Capítulo 60

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Había llegado el día.

El día de mi matrimonio con Alejandra.

Estaba tan ansiosa y entusiasmada. Me casaría con ella y... estaba segura de que era la mujer de mi vida. Ya no había duda alguna. La amaba, y no quería conocer a nadie más. Ella era el amor de mi vida y eso yo lo tenía bastante claro.

A pesar de que ahora es más Darks, viste diferente y ha cambiado bastante, debo admitir que ese cambio me gusta. Aunque fueran pocos momentos en los que sacara al Alejandra anterior, a la que conocí, tierna y que se sonroja por cualquier cumplido. Sabía que amaba ambos lados de ella y cada ridículo gesto o manía suya me tenía babeando.

Alejandra Rocha era perfecta.

Perfecta para mí.

-Estoy nerviosa, papá -susurré, apretando sus manos.

lbamos en camino a la iglesia. Los nervios me estaban consumiendo, podía imaginarme a Alejandra, esperándome.Seguramente estaba jodidamente hermosa en este vestido blanco

-¿Qué tal está la relación de Alejandra y Sofia?

-Va por buen camino. Poco a poco está mejorando-sonreí ampliamente. - Sofi y Alejandra han puesto cada una de su parte y eso es un gran paso. La última vez las encontré riendo mientras miraban la televisión.

Me sentía tan feliz de que por fin mi hermana hubiese decidido darle una oportunidad a Alejandra.

-Eso es maravilloso, flaca -sonrió.- Sé qué Alejandra y tú van a ser muy felices. -Su celular vibró.

El bajó su mirada y lo tomó rápidamente.

-Es Sofi -dijo antes de llevarse el móvil a su oído.- ¿Qué sucede Sofia?

Miré por la ventana, observando a la gente caminando por la calle.Mi cuerpo temblaba y mis manos estaban sudorosas. Pero sabía que iba a ser el día más feliz de mi vida.

Giré mi cabeza y miré a mi padre.

La expresión de su rostro no era nada agradable, además tenía la mirada puesta en mí. Bajó su celular lentamente, guardándolo nuevamente en su bolsillo.

-¿Qué pasó? -pregunté.

-Alejandra.. Alejandra no ha llegado a la iglesia.

******

-Se lo merece, Salma -comenté con mi amiga.

Estaba sentada en el sillón de mi casa, mientras hablaba por teléfono con mi mejor amiga y bebía una copa de vino. El vestido de bodas se encontraba en mi armario, que mala suerte no poder usarlo, era realmente hermoso.

Pero todo ya estaba planeado.

-Oh, vamos Alejandra -comenzó a decir-. Tú la amas. Sé lo que sientes por ella. He estado presente en toda tu vida y puedo decirte que te vas a lamentar si dejas ir a esa mujer.

Salma a veces me sorprendía mucho, puede cambiar de ser la lesbiana más jodidamente inmadura he infantil hasta la mejor de las consejeras.

-Ella jugó conmigo. Me vio la puta cara de tarada. ¿Por qué te pones de su lado? ¿Qué no recuerdas lo que me hizo?

-Eso ya pasó Ale, déjalo atrás. Siento que ella no es la misma a la que conociste. Te ha demostrado que ha cambiado ¿lo has visto?Debes darle otra oportunidad, Ana es una buena chica.

-Y si está fingiendo?

-No lo creo, no creo que ella sea así. Además estoy segura de que no se casaría contigo a no ser que te amara de verdad.

-¿Y si sólo lo hace por mi dinero?

-Dime la verdad, en todo este tiempo que han estado juntas desde que ella volvió esta ciudad, ¿te ha demostrado estar interesada en ti sólo por tu dinero?

-No, no me ha pedido nada y los pocos regalos que le he dado, es porque he querido.

-Oh, vamos Alejandra Perdónala, olvídate de todo. Anímate a vivir una nueva vida con ella. Sin engaños, mentiras, ni nada. Solo tú, y Ana.

-¿Si me estoy equivocando y si lo hago mal una vez más? no habrá vuelta atrás.

-Piensa con la cabeza. ¿Realmente crees que ella se casaría contigo si no estuviera enamorada?

Me quedé mirando a la nada por unos segundos.

No sabía qué hacer, pues ya iba muy tarde a la iglesia, seguramente los invitados estaban preguntándose porque la novia no estaba presente.

¿Estaré haciendo lo correcto? Después de todo fue lo que planee desde el principio.

¿Será que Ana ya había llegado? ¿Ya se había dado cuenta de mí ausencia? ¿Acaso era demasiado tarde? ¿Debía ir? ¿Debía confiar en ella? ¿Debía olvidarme de todo? muchas preguntas y todo se resolvía sólo con una respuesta.

Sí o no. ir o no ir.

Mi vida ahora dependía de ello.

Fin

Enamorada De Mi VecinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora