LM One Shot

Mi Hijo

El joven observa a la mujer que duerme plácidamente a su lado y una genuina sonrisa se forma en sus labios. Aún se siente en las nubes, no puede creer que pudo superar sus problemas y amar a la mujer con que la soñaba desde que la vio por primera vez en ese aeropuerto.

Sin intenciones de despertarla, sale sutilmente de la cama y luego de colocarse su ropa, abandona la habitación en busca del baño, sin embargo, el destino le tiene preparada una sorpresa.

Su mano presiona la manija de la puerta que se abre sin dificultad, dejando a la vista una peculiar habitación y como si de un imán se tratase, sus ojos quedan pegados en el enorme espejo..

Queriendo indagar más, entra de lleno a la recámara, comenzando a leer los post-it que hay pegados por todo el cristal, hasta que sus pies chocan con algo que desvía completamente su atención. Al bajar la vista, encuentra una caja de cartón llena de documentos, entre ellos un cuaderno. Se inclina para tomar la libreta y al abrirla, queda más confundido que al principio.

–¡Hugo! –una Alba agitada se detiene en la puerta.

Cuando despertó y no lo vio a su lado, supo que estaría en problemas y no se equivocó, pero confirmar que su corazonada era cierta, provocó gran espanto. Marcia tenía razón cuando le dijo que su relación con el joven Lombardo no estaba bien y ella, por seguir los impulsos de su corazón, arruinó todo. Había expuesto a su mejor amiga, la mujer a la que tanto le debía.

–¿Qué significa esto? ¿Por qué están todos esos nombres allí?.

–No debiste entrar aquí. –tartamudea.

–Aquí habla de la muerte de una persona –señala la libreta –Explícame que es esto. ¿Por qué tienes esto aquí?.

–Hugo esta habitación no es mía...

–Claro, es de la señora Marisa –dice recordando –esa mujer está loca. ¿Ves todo esto? Parece la habitación de un psicópata.

–No es lo que crees, por favor, sal de aquí –suplica.

–¡No saldré hasta que me expliques! –responde alterado. –¿O prefieres que me vaya y cuente todo lo que esa loca esconde?

–Bien, bien –dice entre lágrimas –pero por favor, vayamos a la sala –toma su mano sacándolo de la habitación.

En silencio, se dirigen a la sala dónde toman asiento.

–En esas notas se encuentran todos los nombres de mi familia, incluido el de mi mamá. ¿Por qué? –pregunta calmado, intentando que la confusión no lo lleve a cometer una locura.

–Hugo, me gustaría aclarar tus dudas, pero sólo hay una persona que puede hacerlo –dice tomando su teléfono y buscando el contacto de la abogada –Sólo te pido una cosa, si de verdad me quieres, habla con Marisa y escucha todo lo que tiene que decirte.

–Bien, dejaré que me explique, pero sólo por ti, eh. –alega –Conste que si no me convence, le diré a mi padre.

La española asiente y marca el número de su amiga quién contesta luego de unos segundos.

–Alba, ¿sucede algo?.

–Marcia por favor, necesito que vengas al departamento –pide con la voz temblorosa.

–¿Qué pasa? –pregunta preocupada. –tengo una cita con Gaspar, voy camino a su encuentro.

–Sólo ven, es importante.

–Bien, llegaré en un par de minutos, estoy atorada en el tráfico.

–Aquí te espero –corta la llamada –Que llega en unos minutos –informa poniéndose de pie.