Vis A Vis

838 90 44
                                    

–Hermano –antes de entrar, toca la puerta que se encuentra entre abierta. –¿Te encuentras bien? Nunca llegas tan temprano a casa.

El empresario suelta un suspiro observando a la castaña de su hermana tomar asiento a su lado en la cama.

–¿Crees que sea culpable? –suelta de repente dejándola confundida.

Inés frunce el ceño sin entender la pregunta del moreno y la angustia en sus orbes marrones la preocupó.

–¿A qué viene la pregunta? –cuestionó desconcertada aún.

Flashback.

–Haber declarado en el juicio que Nicolás estaba enamorado de Marcia me pesa un poco.

–Bruno, por favor, ya no es tiempo de estar tomando conciencia –replica. –Hicimos lo que debíamos hacer porque a los dos nos convenía.

–¿Esteban? –la voz de la castaña lo regresa a la realidad –¿Hay algo que deba saber?.

La extraña platica de sus colegas y amigos seguía rondando en su cabeza. No entendía la necesidad de mentir en algo tan grave; ¿les convenía?. Había mucha confusión en él, de lo único que estaba seguro era de querer llegar al fondo de tanto misterio. Si fueron capaces de inventar que Marcia y Nicolás mantenían una relación, ¿en qué más pudieron hacerlo?.

–Responde mi pregunta, por favor –insiste.

–Bueno... –bota aire juntando las manos sobre sus rodillas, algo típico de ella. –Debo confesar que me sorprendieron las declaraciones de todos en el juicio. –hace una pausa –¿En qué momento pasó todo y no nos dimos cuenta? –frunce el ceño –Marcia nunca salía de casa, salvo contigo o los niños... Era una mujer entregada en cuerpo y alma a su familia –sonríe viéndolo.

–Verdad –asiente dedicándole una sonrisa nostálgica, comenzando a recordar los mejores momentos de su matrimonio.

–Si no fuera por Lucrecia y los demás, jamás hubiese creído semejante calumnia. –comenta –La verdadera pregunta es... ¿Crees en tu esposa? –cuestiona si tener clara la repentina duda de su hermano. En todos estos años había evitado hablar de ella. Es como si la hubiese enterrado junto a sus recuerdos y retratos.

Él, siendo sorprendido con la interrogante, abre los ojos. Se frota la cara dejando escapar el aire de sus pulmones antes de hablar.

–Cre... –aclara la garganta –creo que me equivoqué. –responde cabizbajo, en un tono apenas audible.

–¡¿Qué dices?! ¿Tú, crees en ella... ?

–Sí. –dice sintiendo menos duda. Los veinte minutos que duró el recorrido desde la empresa a su casa los empleó en pensar, recordar... Trató de aislar cualquier tipo de celo o resentimiento y se replanteó su actuar. ¿Ella le había dado motivos para dudar? «Nunca, todo lo contrario» respondió en voz alta aferrado al volante.

Poco a poco, esa sólida esa estructura familiar en la que vivió tantos años se desplomó frente a sus pies. No tenía claro por qué sus amigos y familiares habían actuado así. ¿Por qué le apostaron a la mentira?

Pronto lo averiguaría.

Por el momento debía ser inteligente, actuar con cabeza fría, pero sobre todo con suma decisión. Si verdaderamente su ex esposa había sido engañada, debía existir algún motivo, algo oscuro y peligroso. No podía caer en una nueva trampa.

–Necesito un favor. –pidió a su hermana poniéndose de pie –No estoy seguro, pero creo que eres la única persona en la que puedo confiar. Inés, te estoy confiando mi vida y mi futuro.

LM One Shot Donde viven las historias. Descúbrelo ahora