Cap 28: Recuerdos

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- Yo me opongo – fue lo último que escuche, antes que cayera al suelo....

Narrador:

Cuando el padre pregunto "hay alguien aquí que se oponga a este matrimonio, que hable ahora o calle para siempre" si les soy sincera odiaba esa frase, ¿Por qué tenía que existir? Si ya están allí y se van a casar, porque alguien se va a oponer, sucedía en varios casos pero igual no me gustaba.

Cuando el padre pregunto, una voz desde un megáfono dijo "yo me opongo" y dispararon no se sabe de dónde, solo se sabe que fue directo hacia el corazón de Hannah Wilson.

Solo se escuchaban los gritos de todos los invitados, Robín y Alexander encima de Hannah, destruidos y ella desangrándose.

- ¡LLAMEN A LA AMBULANCIA! - decía Alexander

- ¡RAPIDOOOO! – decía Robín mientras todos empezaron a llamar.

Fue cuestión de segundos para que llegara la ambulancia, montaron rápido a Hannah en la ambulancia y Robín y Alexander se fueron con ella. Llegaron rápido al hospital y aunque Alexander sabia que Hannah ya no tenía pulso aun le quedaba la esperanza de que la salvaran.

- ¡¿CÓMO FUE A PASAR ESTO?! EXPLICAME... TODA LA CASA ESTABA CUSTODIADA DE AGENTES ¿QUÉ PASOOO? – decía Robín agarrando de la camisa a William, destruido por dentro.

Pues claro, era entendible su hermana, su compañera, su mejor amiga estaba debatiéndose entre la vida y la muerte.

- ¡Robín cálmate, de esta manera no resolveremos nada...! – decía Moly llorando agarrando a Robín por el hombro, pero el gesto de Robín fue otro.

- ¡SUELTAME! – Dijo quitándole la mano a Moly de su hombro y agarrándose la cabeza - ¡NECESITO....ESTAR SOLO... DEJENME! – Hablo mientras se iba del lugar.

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- Virgencita – decía Alexander llorando en el santuario de la clínica - ¡NECESITO QUE NO TE LA LLEVES!..... ¡ELLA ES MI VIDA, NO PUEDE IRSE!.... ¡POR FAVOOOR! – Decía mientras se agarraba la cabeza y se le venía a la mente todos los recuerdos con Hannah.

Gracias – decía ella a la virgen, estaba en el santuario – te prometo... que en lo que salgamos de todo esto, te voy a traer unas rosas muy lindas – decía ella suspirando.

- Qué chiquito es el mundo ¿no? – le dije yo en la puerta del santuario.

Alexander recordaba el momento cuando la vio allí en el santuario pidiéndole a la virgen por Robín, ¿si recuerdan? Cuando a Robín le dispararon y Alexander y Hannah se encontraron allí, bueno ese hermoso momento en el que se volvieron a reencontrar.

- ¡Auch! – dijo quejándose del dolor, habíamos chocado en la discoteca, tumbados en el suelo mientras sonaba de fondo la canción (si me dices que
si)

- ¡Oye discúlpame no te vi! – dije mirándola, realmente esta mujer era hermosa

- ¿¡que no puedes tener cuidado!? – dijo muy molesta.

- Ven, déjame ponerte esto para que se te baje la inflamación – dije mientras me sentaba y le ponía el hielo en el tobillo.

- ven yo puedo hacerlo – dijo tratando de quitarme el hielo pero yo lo jale.

- no, yo puedo hacerlo, quiero disculparme por esto.

- ¡que no, yo puedo sola! – dijo muy molesta, realmente lo sentía, pero me quede hipnotizado viéndola, que hermosa - ¡debe tener más cuidado cuando camina, pudo haberme lastimado peor! – dijo reprochándome.

Un Último Adiós ✓©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora