CAPITULO 1.

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¡Hola! Las musas de la inspiración y un viernes por la noche libre han hecho su trabajo. Apareciendo con una nueva historia para ustedes, con varios tintes espirituales y un poco de criminales con nuestros amados personajes, esperando les guste a todas 🥰


Favor reproducir video de la portada de este capítulo 😌

💗💗💗💗💗💗
Capítulo I.
PRÓLOGO.

Diariamente, para Terrence Winslow, vivir era una aventura, cada respirar era la máxima experiencia de todas. Siendo un afortunado desde su nacimiento, dueño de su propio consorcio de construcciones, y adoraba crear cosas con sus propias manos.

—¡La base tiene que ser más hacia el centro! —Exclamo dando un vistazo a sus planos. Dando pasos ligeros a un lado. Entrecerrando uno de sus ojos para enfocar bien en su objetivo —Eso es Gerard.

—¡Señor Winslow, Señor Winslow! —Grito detrás suyo un joven pasante, Terrence se volteó rápidamente y apoya al chico que le llamó, apoyando su mano derecha sobre el costal pesado que llevaba sobre su hombro y la izquierda sobre su casco de su cabeza.

—¡Hey! Tommy, cuidado te caes o...

—Lo se, lo se, me puedo enterrar una cabilla en un ojo —Fue la respuesta del muchacho respirando cansado —Al parecer hoy se remata el trabajo en este piso.

—Eso se augura —Terrence observó a detenimiento los avances en el diseño de ese lugar. Quizás era de sus mejores trabajos hasta ese día y me encantaba como iba pintando todo .

—¡Señor Winslow! —Alguien del otro lado llama al joven que en esos días disfrutaba de sus veintinueve años de vida caminando sobre la tierra de forma alegre y gloriosa, se dió la vuelta para encarar a quien le llamaba.

—¿Qué pasa?

—Aaaahhh, llegaron los nuevos porcelanatos.

—¡Genial! —Exclamo con una sonrisa torcida delatadora. —¿Podrías encargarte jovencito?

—Por supuesto señor. —respondió el chico.
El hombre le entrego los planos  y empezó a caminar por toda la estructura que ahora tenía la forma de  un elegante edificio en el centro de Nueva York. Se apresuró hacia el depósito de materiales. Admiró los camiones con pedidos, la calidad, su dureza, sus aromas, detallando que todo fuera lo mejor para sus clientes.

—Porcelanato pulido... Es perfecto.

—Del color que usted solicito, negro azabache, las personas podrán mirarse como un espejo.

—Ese es el objetivo, señor Eames. —Con sus manos fuertes sostuvo uno de los porcelanatos, vio su reflejo en ese oscuro y frío cuadro, aquellos ojos azules como el océano, que a simple vista se veían tristes en alguien que emanaba tanta alegría y vitalidad.

Los veintinueve años de alegrías y experiencias que recaían sobre sus fuertes hombros, hombros que nunca cargaron a los hijos que anhelaba, hombros que eran la base de un imperio formado por su abuelo, un inmigrante ruso varias décadas antes, hombros capaces de sostener el amor de la que para él, era la mujer mas increíble de todas.

Alzó esos ojazos tan grandes y azules como el océano de repente vieron a aquella criatura de ojos igualmente azules, de largo cabello negro que destellaba una sonrisa solo para él.

—..Pero miren a quien tenemos aquí.—Exclamo con emoción el joven al ver a la persona frente suyo.

—Buenas tardes, señor Winslow.

RENACIENDO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora