Capítulo 3.

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-¿Adónde quieres que vayamos? -Le pregunte sonriendo.

-Adonde tú quieras., -Me dijo sin pensarlo.

¿Así que la nerd tenía dinero para llevarme adonde yo quisiera? Omg, esto se ponía bueno.

-A un restaurante, que tenga una linda vista. ;Si? El viernes, a las ocho.

-Por supuesto. Sonrió. ¿Es una cita?-Pregunto nerviosa.

-sí, Ale. –Volví a sonreírle.

-Genial, es fantástico. -Dijo contenta, muy contenta.

La campana sonó.

-Tenemos que volver a clases.

Alejandra se levantó, me miro, me estiro la mano y me ayudo a levantarme.

Quedamos muy cerca.

-Gracias. -Le dije.

-No es nada. -Dijo mirándome a los ojos.

Me aleje un poco, estar tan cerca de ella no era tan bueno.

Caminamos nuevamente hasta el aula, Alejandra me acompaño hasta mi salón de clases.

-Perdona que no te di el recorrido, no alcanzamos, el recreo es corto.

-Eso no importa, puedes dámelo mañana, ¿No?

-Claro que sí, mañana o cuando quieras. -Dijo tímidamente.

-Gracias, creo... Creo que nos vemos en casa. -Me acerque, bese su mejilla y entre al salón de clases.

*********

Sofia y yo entramos a casa. Dios, estaba súper cansada, por fin habíamos llegado. Entre a mi habitación y me encontré con mi mamá sentada en mi cama. Oh, no esto no podía ser nada bueno.

-¿Qué pasa, mamá? -Pregunte.

-No quiero que sigas bajando de calificaciones, y mucho menos en este colegio. Estoy cansada de conseguirte profesores y no hagas nada, hoy me llamaron de colegio y me dijeron que estuviste muy conversadora en la clase, y si este es tu primer día no quiero saber cómo serán los siguientes. Quiero que te pongas las pilas bien puestas y ganes el año escolar,podemos recuperarlo, apenas vamos a mitad de año. Tienes que esforzarte.

-Mamá, hago lo que puedo.

-No, no es así, Ana Cristina. Esta vez no vamos a ser tan piadosos contigo y Sofia, si no quieren estudia.. pues tendré que quitarles todos los privilegios que tienen y tampoco podrán salir a fiestas ni nada por el estilo.

-Mamá, ¿No crees que estas siendo muy drástica?- Pregunte sin poderlo creer.

-Es lo que se merecen. -Salió de la habitación.

Maldita sea, yo sabía perfectamente que mi mamá no se andaba con estupideces, si lo advertía era porque en realidad estaba pensando en hacerlo. No podía quedarme sin mis fiestas, y mucho menos cuento era nueva en una ciudad. ;NO! Tenía que hacer algo para obtener mejores calificaciones en el colegio...y sabía perfectamente cómo hacerlo.

Me cambie de ropa, me puse unos shorts negros con una camisa rosada de flores. Baje al primer piso en donde estaba Sofia hablando por teléfono,era típico de Sofi..y mi papá sentado en el comedor organizando papeles. Camine hasta la cocina, allí estaba mi madre quien me miraba asesinamente, ¿Por qué no me dejaba vivir en paz?

-¿Qué hay de almuerzo? -Pregunte.

-Arroz, papas fritas, carne y una rodaja de pan. -Dijo mi mamá.

Oh dios, otra vez preparó cosas que tienen alto contenido de calorías y esas cosas, no me convienen, como dice mi tía marcela. Tome un botellón y serví
agua.

-Voy a conocer un poco. -Le dije a mi mamá.

-¿No vas almorzar? --Pregunto.

-Cuando vuelva. -Sonreí falsamente.

Salí de la cocina y de la casa. Dios, me hacía bien estar lejos de mis padres.Y bueno... creo que tener a la Nerd de "Amiga" no era una mala idea, ella me podía ayudar con mis calificaciones. Digamos que me podía dar una pequeña ayudita.

Camine hasta la casa de la nerd y toque el timbre. Su mamá  Consuelo me abrió.

-Ana. ¿Cómo estás?-Sonrió.

-Muy bien, Gracias señora. -Sonrei. -Mmmm, me preguntaba si Alejandra está en casa.

-¿Alejandra? Claro, está en su habitación. Acaba de llegar del colegio, unas chicas le han hecho una maldad, no tienen corazón.

-¿Qué le hicieron? -Pregunte.

-La empujaron, tiene una gran herida en su pierna. No sé qué es lo que les hace mi bebé de malo para que la traten así.

-Oh, dios, -Negué con la cabeza. - ¿Puedo pasar a verla?

-Claro. -Sonrió.

Entre a la casa y subimos las escaleras, caminamos por un largo corredor y entonces entramos a una habitación... la habitación de Alejandra.

-Alejandra, mira quien está aquí.-Dijo su madre.

Alejandra levanto la mirada y entonces me vio, pude notar como se puso de nerviosa al instante de verme.

-Ana. -Dijo Alejandra.

Camine hacia ella, Dios, había una gran raspadura en su rodilla. Tenía bastante sangre, ¡Que dolor!

-Oh, Alejandra,Quién te hizo esto?-Pregunte confundida.

-Unas... unas chicas del colegio, pero no tiene importancia, ellas son asi.

-No puedes dejar que te hagan eso. -Dije.

-Tendré que ir por un desinfectante, vuelvo en unos minutos. -Dijo la mamá de Alejandra y salió de la habitación.

Oh, si... estaba sola con Alejandra...

-Te duele mucho?-Me senté en el suelo, ella estaba sentada en una silla.

-Solo un poco... quieres sentarte en esta silla?-Pregunto.

-No. -Lleve mi mano hasta su pierna y toque alrededor de la herida.

Alejandra trago saliva. Dios, ¿Qué era lo que la ponía tan nerviosa?

-Creo que si hago un masaje... sete puede mermar el dolor un poco. -Dije tocando su pierna.

Alejandra me miraba, no era capaz de decir una sola palabra. Dios, esto me parecía muy divertido. Comencé a hacer un leve masaje en su pierna, cada vez subía más y más. Alejandra no quitaba sus ojos de mí, me miraba nerviosa. Subí un poco mi mano, hasta estar muy cerca de su entrepierna.

La mire coquetamente a sus ojos, su respiración estaba agitada.

-¿Te sigue doliendo mucho?-Pregunte sin dejar de masajear su muslo.

-Un... un poco. -Dijo nerviosa.

Mire su entrepierna, mi mano estaba a unos centímetros de ella, estaba tan cerca.

-¿Hay algo que pueda hacer para que te sientas mejor?-Pregunte inocente.

Enamorada De Mi VecinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora