Capítulo 54

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-Oh Tuviste sexo con Alejandra Rocha ayer? -preguntó Lucy llevándose una cucharada de cereal a la boca.

La miré inmediatamente. Mis mejillas se sonrojaron, pero para mi mala suerte no fue así. Recuerdo poco, pero sé muy bien que Alejandra se marchó en cuanto me trajo. Me odia. Lo sé.

-No. -contesté, comiendo de aquel picado de frutas que había preparado mi hermana Sofia.

-Esa infeliz ya no recuerda a mi hermana -comenzó a decir Sofi.

-¿No ves que anda con la tetona de Verónica? En la universidad dicen que follan todas las noches.

-Es que está muy buena. -exclamó Lucy.

La fulminé con la mirada. Un silencio se apoderó de la cocina.

-Corrección, mi hermana está más buena. -habló Sofia.

-Ah, eso sí. -acordó Lucy.

Solté una pequeña risita.

-Estúpidas. -dije sin dejar de reír.

-¿Te alagamos y nos dices estúpidas? -bromeó Sofia.

Negué con la cabeza sin dejar de reír.

-Hoy me reuniré con las chicas. -me encogí de hombros. -Hace tiempo no las veo. Lo único que espero es que no esté Verónica.

-¿Necesitas que te lleve a alguna parte? -preguntó Lucy.

-No. Sofia me presta su auto. -miré a mi hermana y sonreí.

***

-¿Y qué has hecho en todo este tiempo? -preguntó María interesada, mientras bebía de su malteada de fresa.

-Estuve con mis abuelos. Hice de todo un poco, además mi abuela me enseñó a diseñar mi propia ropa. AsÍ que ahora yo diseño cada prenda que uso. - expliqué emocionada.

-Eso es genial. -exclamó Sandra. -Esa falda que tienes es preciosa.

Asentí, y observe como un auto se estacionada frente a la heladería. La puerta se abrió y me encontré con Alejandra. Jamás pensé encontrámela y mucho menos en ese lugar. Se bajó del auto y pude apreciar lo cambiada que estaba.

Su cuerpo estaba de infarto, sus curvas bien definidas y su plano abdomen, su cabello era igual de largo pero con más ondas, sus ojos relucían más por el hecho de que usaba el delineador y la sombra de un color negro, sin contar que su físico había cambiado bastante. Ya era toda una mujer, y que mujer.

Ella no me había visto, o al menos eso pensé. Traía unos jeans ajustados, una blusa blanca suelta de mangas largas, su cabello caía por sus hombros y un beani negro adornaba su cabeza, que combinaba con sus botas a la perfección. Traía unos lentes de sol negros. Era jodidamente sexy. Maldita sea, mi cuerpo estaba ardiendo, tanto así que me sentía incomoda en aquella silla.

-Hey, Melgar. -María me sacó del trance en el que estaba. -¿Me estás prestando atención?

La miré y asentí.

-Si... Lo siento yo... -negué sin saber que decir.

-Viste a Alejandra Rocha. -intervino Sandra, mirando a Alejandra.

-Exactamente. -susurré.

-Ha cambiado mucho. -dijo María, quien seguía mirándola.

Le abrió la puerta del coche a Verónica y mis ánimos se fueron al piso. Los celos me invadieron completamente, ahora me sentía impotente. La verdad es que no había olvidado a Alejandra, jamás pude hacerlo aunque lo intenté varias veces y con varias chicas.

Enamorada De Mi VecinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora