Una Oportunidad Para Amar 4

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–La única explicación es que esta zorra que hoy dice llamarse su madre –dice Lucrecia entrando a la habitación –estuvo veinte años presa por el asesinato de su amante. Sí –ríe –Marcia Cisneros, o Marisa Jones, como se hace llamar ahora, no es más que una delincuente. Una asesina que tuvo el descaro de meterse con el mejor amigo de su esposo, y no contenta con eso, concebió a un hijo suyo. Dos años después, lo mató a sangre fría para que su engaño no saliera a la luz, pero su plan falló y terminó tras las rejas.

–¿Tía qué estás diciendo?.

–La verdad –sonríe victoriosa al ver el rostro de espanto de sus sobrinos –el imbécil de su padre cayó en sus redes de nuevo, pero no voy a permitir que los manipule a ustedes también.

–¡Basta! –el empresario se levanta tomándola del brazo con fuerza –Salte ahora mismo de la habitación, no tienes derecho a hacer esto.

–¿Qué? No quieres que tus hijos sepan que eres un cornudo, ah, y que criaste a la hija de...

–Largo de aquí –la saca cerrando la puerta.

–¿Qué quiso decir mi tía Lucrecia? –pregunta la chica. Los tres hermanos estaban de pie abrazados, todos con lágrimas en los ojos.

–No crean nada de lo que dice esa mujer –responde Marcia levantándose con las pocas fuerzas que tiene. –todo es mentira, por favor, saquen esas ideas de su cabeza porque no es así.

–¿Y cómo es entonces? –pregunta Hugo alterado –Hemos vivido engañados toda la vida, ni siquiera sabemos si Rafa es nuestro hermano.

–Tomemos asiento –pide el moreno.

–No papá, nosotros...

–¡Que se sienten! –hacen caso regresando a su posición en silencio.

Esteban ayuda a su esposa a recostarse nuevamente y con cuidado de no lastimarla se acomoda a su lado.

–Hace veinte años –comienza a narrar dejando salir las lágrimas. Los recuerdos de ese viaje vivían atormentandola. –hace veinte años acompañé a su padre a un viaje de negocios en España. Un día fue suficiente para que Esteban concretara un importante convenio que traería ganancias para todos y esa noche, lo celebramos. Luego de la cena fuimos al casino un rato, yo estaba cansada y me regresé a la habitación porque quería hablar con ustedes –sonríe con nostalgia –nunca los había dejado sólos tanto tiempo, Lucía estaba tan chiquita. Poco después recibí un mensaje de Nicolás...

–¿El papá de Omar?.

–Si –cierra los ojos con fuerza. Los disiparon, la sangre, Nicolás tendido en el piso... todos los recuerdos llegan de golpe acelerando su respiración –todo sucedió tan rápido, escuché un disparo y no dudé en auxiliarlo, pero llegué demasiado tarde.

–Pero si el papá de Oumi murió de un infarto –dice Lucía confundida.

–No mi amor, a Nicolás lo asesinaron y yo fui la principal sospechosa –aprieta la mano de Esteban. El miedo de ser rechazada por sus hijos estaba más latente que nunca, sin embargo, prefería contarles toda la verdad. –cuando llegué a su habitación estaba tendido en el piso con una bala en medio del pecho, me acerqué y fue cuando sentí el impacto de un objeto en la cabeza. Desperté tiempo después, aturdida y rodeada de policías, mismos que no dudaron en detenerme.

–En el juicio, aparecieron testigos que con sus declaraciones, hundieron a su madre, condenandola a treinta y cinco años de prisión. –menciona Esteban recordando aquel fatídico día.

–¿Por qué no hicieron nada? Papá, podías haber contratado a otro abogado, apelar la sentencia. ¡Hacer algo!.

La pareja no dice nada, pese a seguir amándose y haber tomado la decisión de darse otra oportunidad, para ambos el pasado seguía doliendo tanto como el primer día.

LM One Shot Donde viven las historias. Descúbrelo ahora