¿Qué pasaría si...?

Capítulo 35

La reacción de Leandro no se iba a quedar atrás, abraza con efusividad a Sarita nada más enterarse de la gran noticia.

- Amiga mía. - comenta el muchacho tras calmarse un poco. – si tus queridas hermanas insistieron en irte a vivir con Franco, es por algo.

- No quiero darle más vueltas a ese tema, es momento de ver el vestido de novia de Norma.

- ¡Faltaba más! Vamos arriba y lo vemos, está casi preparado, me dio mucha pena tener que apartarlo cuando ocurrió...ya sabéis.

- No te preocupes, afortunadamente, todo salió bien. - responde Norma sin olvidar lo mal que lo pasaron todos, ya que Ruth también fue parte de ese trauma.

- Bueno, pues lo dicho, subamos y hablemos de buenas noticias.

- Chicas, si no os importa, voy a echarle un vistazo a la ropa. - Jimena y Norma suben con Leandro mientras que Sara comienza a dar una vuelta; no había entrado al centro de modas desde...lo de Franco.

Los espejos que hay por la tienda le recuerdan la vida que se está creando en su interior. Su camiseta ajustada ya permite ver el vientre abultado, la joven observa las prendas con detenimiento, Leandro tiene un gusto realmente bueno.

Al estar pendiente de la ropa y la bisutería, Sara no se percata de que una mujer acaba de entrar, varias personas le piden un autógrafo ya que la cantante estuvo de gira un tiempo.

Sin embargo, Rosario sí se ha fijado en la muchacha, y sólo la ha visto por detrás. Su amiga Panchita pide a las personas un poco de espacio, quieren tener una mañana tranquila.

Rosario quiere renovar el armario y esta tienda recibe buenos comentarios, aunque, muy en el fondo, la mujer tenía la esperanza de encontrarse con Franco, ya que es socio capitalista.

Sara opta por subir con sus hermanas, ya ha visto alguna que otra prenda, tendrá que preguntarle a Leandro si traerá ropa premamá. Antes de subir las escaleras, una persona se acerca a ella.

- Sara Elizondo. – la aludida se estremece al escuchar esa voz, apenas había pensado ya en ella. - Cuánto tiempo, ¿Cómo se encuentra?

- Rosario Montes, veo que las cosas le han ido bien. - Sara echa un rápido vistazo a la cantante, a pesar de que su estilo no le agrada mucho, es evidente que lo que lleva es caro. - Me va a disculpar, pero tengo que reunirme con mis hermanas.

- ¿Le he hecho algo para que me trate con esa frialdad? – Sarita coge aire, se gira en el primer escalón.

- ¿Acaso ha olvidado nuestro último encuentro? Amenazar a otra persona diciendo que su pareja le va a abandonar, no es agradable de escuchar.

- Vamos, eso es el pasado, he cambiado, Franco está olvidado, se lo prometo. - miente, es más, no sabe ni por qué se ha acercado a la muchacha.

- Le pido que no se acerque a nosotros, la última vez que fue a su encuentro, Franco fue secuestrado por unos matones contratados por su querido esposo.

Sara, que hasta ese momento tenía los brazos cruzados, deja ver su vientre de forma inconsciente. Rosario se esfuerza por no reaccionar ante esa noticia.

- Me alegro que todo le vaya bien, Rosario. Con permiso. – La cantante, perpleja, se queda de pie hasta que Pancha la encuentra.

- Amiga, ¿y esa cara? Es como si hubieses visto un fantasma.

- Está...está embarazada. - susurra Rosario, Franco va a ser padre. ¿Y lo del secuestro? Armando no le comentó nada, sí que es cierto que antes de la gira estuvo un poco raro, y le confesó que recibió una paliza pero de unos tipos, no de Franco.

Sara aprovecha el ver a su hermana con el vestido para llorar, el resto cree que es por la emoción, sin embargo, el hecho de haberse encontrado con esa mujer le ha afectado, y mucho.

Más tarde...

Las hermanas y Ruth aprovechan para comer en un restaurante, Leandro diseñará ropa premamá gracias a Sarita, no es algo que estuviese en sus planes, pero le parece una idea estupenda.

- Hermanita, ¿estás bien? - Jimena conoce a su hermana a la perfección y es evidente que algo pasa por su cabecita. - No tienes buena cara.

- El bebé, pensé que las náuseas habían cesado, pero ya veo que no, menudo meses me esperan.

- Menos mal que nos tienes aquí para lo que necesites. - añade Ruth al mismo tiempo que le da la comida a Juan David, el pequeño está contento de estar ahí.

- Norma, ¿tú lo pasaste así de mal? – Pregunta Sara para cambiar de tema, prefiere olvidar ese encuentro tan desagradable.

- Cada embarazo es un mundo, no olvidad que mis primeros meses fueron caóticos, comidas que me encantaban no podía ni verlas, el cuerpo cambia por completo.- Norma sonríe al ver a su hijo.- Pero merece la pena pasar por eso.

- ¿Habéis hablado de los nombres? - Inquiere Ruth al observar el vientre.

- Pues la verdad es que no, todavía es muy pronto, sólo queremos que todo vaya bien. Aunque...sí que hemos hablado de otro tema, pero prefiero que sea Franco el que os lo cuente.

- ¡¿Nos vas a dejar con la intriga?!- Todas se ríen con la expresión de Jimena, la más cotilla de las tres hermanas. - ¡Eso no vale!

- Le prometí a Franco que no diría nada, así que te fastidias.

Esa misma noche...

Sara necesitaba darse una ducha, olvidarse de lo ocurrido en el centro de modas. Franco todavía no ha llegado, llamó diciendo que se le haría un poco más tarde.

- ¿Señorita Sara? - Eva entra con un té recién hecho. – He pensado que le sentaría bien.

- Gracias Eva, apenas hemos hecho nada hoy y estoy exhausta.

- Es completamente normal, y cada vez podrá hacer menos.

- Usted sabe que eso no me va a gustar, soy incapaz de estar quieta.

- Sí, lo sé, ¿Franco lo sabe? - Ambas sonríen, el futuro papá sí que lo va a pasar mal porque le va a tocar aguantar el carácter de su prometida embarazada.