CAPITULO 8

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Renaciendo.
Capitulo 8

Todos veían a esa mujer gritando con desespero, como si hubiera visto lo mas aterrador de la faz de la tierra, se había tirado al suelo y miraba aterrada a un punto fijo, alzó su mano hacia Terry quien no tenía ningún gesto en su rostro. Richard se dirigió a ella, levantandola del suelo y hablándole de todas maneras para que volviera en si.

—..Annie ¡Annie, cálmate!

—Él... Él volvió... ¡Esta vivo! —Le siguió señalandoal joven delante de ella, porque realmente no podía creer lo que estaba viendo.
Terry simplemente no respondía, estaba inmóvil, solo veía a esa histérica mujer que le hablaba, a quien le acusaba con el dedo, internamente sonreía, era obvio que nadie jamas le creería.

—..Calmate, él es mi hijo Terry.

—No... ¡No! Esta vivo, esta vivo —Grito aterrada mientras se sujetaba del agarre de Richard, sentía que iba a enloquecer viendo a ese joven que dió unos pasos hacia ella

—Aaamm ¿Puedo ayudarla en algo? ¿Necesita un vaso con agua? —Pregunto Terry con falsa preocupación. En ese momento, se dio cuenta cual sería su arma perfecta, se fue acercando a ella, lo que provoco que se siguiera agitando.

—¡Nooo! Alejate de mi, bastardo —Volvio a gritar Annie con los ojos inyectados de pánico. Todos alrededor de ella empezaron a cuchichear por la manera como se comportaba, realmente se había descontrolado.

—Terry... Deberías acompañar a Elia y a sus estudiantes mientras llevo a Annie a tranquilizarse. —Sugirio Richard sosteniendo a la pelinegra entre sus brazos.

—Pero yo...

—Ve... Te alcanzo luego. —Dijo mientras llevaba a la mujer lejos, y él solo se quedo mirando como su simple imagen provoco que se descompensara drásticamente.

Él quería seguir disfrutando de esa magnifica escena, pero a la vez sabía que Richard tenía razón. Al menos había atraído la atención, y había sido mejor de lo que esperaba. Él jamás tomo en cuenta que su desarrollo físico jugaría a su favor, en especial en sus ojos, eso lo usaría como arma. Ser el infierno en la tierra para ella y para Mark.

Probablemente nunca volvería a tener la vida de antes o a estar con su madre y su hermana, pero conseguiría vengarse a toda costa.

—..Annie tranquilizate por favor.

—¡Richard tienes que entenderlo! Volvió de la muerte y viene por mi.

—¿De quien carajos hablas?

—¡De Terrence Winslow! Esta vivo y tu lo viste. —Richard pensó por un momento que Annie había enloquecido.

—No digas tonterías.

—¡Es él! Tienes que creerme —Vocifero la pelinegra aterrada de que ese joven de amplios ojos azules se pareciera tanto a él, al punto de provocarle miedo. Grandchester la sentó en un mueble y la vio llevarse las rodillas al pecho y cómo empezó a balancearse de adelante hacia atrás entre lágrimas. Richard simplemente no podía creer en las disparatadas que Annie decía entre sus agitaciones.

¿Terrence Winslow vivo? Hasta el mismo deseaba eso. Probablemente la Constructora estuviera en otras condiciones y no al filo de la bancarrota.

El recorrido en la compañía reinicio sin inconvenientes, salvó por la mujer histérica que gritaba, siendo el tema de conversación de todos los estudiantes. Candy seguía tomando fotos, pero se desvío del camino correspondiente tomaba fotos de obreros laborando con fuerza, de los ingenieros tomando medidas y calculando con fiereza para que cada metro cúbico de esa instalación estuviera al pie de la letra.

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