9. 𝙎𝙤 𝙢𝙖𝙣𝙮 𝙡𝙞𝙚𝙨.

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Once de diciembre.

La leyenda de la mariposa azul nos enseña que somos dueños de nuestra vida, responsables de nuestro presente y escritores de nuestro futuro.

Miraba por la ventana de mi cuarto recordando las palabras de Sunghoon aquella noche. Suspiré, acordándome, por ende, de él, de su muerte, todo lo que implicaba su nula existencia a la que ya me estaba acostumbrando a pesar de que, a veces, se me olvidara el factor más importante: era un fantasma.
Giré la cabeza inconscientemente y mis ojos tropezaron con la visión del cajón donde ocultaba su álbum de fotos, bajo mi ropa, completamente escondido, así como lo estuvo entre arbustos y vegetación verdosa en el oscuro bosque donde Sunghoon lo abandonó, como si no formara parte de su historia.
Necesitaba saber qué ocurría, y el miedo a seguir indagando ya me estaba abandonando lo suficiente como para que me viera capaz de seguir echando un vistazo al álbum.

Fue entonces cuando un par de voces, las cuales reconocía perfectamente, se asomaron por mi ventana, crueles.

—¡Hola, Heeseung! —chillaron ambas a la vez, y podía jurar que era la primera vez en mucho tiempo que las escuchaba tan emocionadas. Jamás habían sido personas excesivamente alegres, al menos no ante mí, pero así las veía cuando iban por su cuenta. En nuestra amistad, las palabras, el apoyo y la alegría siempre brillaron por su ausencia y se sostenían de un único pilar, la única pata de una silla a punto de caer, y esa era yo.

Su-Jin y Violet estaban cerca de mi ventana, probablemente acababan de salir de casa de la segunda; lo suponía, ya se habían reconciliado.

Me había abstenido a mirar, me privé de rebuscar, entre tantas evidencias, una nueva que pudiera hacer que la parte que había reservado para ellas en mi corazón se pudriera un poco más. Esta ya estaba en pedazos, y por mucho que me costara aceptar que así no debía ser, estaba deseando que todos estos se juntaran por arte de magia y el diminuto rincón hecho para ellas se reconstruyera.

Y ahora había vuelto a los yacimientos de ese palacio de indiferencia que estaba construyendo; nuevamente, me encontraba pegada a la ventana escuchando sus palabras. Había emprendido camino hacia el cajón para agarrar el álbum, pero antes querría divagar en su conversación con Heeseung. Desde luego que ese día estaba a punto de volverse uno en el que descubriría cosas que me dolerían más de lo que me sanarían o me alegrarían.

—Hola, chicas —escuché decir a Heeseung. Se conocían, no demasiado, no consideraría que eran amigos, el hilo que los unía y les había vuelto conocidos había sido yo, y Heeseung lo sabía—: ¿Y Chloe? —acostumbraba a verme con ellas, a presenciar al trío de chicas que solían correr por el pueblo cuando eran pequeñas, tal vez porque yo siempre estaba a su lado, pero ellas no siempre al mío.
—Hum, ella... —había comenzado a hablar Violet. A pesar de que Su-jin trató de interrumpirla, continuó—: Últimamente no estamos mucho juntas.
—¿Y eso por qué? —pude imaginar cómo Heeseung se cruzaba de brazos, curioso, y ladeaba la cabeza como él solía hacerlo cuando tenía muchas preguntas o algo no le cuadraba. Lo conocía muy bien.
Y él a mí.

Apoyada en la pared con el cuerpo bastante cerca de la ventana abierta, continué escuchando, ambas crearon un silencio en el cual hasta yo pude notar la incomodidad, una tensión tan grande que podría haberse cortado con un cuchillo.

—Ella ya no quiere estar con nosotras. Supongo que hemos tomado caminos diferentes. —incrédula, no pude evitar abrir los ojos como platos ante aquello, traté de entender sus palabras, buscarle un significado al sinsentido que acababa de mencionar Su-Jin, pero no lo había, no podía defender sus palabras tanto como me hubiera gustado—. Siempre le ofrecemos venir con nosotras, pero nunca acepta. Chloe ha estado muy distante estos días y ni siquiera nos ha dado una explicación, a veces le escribimos, pero...
—No contesta —finalizó Violet.
—Eso es raro —combatió Heeseung, aliviando una parte de mí que temió que creyera algo así.

𝐈 𝐅𝐄𝐋𝐋 𝐈𝐍 𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐖𝐈𝐓𝐇 𝐀 𝐆𝐇𝐎𝐒𝐓 | Park Sunghoon ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora