CAPITULO 7

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Renaciendo.
Capítulo 7.
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Tanto tiempo y por un momento sintió que volvía a esos años dónde el mundo parecía ser suyo. Por un instante parecía que iría a un día cualquiera de trabajo, donde estaba listo para ir y supervisar su obra. Pero no, en él cuerpo de un adolescente solo iba de compañía con su nada apreciado padre, pero aun asi estar alli significaba todo para él. Observaba cómo varios jovencitos se preparaba para entrar y admirar en trabajo de su padre, se sentía tan orgulloso del trabajo que su familia continuo haciendo incluso después que él se fue.

—..Es aquí, hijo mío. —Explicó Richard al joven, pero Terry no le presto atención, y no fue hasta que él le abrió la puerta del auto para invitarle a bajar —¿Te pasa algo?

—Nada. Es solo que este lugar es enorme.

—Si. Esto es un imperio que se hizo con sangre y sudor.

—¿Te sientes orgulloso de estar aquí? —Pregunto el joven absorto aún por saberse cerca de los suyos. Pero en especial de escuchar al mismo Richard Grandchester sentir orgullo de algo que fuera él.

—Si. Trabaje para un joven que veía las oportunidades destellar en un instante y con un talento singular. Y si te interesa, se llamaba igual que tú —Explico el castaño canoso mirando a su hijo. Si tan solo tuviera la menor idea de quien estaba delante suyo —¿Entramos? Quiero que todos te conozcan.

Abrió los ojos desmesuradamente ¿Conocerlo? No lo había pensado en eso ni por un instante, quizás alguien lo reconocería, quizás Paulina este alli, volver a verla seria lo mas grato. Volver a ver a Elia, apostaba su vida a que se veía fabulosa y esperaba con ansias poder ver a ese sobrino o sobrina del cual había tenido la suerte saber su venida.

Y asi como queria ver a personas gratas... Había otras a quienes queria ver destruidos, a quienes queria ver sufriendo lo mismo que él. Esos que acabaron con su antigua vida.

......
—..Ahora la ridícula de Elia pretende que la constructora saldrá adelante abriéndolo para excursiones estudiantiles ¡Es la mayor estupidez que ha podido cometer! —Vocifero Annie en una de las salas de conferencia, dando vueltas por cada rincón —Ella y sus ideas raras y absurdas.

—Ella ha sido tan rara toda la vida, igual que su hermano ¿Lo olvidas? —Dijo Mark reclinandose de su asiento y escondiendo una sonrisa maliciosa. En especial cuando sacaba de cuando en cuando a relucir el tema de Terrence para ver a la pelinegra sonrojarse ante su recuerdo.

—Te recuerdo que de él no se habla.

—Vamos Annie. No me digas que en verdad te enamoraste de Winslow.

—¡Para nada! —Dijo la mujer dándose la vuelta para imponerse ante los arrebatos que Mark le provocaba —Y te he dicho mil veces que ese nombre no se dice en este lugar. Me enerva tan solo escucharlo.

—¿Qué pasa? ¿Crees que por no andar diciendo su nombre vas a opacar lo que hiciste? —Contesto burlón . —Aun recuerdo cuando cumplí la promesa de follarte sobre su escritorio. Por mi, lo haría incluso en su tumba.

—Solo hablas sin actuar —Fue la respuesta de la pelinegra ante los intentos de coqueteo de Mark quien la empezó a besar con fervor, con sus manos perdiéndose a través de la pequeña transparencia de su blusa, incitandole a hacer sus mas grandes perversiones alli mismo.

Sin embargo, el juego dió un giro drástico cuando se escucho una puerta abrirse, apenas si se percataron de la oleada de chicos que se habían asomado al lugar en compañía de Elia.

—..Y aquí es nuestra sala de conferencias, el lugar se hace la gestión de proyectos y en donde se supone, nacen las ideas.... Oh, disculpen ¿Interrumplo algo? —Exclamo la mujer castaña con tono de sarcasmo en su voz. Annie observa sonrojada y avergonzada cómo se había convertido en el centro de atracción de todos.

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