Capítulo 24

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N/A: No quiero indagar mucho más en el momento de los latigazos, tendré 50 años y seguiré sin superar esa escena, he dicho 50 como si llego a los 90. Como tod@s sabéis lo que ocurre tras la escena de la cabaña...vamos a pasar a lo que nos interesa. ¿Qué pasaría si Franco llegase unos días antes sin avisar para ver a Sarita? ¡Espero que os guste!

Don Martín no quiso dejar a Sarita sola en el cuarto, Juan, Óscar y Franco llegaron a la hacienda en cuestión de minutos para hablar de lo ocurrido.

- Abuelito, ¿Qué ocurre?- Sara quiere moverse pero la espalda le duele muchísimo, el doctor ya le recomendó que no hiciese movimientos bruscos, al menos durante unos días.

- Nada mi vida, tú sólo tienes que pensar en recuperarte por completo de los azotes que te dio mi querida hija.

- Se salió de sus casillas, no sabía lo que hacía.- Ella ya se esperaba una reacción semejante por parte de su mamá, pero no creyó que llegaría a semejante extremo.

- Voy a hablar un momento con Gabriela, regreso enseguida.- Don Martín besa la cabeza de su nieta antes de salir del cuarto.

Sara aprovecha esa soledad para llorar, no por el dolor físico, sino más bien emocional. Le estuvo mintiendo a su mamá durante meses, engañándola; y para colmo, Fernando finalmente se chivó y le dijo dónde se encontraba. Verlos ahí, desnudos, no tuvo que ser para nada agradable. Ella sabía lo que su madre siente respecto a los Reyes, pero tampoco tuvo la culpa de enamorarse; Franco es lo mejor que le ha pasado en la vida, es momento de aceptar las consecuencias de sus actos.

Esa misma noche...

Franco camina de un lado para el otro en el jardín de la hacienda, no puede dormir, no después de lo que Norma y Jimena les contaron. Algo grave tuvo que pasar tras marcharse; si Gabriela le hizo algo...necesita saberlo, él es el responsable de todo esto aunque Sara le dirá que eso no es así.

- ¿Franco?- Eva ha podido verlo desde la ventana.- ¿Estás bien?

- ¿Sinceramente? No, tenía la esperanza de haberme encontrado con Sarita.

- Está intranquilo, ¿no es cierto?

- No sé qué medidas tomó Doña Gabriela pero seguro que algo grave tuvo que ocurrir, y yo soy el único responsable.

- No se fustigue, ambos sois personas adultas, sabíais lo que estabais haciendo, no podéis pedir perdón por haber encontrado el amor.

- Tengo que ver a Sara, no voy a relajarme hasta que no la vea y hable con ella.

- Si Doña Gabriela lo ve allí, ¿no cree que empeorará las cosas?

- No soy un cobarde, no voy a esconderme ni a alejarme. Sarita me necesita, y si sufrió por mi culpa, tengo que saberlo.

Es inútil que Eva intente convencerle de lo contrario, la decisión ya está tomada, sólo espera que no ocurra ninguna desgracia más.

Es inútil que Eva intente convencerle de lo contrario, la decisión ya está tomada, sólo espera que no ocurra ninguna desgracia más

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En la hacienda de los Elizondo...

Jimena y Norma se han encargado de las heridas de Sara, una le da las pastillas y la otra se encarga de la pomada para que las heridas se cierren.

- De verdad que no tenéis por qué ayudarme, puedo sola.

- Sí claro, ya me gustaría verte el brazo del revés para echarte la crema, no seas testaruda y déjate ayudar.- Norma sonríe ante el comentario de Jimena.

- Sabes que Jimena lleva razón, Sarita, nosotras estamos aquí para cuidarte.

- ¿Se sabe algo de Fernando?

- Le acorralamos en los establos pero mi mamá llegó a tiempo, lo mandó a su casa pero algo me dice que mañana volverá.

- ¿De verdad que no piensa echarlo? ¿Después de lo sucedido?

- Lo que mi mamá siente hacia ese hombre es algo que se nos escapa, mi mamá te castigó por varias razones, imagino que hasta le dará las gracias por haberse chivado.

- ¿Y de Franco? ¿Sabéis algo?- Norma y Jimena comparten una mirada intensa.- Venga muchachas, sé que vinieron aquí, contádmelo.

- Pues, obviamente, preguntó por ti pero no le nombramos nada de los golpes, simplemente que no querías ver a nadie.

- ¿Y se lo tragó?

- Claro que no, estamos hablando de los muchachos, pero prefirió creernos. A los pocos minutos se marcharon.

- Franco va a volver, no sé cuándo pero lo conozco, no va a estar tranquilo hasta hablar conmigo.

-          Franco va a volver, no sé cuándo pero lo conozco, no va a estar tranquilo hasta hablar conmigo

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- Eso no es una buena idea, Sara. Si mi mamá se lo encuentra por aquí, mandará llamar a los vaqueros; no podemos permitir que te vea así.

- Si lo que quiere es hablar contigo, puede llamarte por teléfono, le dices que todo está bien y que lo verás en unos días.- añade Jimena tras limpiarse la crema de las manos.

- No servirá, espero que sus hermanos no le permitan venir, pero sé qué hará lo imposible por verme, sobre todo después de saber que me quedé a solas con mi mamá.

- Bueno.- Norma se levanta de la cama.- pues siendo así, estaremos atentas, avisaremos a Dominga y las demás empleadas.

- ¿En serio quieres que te vea así de malherida? No se lo va a tomar nada bien.

- Ahora mismo, estará angustiado, se estará echando la culpa de lo ocurrido, cuando él no ha tenido nada que ver. Yo engañé a mi mamá, yo soy la que mintió, la que se enamoró de él; este ha sido mi castigo y si esto ayuda a que Fernando desaparezca de nuestras vidas definitivamente, lo aceptaré.

Norma y Jimena no dan crédito a la serenidad en las palabras de Sara, aún con las cicatrices abiertas, es capaz de hablar con tranquilidad, enterrando el dolor en lo más profundo de su ser.

Norma y Jimena no dan crédito a la serenidad en las palabras de Sara, aún con las cicatrices abiertas, es capaz de hablar con tranquilidad, enterrando el dolor en lo más profundo de su ser

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Unos días más tarde...

Sara siente cierto alivio al ver que Franco al final no apareció al día siguiente aunque eso también le preocupa. Intuye que él no ha ido a verla para no empeorar la situación con Gabriela pero le echa mucho de menos; las heridas han cicatrizado, de vez en cuando siente algún pinchazo pero eso es normal.

En ese momento, en el exterior de la hacienda, un auto rojo acaba de aparcar. 

¿Qué pasaría si...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora