Capitulo 9:

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—¿Cuál considerarías tú que es el hechizo más sencillo, de todos los que te acabo de dictar? —preguntó Mcgonagall, mientras leía un libro.

Ginny estaba distraída sentada junto a una de las altas ventanas de su casi vacío salón para estudiar. La profesora Mcgonagall llevaba media hora de su clase leyéndole sobre diferentes maleficios y había comenzado a hacerle preguntas para saber si había prestado atención.

—No lo sé bien —contestó—. Entre los hechizos más sencillos, en mi opinión, está el Encantamiento Verdimillious, que genera un chorro de chispas verdes de la punta de la varita. Estas chispas pueden ser usadas para revelar objetos ocultos por Artes Oscuras, o pueden ser usadas en un duelo —agregó, recordando todo el concepto de memoria, porque le interesaba.

—Excelente descripción. Háblame sobre más encantamientos.

—Me llamó la atención un encantamiento muy útil, que es el Encantamiento Iluminador, o Lumus: este encantamiento ilumina la punta de la varita del lanzador; lo que le permite ver en la oscuridad. El contraencantamiento es solo decir «Nox», para que la luz se apague inmediatamente.

—¿No te dicté cosas más difíciles? ¿Qué tal el Encantamiento Desarmador?

—El Encantamiento Desarmador, también conocido como el hechizo Expelliarmus o encantamiento de desarme, es un hechizo que fuerza al oponente a soltar lo que sea que esté sujetando. Es mayormente utilizado en duelos para hacer que un oponente pierda la varita.

»Me gustaría mencionar también la Maldición de inmovilidad total, (Petrificus Totalus), es una que paraliza temporalmente al oponente. Según dijo Franklin Stevens en su primer libro sobre Defensa Mágica, y cito: «A menudo lo usan jóvenes magos y brujas sin experiencia en los duelos. Es la mejor forma para ellos de librarse de una situación peligrosa o embarazosa».

—¿Qué hay del Encantamiento de Cosquillas? A muchos jóvenes como tú les divierte usarlo —mencionó Mcgonagall, sonriendo ligeramente al ver que Ginny hacía una mueca.

—El Encantamiento de Cosquillas —contestó ella rodando los ojos—, también conocido como el encantamiento Rictusempra, es un hechizo que provoca en el objetivo fuertes cosquillas, lo cual le genera un ataque de risa, debilitándolo. Según yo, un hechizo solo hecho para cobardes. Si quieres debilitar a tu oponente, mejor utiliza el Maleficio Mocomurciélago, que es un maleficio que transforma los mocos del objetivo en grandes murciélagos que vuelan desde la nariz de la víctima. Incluso se pueden usar las maldiciones imperdonables.

—Pero están prohibidas por el Ministerio —terció Mcgonagall con severidad—. Solo los Mortífagos y los Aurores (en ocasiones de riesgo), tienen permitido usarlos.

—¿Y no me enseñará a usarlos? —preguntó Ginny con curiosidad.

—¡Por supuesto que no! —exclamó la profesora ofendida—. ¡No te enseñaré semejante cosa! ¡Estas lecciones de magia, a escondidas de tus padres, son para que te defiendas, no para que tortures o mates a la gente!

—¿Y si me atacan con una maldición? ¿Qué pretende que haga? ¿Lanzarle un Expelliarmus?

Mcgonagall resopló, lanzándole a Ginny una mirada tan severa que fue suficiente para que ella volviera su vista hacia la ventana, con actitud rendida. Luego de unos segundos de silencio, la profesora regresó a su libro, acomodándose sus redondos lentes en el puente de la nariz.

—¿Escuchaste lo que leí sobre la maldición reductora? —preguntó más calmada.

—La maldición reductora (Reducto), es una que puede ser utilizada para estallar objetos sólidos y reducirlos a pedazos. Es relativamente fácil reducir un objetivo a un fino polvo o a una pila de cenizas. Hasta ahora, es una de mis hechizos favoritos, solo por debajo del Mocomurciélago.

Paredes de Mentira [Harry y Ginny]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora