El Diario De Mathew Gray- Jean León

2.8

El jardín de aquella casa solo estaba iluminado por la suave luz de la luna reflejada en el pequeño "lago" sus pies descalzos tocaban ligeramente el agua perdida en sus pensamientos y sus miedos.

Todo lo que quería hacer era quedarse en ese lago el resto de su vida, sin la preocupación si al día siguiente despertará de nuevo.

—Ey—escuchó detrás de ella.

No volteo a ver a la persona hasta que está se sentó a su lado con una sonrisa leve.

—Ensuciaras tu Pijama...

—Eso no importa— Respondió con sinceridad observandolo a los ojos, sentía que miraba a un extraño al no encontrarse con los ojos de su Jean.—¿Qué haces aquí a estas horas?.

—Vine a verte—confesó con una sonrisa de lado mientras buscaba algo en su bolsillo—quería darte esto...

Un collar colgaba de su mano bajo el reflejo de la luna dándole brillo a este.

—¿Para mí?— Murmuró confundida, reconocía aquel collar donde fuera...

—Si, es una herencia de mi abuela, si la aceptas significa que aceptas que te corteje— Murmuró de igual forma avergonzado mientras soltaba todo el aire de sus pulmones nervioso.

Alzó por un momento la mirada para observar el rostro sonrojado de Jean y la agitada respiración de este, era la primera vez que lo veía de esta manera y para ella en cierto sentido era tanto complaciente como tierno, una sonrisa de lado se escapó de su rostro.

Estiró su mano para tomar aquel collar bajo la curiosa mirada de Jean y colocarse aquella joya mientras sonreía.

—Entonces la acepto— Pudo observar su mirada brillar de un momento a otro acercándose para abrazarla tomándola por imprevisto.

—G-Gracias— logró escuchar en su oído causándole un escalofrío por todo su cuerpo...

(...)

—¡Maldición!— Se escuchó entre los árboles el fuerte gritó mientras un árbol caía con la marca de los caros tacones de aquella vampira.

—Disculpe ama— Murmuró su sirviente bajando la mirada con nervios.

—¡¿Entiendes la gravedad del asunto?!— Exclamó exaltada queriendo lanzarse encima de aquel ser inservible y arrancarle la Yugular.

El humano negó levemente.

— Estúpidos humanos, nunca entienden nada...— Murmuraba mientras caminaba de un sitio a otro apretando sus manos con mucha molestia casi haciendo que su piel rechistara de la fuerza que ejercía— Espera...

Detuvo su andar cuando cayó en conciencia de sus palabras.

— Humanos...— una sonrisa escalofriante adornó su rostro para voltear a ver aquel sirviente— ¿Qué día es el baile de la familia Brown?

—Es en 6 días — Murmuró nervioso sin poder observarla.

—Perfecto — se acercó lo suficiente a él para imponerle helada su piel— Necesito que consigas una invitación cueste lo que cueste...

Aquel hombre asintió sin reprochar y antes que lo notara lo dejó solo en aquel bosque espeluznante con los nervios de punta.