Capitulo 19:

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En los restantes cuatro días antes de la misión de la Orden en la Mansión Parkinson, muchas cosas pasaron en la vida de Ginny. Primero que nada, la situación con su familia en el castillo se notaba demasiado tensa, pese a que siempre se trataban con aparente amor y cordialidad. Ginny estaba muy consciente de que todo se trataba de simple hipocresía para no dañar la opinión pública, aunque tenía ciertas dudas sobre Tommy, pero eso ya lo hablaré.

La pelea fría de Ginny con su madre no hacía más que aumentar, sobre todo Winky se notaba bastante nerviosa, y cada vez que le llevaba las noticias nocturnas a Ginny sobre los movimientos de su madre —que no había nada digno de mencionar—, le advertía que tuviera cuidado. Bellatrix seguía su actitud normal, ordenando todo el horario de Ginny y tratándola como una hija, pero Ginny podía ver ese brillo extraño en sus ojos que la hacía sentir incómoda y con unas intensas ganas de salir corriendo lo más lejos posible. Por supuesto, jamás lo haría.

Añadido a esto, el jueves, cuando Bellatrix preparaba a Ginny para la visita de las señoras Parkinson, Yaxley y Flint, observó la caja de terciopelo que le había regalado Draco el día de aquella fiesta en la que Harry se coló.

—¡Pero qué bonito collar! —sonrió la mujer, abriendo la caja y mostrándosela a Ginny—. Draco tiene muy buen gusto. ¿Por qué no te lo has puesto?

—Es que no he querido quitarme el collar que me regaló papá —contestó Ginny, ocultando muy bien su nerviosismo. Observar el reflejo reluciente de aquel collar de ópalos en la caja de terciopelo le provocó escalofríos.

—¡Oh! Pero será sólo un día —insistió Bellatrix, esbozando una sonrisa mucho más amplia, que Ginny notó espeluznante—. Deberías colocártelo cuando Draco venga a visitarte. Aún no he hablado fechas con tu tía Narcisa, pero esperamos que sea pronto. ¿Te gustaría usarlo? Es muy bonito.

—Si... —Ginny se esforzó en sonreír, pensando lo que podría pasarle si se colocaba aquel collar. Tal vez terminaría muerta o mucho peor.

Ese mismo día, Ginny logró vengarse de su madre de una forma discreta, entablando unas bonitas conexiones con las señoras Flint, Parkinson y Yaxley.

Para ella no fue extraño notar que estaban un poco huecas, por lo que le fue fácil hacerse por completo su amiga. Participó abiertamente en todas sus conversaciones, estuvo de acuerdo con sus opiniones sobre la moda, alabó sus peinados y vestimentas, y se comportó como una verdadera dama de la sociedad. Entre tanto, Ginny notaba la mirada de su madre clavada en ella, como una forma silenciosa de decirle: «sé lo que estás haciendo». Pero por el contrario, esto regocijo a Ginny, quien se sintió orgullosa de sí misma.

Por suerte, más que eso, Harry por fin pudo ejecutar su venganza por haberle amenazado a Ginny con dejarle en el calabozo, y Bellatrix pasó el viernes y sábado recuperándose de una calvicie repentina que la había dejado anonadada.

En cuanto a la relación de Ginny con Tommy, esos días «mejoró» bastante, y coloco la palabra de esta forma para que se note que solo mejoró para una de las partes, es decir, para el mismo Tommy, quien ahora pensaba que había recuperado a su hermanita después de tanta pelea.

«Que ingenuo» pensaba Ginny, cada vez que lo veía y conversaba alegremente con él. Al parecer, Bellatrix no había hecho a Tommy partícipe de todo su plan y de la guerra hipócrita con Ginny, y esto ella lo supo aprovechar muy bien, colocando a su hermano de su lado en varias discusiones que tuvo con su madre. Como cuando Bellatrix quiso hacer que Ginny leyera largos libros sobre modales y Tommy intervino diciendo que Ginny era una verdadera dama de la sociedad, que no necesitaba leer más. O también cuando su padre quiso llevar el viernes de nuevo a Ginny a la sala del trono y Bellatrix dijo que debía llevar también a Tommy, porque iba a ser el heredero; entonces Tommy dijo que estaba ocupado y no quería ir a esa aburrida sala del trono.

Paredes de Mentira [Harry y Ginny]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora