Su cuerpo tiembla debido a los nervios que la invaden, un cúmulo de sentimientos revolotean en su interior y en sus oídos tiene dos vocecitas aconsejandole lo que debe hacer, una totalmente diferente a la otra. Pero el alivio de descubrir que el hombre que amó por años es inocente, la animan a dar ese paso que tanto deseaba más allá de su razón. Sabía que tarde o temprano iba a arrepentirse pues después de tanta desconfianza y malos tratos, ese sentimiento tan bonito que ambos sintieron no podía recuperarse, sin embargo, el amor estaba allí y por más que quisiera arrancarse el corazón para dejar de sentirlo, no podía.
La tensión en la habitación era notoria, sus cuerpos estaban tan cerca y tan lejos a la vez que quería terminar con las barreras y sentir nuevamente el calor de su amante. De soslayo lo observa percatándose de que él hace lo mismo, ambos estaban en la misma situación y juraba que si él no había tomado la iniciativa, es porque respetaba su decisión de no quererlo cerca, aunque estaba totalmente alejado de la realidad pues eso era lo último que ella deseaba en ese instante.
Por impulso levanta apoyándose en sus codos para poder observarlo mejor. Esteban la mira sin decir nada y no era necesario pues sus ojos hablaban por sí solos. Marcia permanece un par de segundos así, observando su rostro, hasta que siente la necesidad de lanzarse sobre sus labios como si su vida dependiera de ello, y así lo hace.
Sus bocas comienzan una danza única, no se dan tregua, no se permiten siquiera separarse para respirar. El miedo constante de dañar el momento estaba presente, sobretodo en el moreno quién tanto había deseado adueñarse del cuerpo de su mujer, sin embargo, todas sus dudas desaparecen cuando ella se le sube encima, como solía hacer y a él tanto le gustaba.
-Marcia... -susurra. Su respiración no podía estar más agitada y su corazón latía con tanta fuerza que parecía iba a reventar -Si vas a detenerte, hazlo ya -dice en tono de súplica. -por favor no...
-No quiero ni voy a hacerlo -lo interrumpe jalando su labio inferior.
Al empresario se le hincha el pecho de alegría y rueda en la cama dejándola bajo su cuerpo. Tenía tantas ganas de sentirla, tanta necesidad de acariciarla que rogaba para que las horas se detuvieran y permanecer así durante siglos, observando su hermoso rostro iluminado por la luz tenue de la habitación.
Acuna su cara entre sus manos y se queda observándola con una sonrisa, los ojos iluminados de la ojiverde provocan estragos en él. Seguía sin creer que después de tantos años, nada en ella había cambiado, al contrario, estaba más hermosa que nunca.
-¿Qué pasa?.
-Es que n-no... Quiero hacerte tantas cosas que no sé por dónde comenzar -sonríe. Parecía un adolescente primerizo.
-Sólo hazlo -lo anima besando sus labios.
Las manos de Esteban viajan por todo su cuerpo deteniéndose en el borde del vestido y comienza a subirlo, rozando todo el tiempo sus muslos. Cuando llega a la curva más acentuada de su cuerpo, se detiene.
-Está ajustado aquí -dice bajando y mordiendo una de sus caderas.
-¡Esteban! -ríe a causa de las cosquillas que provocan los dientes del moreno.
Cuando logra sacarle el pijama por completo, se detiene en el par de bragas de encaje y como un loco las arranca de repente. Jamás había hecho algo así, pero Marcia sacaba lo peor de él, sobretodo ahora con la sensualidad que mostraba todo el tiempo. Ya no era esa mujer tímida que solía ser, ahora era fuego puro y quería quemarse en medio de sus llamas.
Toma el pedazo de tela negra entre sus dedos y los lleva a sus fosas nasales, cierra los ojos sintiendo ese perfume tan peculiar mientras ella lo observa con detenimiento, necesitando humectar sus labios a causa de la sequía que comienza a surgir en su boca.
ESTÁS LEYENDO
LM One Shot
FanfictionNo es historia, sólo son algunos one shots inspirados en capítulos de la novela