Renaciendo
CAPITULO 29
🤯🥲🤯🥲🤯🥲🤯Sólo basto el chasquido de los dedos de los Winslow para solicitar la orden de aprensión de Mark por el asesinato del Señor Eames, Susana Marlowe y Terrence Winslow, los involucrados en aquellos crímenes habían sabido jugarle sucio a la ley, pero el tiempo se les habla terminado. Aún así, la justicia había llegado tarde y no era perfecta.
Para tristeza y decepción, Mark se había adelantado a los eventos, se había ido y se llevado todo, incluso su tapete de baño, con tal de no dejar indicios de su paradero. Y para mayor sorpresa de todos, Annie, no hablaba con nadie, había sido abandonada por Mark le aún así guardaba silencio del paradero de ese hombre, por el momento, nadie estaba seguro con él suelto.
—¡Vaya! Conque este es el lugar —Contesto el rubio observando la entrada de la mansión Winslow, respiro profundamente, mirando a través de sus oscuras gafas de sol el tétrico ambiente del lugar —Mi sobrino tenía razón, los muertos no se han ido de este lugar. Piden justicia.
—¿Cómo dices, Albert? —Pregunto otro oficial a su lado.
—¡Ah! Nada, solo pienso en voz alta. Que la justicia llega tarde para muchos.
—Oh si, más de dieciocho años del homicidio del joven Winslow, nada más y nada menos que su novia y su menor amigo. Eso debe ser una tragedia.
—Los primeros sospechosos ¿Nadie lo dudo?
—Segun los reportes de esos años, ni siquiera los tomaron en cuenta.
—Supieron esconderse bien —Albert se agachó y tomo un puñado de la tierra de la entrada. Respiro profundamente aire, sintiendo su cuerpo vibra ante la presencia de entes que solamente él y su sobrino estaban al tanto. —Que tarde nos dimos cuenta de esto, Terry, pero me encargaré de esto, jovencito. Para que al menos, en esta vida, puedas tener paz.
Se puso de pie y se preparó para empezar su trabajo. Albert Ardley no había llegado a la estación de policías de Nueva York por mera casualidad. Y mucho menos su sobrino había conocido a Terry por harás del destino. Fueron sus visiones quienes lo llevaron a Nueva York a esculcar en un famoso homicidio ocurrido hacia dieciocho años atrás, uno que aparecía una y otra vez en su cabeza. Su don, que al principio parecía ser una maldición se había hecho su aliado, especialmente ante sus deseos de ser investigador y resolver casos con algo de ayuda paranormal. Aquel don que nadie en la estación conocía, y le era de mucha ayuda.
Y ahora, un crimen que estaba dispuesto a resolver, era el homicidio de Terrence Winslow de una buena vez, le haría justicia y le daría paz ese joven y a su familia, en especial porque había dicho el mismo Terence quien lo había guiado hacía sus homicidas.
....
—..Candy. —El doctor Jhonson llamaba a la habitación de la rubia, quien estaba ensimismada imprimiendo fotografías de aquella fiesta, que aunque para ella fue un evento majestuoso, no dejo de ser un desastre.—¡Hola, pa'! —Saludo la chica con voz suave.
—¿Cómo te sientes?
—Bien, ya no me duele el hombro —Dijo la chica con una sonrisa, aquella fiesta había sido mucho un susto, pero no tanto para el pobre doctor Jhonson, sobre todo al saber por boca de Terry y la policía lo que Candy había hecho.
De haber sabido los problemas en los que se metería la rubia, jamás le hubiera dado cámaras fotográficas. Aún así, tenía una hija muy valiente para haber afrontando todo eso sin su ayuda.
—¿Todo en orden? ¿La policía otra vez me busca? Ya les entregué todo lo que tengo.
—Nada, solo quería saber como has estado. Es, después de todo esto, me doy cuenta de que te tengo tan descuidada que...
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RENACIENDO.
Fanfiction¿Serías capaz de regresar de la muerte solo para hacer justicia y proteger a los tuyos? ¿Volverías a creer en el amor después de una traición?