CAPITULO 23

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Renaciendo.
Capítulo 23.

Los últimos días, Terry había mostrado algo diferente a los ojos de su madre, ese frío hijo que tenia repentinamente había empezado a mostrar otra cara, una que Candy había sido la orquestadora. Cuando estaba la chica, él podía ser el ser mas infantil y alegre del mundo, no perdia el tiempo cuando ella estaba, y como madre, estaba feliz de que su hijo estuviera con una chica que le correspondiera. Pero era todo distinto cuando ella se iba.

Volvía a ver al sombrio y triste hijo que se sentaba a dibujar mirando al horizonte, Candy de alguna manera le había dado un motivo para iluminar su existencia. Y como madre, la curiosidad por su hijo era enorme. Y no fue la única en darse cuenta.

—..Eleonore… —Exclamo Robert mirándole de forma curiosa. —¿Te has dado cuenta de que Terry actúa muy raro en los últimos días?

—¿Qué? No... Actúa tal cual lo ha hecho en toda su vida... Claro, ahora es mayor, estudia y tiene un trabajo. Es lo único diferente. Del resto, sigue siendo mi pequeño milagro. —Pero ella sabía que era más que diferente el comportamiento de su hijo.

Terry nunca fue un niño por el cual debió de tomarse molestias. Era obediente y maduro para su edad, tenía las típicas actitudes de un adulto, nunca tuvo quejas de él... A veces pensaba que el no era normal, pero cuando la abrazaba, le daba besos en las mejillas y le gritaba cada vez que se iba a la escuela que la amaba, esos pensamientos se disolvían.

Sin embargo, desde que se vio involucrado con Candy en ese homicidio, sus comportamientos se hicieron más extraños que nunca. Y algo le decía que no todo andaba bien con él, que ese hijo que tanto amaba no era del todo normal entre sus actos.

—..Si, pero ahora mas de lo normal. Lo bueno es que ahora anda con esa chica, Candy me agrada.

—A mi también... La única que puede al menos sacarle una sonrisa a mi amargadito ¿Quien iba a decirlo? —dijo la rubia con una sonrisa —Oh. Hablé con Richard.

—¿Qué quiere ese bastardo?

—Solo vino a decirme que la compañía en donde trabaja Terry dará una fiesta por el aniversario. Y pretende que vayamos.

—No lo sé, Ellie —explico Robert llevándose una mano a la nuca —Pensarás que estoy loco, pero sigue sin darme buena espina que el este en ese lugar en donde se metió Terry.

—A mi tampoco —respondio la rubia, y los temores del joven eran bien infundados, sobre todo luego de que la pareja le declarará que dentro de sus instalaciones habían personas que eran capaces de hacer mucho daño. A quienes ellos querían desenmascarar —Pero descuida, soy la madre de Terry. Y mi deber será protegerlo si alguien intenta dañarlo.

Robert sonrió, queria a Eleonore y a Terrence muchísimo, pero al igual que la rubia no podía evitar que un pasado que ni ellos conocían atormentara al joven castaño.

.....
—..¿Llevaste eso tan rápido hasta el piso 15 del Empire State?

—Eficiencia o nada, señor. —Terry se jactaba de ser el más rápido en ese momento. Dejo eso muy claro apenas ingreso a la constructora, y no solo eso... Sino como aprendía.

—Y después de eso, me enseñaras como es que sabes dar esos trazos. Solo un profesional es capaz de eso.

—..Un mago jamas revela sus trucos, Señor Carson. —Respondió el muchacho guiñando un ojo con diversión.

El Señor Carson había prestado atención a las habilidades de Terry, y como se parecía a Terrence, su antiguo colega. Pero a pesar de que su aspecto adolescente y su carácter dijera lo contrario, podía afirmar que era el mismísimo Terrence Winslow.

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