negó con la cabeza.
-Bueno... ahora te darás cuenta. -Le di un rápido beso en la mejilla. Luego, lleve mis dos manos a su entrepierna y deslice fácilmente su ropa inferior.
Oh, estaba excitada!
¿Cómo podía haberse mojado tan fácil?
-Ana, ¿qué haces? -Preguntó nerviosa.
-Qué hizo que te pusieras así?
-¿Qué?-Preguntő.-Ana, por favor. No me siento bien teniendo mis... mis partes íntimas al descubierto.
-¿Puedes bajar la velocidad por un momento?-Acaricie su rostro.
-Espera....-Mermo la velocidad.
-Genial... -Me acerqué y la bese.
-Ana... Vamos... vamos a tener un accidente. -Dijo, entre beso y beso.
-Solo quería darte un besito. -Le sonreí.
Luego de esto, lleve una de mis manos a su intimidad y comencé a frotar suavemente.
-Oh dios... -Alejandra gimió.
Luego de unos segundos, me incliné, y le di un pequeño beso ahí. Sentí el cuerpo de Alejandra estremecerse por completo. No quise esperar y le di un lameton.
-Ana. –Gimió. Voy a perder el control de este auto.
No respondí, y seguí en lo que estaba. Lamí de arriba abajo, fuertemente.
Luego, la penetre con mi lengua, y entonces escuche los fuertes gemidos de Alejandra.
Note que se estaciono en algún lado que no pude ver.
Seguí con lo mío hasta que sentí que Alejandra iba a llegar, entonces me separé. Justo en ese momento, Alejandra llego al orgasmo.
Me acomodé en el asiento, y acomode mi cabello como siempre, mientras Alejandra respiraba pesadamente.
Observe que ya estábamos en casa, genial.
-Gracias por traerme. -La mire.
Ella giro un poco su cabeza, la cual estaba apoyada en el asiento.
-Ha... ha sido... -Sacudió la cabeza, -Nunca me había sentido así, muero de vergüenza. -suspiro.
-¿No te gusto?-Alcé una ceja.
-¡sí! Muchísimo.-Dijo sonrojada.
-Entonces ya está. -Me acerqué, y la besé en los labios. Te quiero. -Le dije, me separe, y abrí la puerta del auto.
-Yo también te quiero. -Susurro. ¿Nos vemos esta noche?-Pregunto.
-¿Quieres verme de nuevo?-Le sonreí.
Ella asintió.
-Llámame ahora, tal vez podamos vernos en la noche-e guiñé el ojo, y me baje del auto.
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Enamorada De Mi Vecina
RomanceElla es única, ella es sensual, ella es provocativa, ella hubiera podido tener cualquiera a sus pies, pero la escogió a ella, a la más inocente, a la menos indicada. Ana Melgar es una chica hermosa de 17 años, la nueva vecina de Alejandra Rocha, aqu...