RENACIENDO.
CAPITULO 30..
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Terry se apresuró a llegar con Candy, al fin pensó que algo había salido bien en su vida, ahora, debía ir con Candy... si Candy, la única que hasta ese momento era quien dominaba su alma. Sin embargo, escucho claramente el grito de la chica cerca,
—¿Candy? —Llamo preocupado, girando sobre sus talones para buscarla por todas partes —Candy ¿Dónde estás?
El corazón por un momento pareció que se detendría dentro de su pecho ante la inminente angustia que se formó. Candy no se iría así, Candy no lo abandonaría justo cuando él había dando vuelta a la razón de su existir. Corrió por la calle diciendo su nombre, buscando por cualquier parte que se le pudiera ocurrir, pero su pecosa no estaba.
—¡CANDY! —Grito con horror, al saber que ella no estaba por ningún lado. Ese miedo que sintió hacía un rato se había hecho realidad —Candy no..... No, no, no, no, no, no puedes hacerme esto amor, tú no ¡No me puedes hacer esto mi amor! —Grito con agonía, las lágrimas caían por su rostro pálido y llenándose de lágrimas, las manos le temblaron y no sabia que hacer o como actuar.
Solo le quedaba pedir ayuda, y solo había alguien cerca que podía tenderle su mano, por lo que tomo la opción de regresar y pedir ayuda a su hermana, pero seguía temiendo de que nadie le creyera, pero no le quedaba opción... No podía batallar solo.
Corrió de retorno a casa de Elia, tocando la puerta insistentemente, a esas alturas no le importaba nada, solo quería a Candy, quería que alguien lo escuchara y lo ayudará. Está vez, no quería estar solo.
—Elia... Elia ¡Ayúdame, por favor, hermana! —Grito con más fuerza. Se derrumbó ante la puerta hasta que alguien salió para abrirle, Terry alzó la mirada para descubrir a Elia, a esa pequeña hermana que nunca quiso dejar. Se levantó y se aferró a ella en un abrazo.
—¿Qué? ¿Qué pasa, Terry? —Logro decir la mujer con voz temblorosa, el contacto con Terry la hizo sentirse extraña, todo lo que generaba ese joven le recordaba a su hermano — ¿Qué sucede? ¿Qué haces aquí?
—Ca... Candy, no está... Corre peligro ¡No pude protegerla!
—Tranquilízate y dime ¿Qué hacían aquí? ¿Y en dónde está ella?
—¡No lo sé, maldición! —Grito alterado —Por favor... ayúdame —dijo sin dejar de aferrarse a ella, como en esos días cuando aún estaban juntos.
—Dímelo todo —Secundo la mujer tomándolo de los hombros para así verle a los ojos —Porque no dejaré que nadie vuelva a dañarnos.
—Por favor no... Por favor que no la lastime —Era ese momento donde Terry no se reconocía, donde sentía que todo su ser se desvivía por la sola idea de que algo le ocurriera a su pecosa. Todo comenzó a moverse a su alrededor y las manos le sudaban y veía a Elia distorsionada.
—Tranquilo, mi niño...
—Candy... pecosa mía —Logro decir antes de caer de rodillas al suelo. Elia tuvo que sostenerlo para que no se lastimará, pero el panorama ahora se había oscurecido.
—Terry despierta ¡Terry! —Llamo Elia sin soltar a Terry, no podía pensar o analizar algo en ese momento. Candy estaba en problemas por su culpa, necesitaban encontrarla a Candy de una buena vez.
Terry estaba dispuesto a perderse incluso el mismo, su cordura, su vida si era necesario, pero no a ella.
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RENACIENDO.
Fanfiction¿Serías capaz de regresar de la muerte solo para hacer justicia y proteger a los tuyos? ¿Volverías a creer en el amor después de una traición?