Se sienta en el diván dejando a su lado la botella y la copa que traía consigo.
Los pies le duelen y no duda en quitarse los incómodos zapatos de tacón. Cuando el calor comienza a sofocarla, abre los botones de su blazer.
Vierte un poco de vino en la copa y llevándolo a sus labios, masajea su tenso cuello.
Cierra los ojos disfrutando de la bebida. El silencio en ese instante es música para sus oídos. Necesitaba relajarse y la soledad de la casa se lo permite. Sin embargo, su momento a solas se ve interrumpido por la presencia de Esteban que entra a la habitación, sorprendiendose de encontrarla allí.
–Creí que pasarías la noche con tu amante –dice intentando mantener frialdad en la voz, mientras rellena la copa.
–Y yo que estarías con tu abogado.
La pelirroja sonríe negando. Decidida ignorarlo, continúa con la degustación del Merlot.
–¿Se te ofrece algo? –alza una ceja mientras cruza las piernas.
Esteban permanece de pie, cerca de la puerta, pero con la mirada fija en ella.
–¿Qué haces aquí? –suelta de repente.
–Esta también es mi habitación –ríe ante la estúpida pregunta del empresario –¿Olvidaste que estamos casados?.
–¿Qué haces aquí, de nuevo.. –comienza a acercarse – ..en mi vida?. ¿No te bastó con el daño causado años atrás? ¿Por qué te empeñas en volverme loco?.
–Yo no he hecho nada y recuerda que estoy aquí únicamente por mis hijos –se pone de pie, quedando a su altura.
–¿Sólo por ellos? –la reta.
Marcia se acerca a su rostro, tanto que sus labios podrían chocar, sin embargo, continúa el camino desviandose para llegar a su oído.
–Sólo por ellos –susurra quemándolo con su cálido aliento.
En un impulso Esteban toma su cintura y la pega a su cuerpo, logrando que estos choquen con brusquedad.
–A veces me dan ganas...
–¿De matarme... o de hacerme el amor? –continúa provocandolo.
Al parecer, volverlo loco se había convertido en su juego favorito. Siempre lo retaba y él salía huyendo, sin embargo, esta vez sería diferente.
Sonrió internamente cuando la pelirroja soltó un jadeo de sorpresa en el momento en que él la pegó más a su cuerpo.
–Aunque te mate,... aunque te mate no podré arrancarme estas ganas de ti –dice sobre su boca –Mi piel aún resiente tus besos.
Marcia queda sin habla, no sabía cómo responder ante esas palabras porque, al igual que él, y muy a pesar de ella, seguía sintiendo la misma sensación que embargaba su cuerpo cada vez que estaba entre sus brazos.
–¿Quieres vino? –dice alejándose de él para volver a su antigua posición.
Esta vez es ella quién trata de huir de la tensión creada entre sus cuerpos.
–No sé a qué juegas, pero está bien –toma asiento en el sillón que está frente a la cama.
–Yo no juego, Esteban –le ofrece su copa debido a que no tiene otra a su alcance.
El empresario se lleva la copa a los labios. Sin dejar de mirarla bebe todo el líquido carmín, justo sobre la marca que dejó el pintalabios de la abogada en el cristal.
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LM One Shot
FanfictieNo es historia, sólo son algunos one shots inspirados en capítulos de la novela