Capitulo 24:

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 —¡¿Esto era lo que querías?! —gritó Bellatrix hacia su marido, apenas cruzaron las puertas principales del castillo. Se había estado conteniendo durante todo el viaje de regreso y ya no podía soportarlo más—. ¡¿Querías formar este tipo de escándalos?! ¡¿Cómo has quedado allá fuera?!

Tom no respondió, y decidió cruzar el vestíbulo a paso calmado, como si Bellatrix no le estuviera hablando.

—¡No me ignores! ¡Esto es serio, Tom!

Ginny, que se bajó de última de Maurus a comparación de su familia con sus hipogrifos, siguió a su madre cuando esta tomó el mismo camino que Tom. A su lado, estaba Tommy, con un rostro bastante serio y preocupado. Detrás, como siempre, la seguían Snape, Dolohov y Rosier.

—¡Tom! —volvió a gritar Bellatrix, histérica, mientras levantaba ligeramente la falda de su vestido para poder seguir a su marido, unos pasos mas atrás—. ¡¿Acaso conoces la gravedad de la situación?!

—¡No estoy de ánimo, Bellatrix! —respondió por fin Tom, siguiendo con su camino, aunque Ginny no estaba muy segura de hacia dónde se dirigían.

—¡No importa que no estés de ánimos! ¡Quiero que comprendas la delicada situación! ¡¿Qué querías probar?! ¡¿Batiéndote a duelo con un niño rebelde?! ¡Te estabas rebajando a su nivel!

Tom por fin se detuvo, y lo mismo hicieron todos los que lo seguían; luego, él se volvió hacia su esposa, con un rostro mas serio de lo habitual.

—Ese niño, aunque tuviera el apoyo del fantasma del mismísimo Albus Dumbledore, jamás me hubiera vencido —contestó, en un tono calmado pero que en ese instante se percibía tenebroso.

—¡Lo se! —exclamó Bellatrix, suspirando para calmarse—. ¡Pero aun así no fue el único error que cometiste! ¡¿Cómo pudiste dejar que la Orden nos robara?! ¡Además, debiste consultar primero conmigo si querías decírselo al pueblo! ¡¿Qué va a pensar la alta sociedad de nosotros?! ¡Nos estás mostrando vulnerables! ¡Van a creer que cualquiera puede robarnos!

—No es así —gruñó Tom, perdiendo la paciencia—. Y te pido, lo mas amable que puedo en este momento, que dejes de gritar. Me está dando jaqueca de nuevo tus horrorosos chillidos.

—¿Vas a resolver lo de la Orden? —insistió Bellatrix, que no se inmutaba por el aspecto dominante de su marido (aun).

—Si fueras mas inteligente te darías cuenta de lo que en realidad pasó.

Bellatrix y Tommy fruncieron el ceño, mientras que Ginny se mantuvo tranquila. Ella sabía la verdad, aunque lo dedujo por si misma.

—¿De qué hablas, padre? —preguntó Tommy.

—Todo fue un plan —intervino Ginny, y toda su familia la miró—. La reputación de la Orden estaba surgiendo de nuevo. Le estaban dando esperanza al mundo mágico, pero todo eso se desvaneció cuando «robaron» un tren de suministros que iba destinado a un pueblo que se muere de hambre, solo para beneficiar a los suyos. La Orden no robó el tren, fue una mentira.

Tom se enderezó en su puesto, enviándole a su hija una mirada de orgullo.

—Exactamente —afirmó—. Y aunque puedas pensar, Bellatrix, que nos hará ver vulnerables, quiero recordarte que no lo hemos sido durante mas de dos décadas y no lo seremos ahora.

—Algún día lo seremos —terció Bellatrix, mirando a su marido con rabia—. Pero no espero que tu entiendas el porqué. Ah, y ahora que mi querida hija intervino, puedo tocar el tema de aquel muchacho al que te enfrentaste, Tom. Porque da la casualidad de que ese chico, es idéntico al que bailó con Ginny y ademas la besó en nuestra última fiesta en el castillo.

Paredes de Mentira [Harry y Ginny]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora