CAPITULO 20

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Renaciendo
Capítulo 20.

Candy bajo por la escalera con Terry, sintiéndose curiosa de lo que él le había dicho, y Terry trataba de ocultar su sonrisa, solo quería ver la cara de la chica cuando descubriera que las cosas en el mundo podían ser de lo más extrañas y fascinantes. Y probablemente sería un adelanto para poder decirle la verdad... su verdad. Realmente quería amar a esa chica sin ningún secreto entre ellos, y a riesgos de que ella no le creyera, quería internarlo.

-..Candy, quiere presentarte a Anthony, él es... un conocido.

-¿Conocido? -respondio la chica enarcando una ceja. -¿Lo conociste hoy acaso?

-Bueno... Diría que sí, pero es buen chico, y es mejor de lo que esperas. Te lo prometo.

-¿Puedo confiar en tus promesas?

-Siempre pecosa. -dijo agarrándola de los hombros al tiempo que dejaba un beso en sus labios.

A Candy le agradaban los besos de Terry, eran suaves y sabían a panqueques. No sabía si era posterior a ese primer beso que se había vuelto adicta desde ese momento, pero si fuera por ella lo besaría día tras día.

Siguieron caminando hacia la entrada principal, dónde estaba ubicado en un rincón viendo a un punto fijo un muchacho rubio de amplios ojos que asemejaban al cielo azul, quien emitió una sonrisa al verlos llegar.

-.. Anthony, ella es Candy, la chica de la que te hablé.

-Ya lo sabía hermano ¿Qué tal, señorita? -Dijo el muchacho saludando y haciendo una expresión con sus dedos, le toma de la mano y en seguida sonríe. -Vaya... Qué hermosa, te pareces a ella.

-¿Qué? No entiendo de qué hablas.

-Te pareces a la mujer que te acompaña. ¿Qué es Rosemary para tí?

El rostro de Candy palideció, volvió a ver a Terry quien no tardó en regalarle una sonrisa a la rubia. Candy trago en seco y regreso su atención hacia Anthony, solo para que él le explica cómo sabía de ella.

-Rosemary, ella era mi madre, pero... ella está muerta.

-Lo lamento mucho, querida amiga, pero no te pongas así. Ya que ella está contigo -Contesta Anthony dedicándole una sonrisa -Te dice que te quiere y que no estés triste, dice que cuides a tu papá.

La rubia jadeo, no podía creer lo que decía, pensaba que era una broma de mal gusto, pero era raro, ni Terry sabía el nombre de su madre. Y quería más.

-..Te dice que no te preocupes por Susana, que ella está bien. La está acompañando.

-Tu... ¿Estas bromeando? Por favor.

-No bromea... -Respondio Terry con calma. -Yo tampoco le creía, pero descubrí que esto que posee Anthony es real.

-Yo... -Candy estaba al borde de las lágrimas por lo que ese joven decía, pero era absurdo al mismo tiempo. Las personas no podían hablar con muertos ¿O si?

Antes de creerlo, necesitaba terminar de confirmarlo.

-Susana, amiga ¿Estas aqui?

-¿Quieres averiguarlo? -Pregunto de modo restante el rubio, quien miró a Terry asintiendo con la cabeza, si ella quería buscar a alguien Anthony se encargaría de encontrarla. El joven cerro los ojos, tratando de buscar alguna señal, algún indicio de la persona de la que Candy hablaba y entonces llegó..-.. Susana Marlowe está aquí. - Respondió Anthony sonriendo con ojos cerrados. -Si que eres bonita. Tiene el pelo rubio como tú, Candy.

Para Terry y Candy fue sorprendente, que él supiera detalles que no fue necesario explicarle. El rubio con pericia empezó una conversación con la difunta como si ya se hubieran conocido desde hace mucho.

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