CAPITULO 27

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Renaciendo.
Capitulo 27.

La hora había llegado, había esperado dieciocho años para ese momento, dónde desenmascaria a sus asesinos frente a todos. Aún así, sabía que esa noche no solo haría justicia, sino que vería a los suyos juntos.

En efecto, no era la primera vez que asistiría a un evento de esa magnitud, pero si era la primera vez en un cuerpo diferente. Y después de tanto tiempo se revelaría como un ente al cual habría de temer.

—.¿Seguro que quieres ir?

—Si madre, no te preocupes, todo saldrá bien hoy. —Dijo al tiempo que abrochaba su frack. Se miraba al espejo y ese rostro que veía ahí le generaba temor. Porque Incluso después de dieciocho años, no asimilaba que ese era su rostro y su cuerpo.

Eleonore noto cierta incomodidad en el muchacho, se acercó para arreglarle el traje y ver qué estuviera impecable. Siempre se iba a asegurar de que todo estuviera bien con su hijo.

—Te ves elegante y muy guapo. Me haces sentir orgullosa.

—Orgulloso me haces sentir tu al saber que te contrataron por tus postres está noche.

—Bueno, la pasaremos bien así estemos en distintos lados del salón —Comento la rubia abrazando por la espalda a su hijo —Solo comportate, y si alguien quiere golpearte se lo devuelves.

—Descansa... el de los escándalos no seré yo. Y saldrá en primera plana.

Eleonore se sentía confundida por el comportamiento de su hijo, ahora se veía más oscuro que nunca y tenía que fuera a hacer algo de lo que podría arrepentirse.

—..Te ves muy guapo ¿ya te lo he dicho?

—En los últimos dieciocho años, si.

—Pues te lo seguiré diciendo cada día de mi vida. —Lo abrazo con fuerza. Algo dentro de ella, quizás el instinto materno le gritaba que algo sucedería, y temia por eso.

.....
Mientras tanto, en la recepción de la fiesta, Thomas vigilaba a gusto de que todo fuera perfecto, ese día el planeaba algo. Esas fiestas siempre le daban nostalgia, ya que su amigo Terrence ya no estaba con ellos, eso entristecía a Elia, y aguardaba a que el plan que llevaría a cabo fuera exitoso.

—..Thomas ¿Todo esto bien? —Pregunto Paulina viéndose imponente con ese vestido azul marino.

—Si… todo bien, es solo que esto me trae recuerdos.

—A mi también, los recuerdos de un pasado que nunca regresará —La anciana cerro los ojos y no pudo evitar llenarse de nostalgia. En especial por ese hijo que perdió, pero que desde hace un tiempo lo sentía tan cerca —Thomas, pensarás que estoy senil, pero de un tiempo para acá siento que él está cerca.

—¿A quién se refiere?

—A mi Terrence... sobre todo cuando veo a ese muchachito de ojos tristes y sonrisa coqueta —Hubo un momento de silencio, la mujer no podía siquiera hablar, pero Thomas quería saber de qué se trataba.

—..¿A qué muchachito?

—Al hijo de Richard... Terrence, a veces siento que es una casualidad que se llame como mi hijo, que tenga su modo de actuar y hablar… a veces siento que mi hijo ha vuelto para darme un poco de felicidad antes de que el Señor decida llevarme a mi también… y quiero creerlo con el alma.

Era el deseo de una madre, y ese deseo estaba hecho realidad, pero esa realidad a veces tiende a ser mas oscura de lo que se pensaba.
A medida que empezaban las tinieblas a cubrir la ciudad, la imponente residencia Winslow brillaba con todo su esplendor, los anfitriones de dicha fiesta se lucían con sus mejores galas, y el público contenía el aliento de la emoción.

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