Capítulo 4. 🦋

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Valerie

El día que supe lo que quería hacer con mi vida empecé a soñar que viajaba por todo el mundo, llevando a las personas mi arte. Que cada uno de ellos se quedaba con algo de mí, de lo que yo dejé en esa película o, aunque fuera un corto, que a alguien le iba a gustar lo que yo hacía. Me imaginé dirigiendo, detrás de una cámara, creando magia, pero cada uno de esos sueños se fueron a la basura el día que mi aborrecible padre me comprometió con el igualmente detestable Mark Graham. Cuando me empezó a usar para su beneficio y nunca le importó lo que yo sentía o quería en esta vida. Porque mi sueño era uno totalmente diferente a esta cruda y horrible realidad que estaba viviendo ahora mismo. No quería estudiar abogacía, ni casarme tan joven, ni siquiera estaba en mis planes hacerlo, mucho menos pretendía que las cosas sucedieran de esta manera y encontrarme en esta situación, en la cual, estaba obligada a casarme con un hombre al que aborrecía con toda mi alma. Estaba a punto de casarme con Mark y lo sentía como si fuera una pesadilla de la que quería despertar en cualquier momento.

Me encontraba de pie, esperando que Rhona pusiera en su lugar el velo del vestido. Me veía hermosa, pero no me reconocía, llevaba capas de maquillaje encima, una tiara y ese vestido, que si bien era hermoso y parecía una princesa no era yo la mujer que estaba observando en ese espejo. Jean, Beth, Rhona (mi cuñada) y la horrible madre de Mark hablaban y se reían detrás de mí, ellas se encontraban felices por el gran día, Beth no tanto, se encontraba igual o peor que yo. Jean me miraba con pena y Rhona estaba feliz por su hermano, que al fin alguien había logrado conquistar el frío y duro corazón de su hermano mayor, y su madre, bueno, ella tenía cara de culo cómo siempre y me miraba cómo si no fuera suficiente para su hijo y que él merecía a alguien mejor que yo. No lo decía por sentirme superior, pero no creo que hubiera alguien en todo el mundo que pudiera soportar al detestable de Mark.

Me pasé los dedos sobre los labios, cerré los ojos y recordé el momento en el que Carson me besó, lo hizo de una manera lenta y tan suave que más que un beso lo sentí cómo una suave caricia al alma. Me hizo el amor sin quitarme la ropa y me trató cómo una mujer, no cómo un objeto que vale su peso en oro. Su beso me hizo sentir que estaba deseando esto, que no lo hizo porque se lo pedí, lo hizo porque realmente me quería besar. ¿Cuánto tiempo estaría esperando por este momento? Ni siquiera sabía que quería besarlo hasta ese momento que nuestros labios se juntaron, cuando nuestras lenguas se conocieron y pedían más.

—¿Val? —La dulce voz de Beth me trajo de regreso. Me miraba a través del espejo y me sonrió al verla.

—¿Sí?

—¿Estás bien? —asentí.

—Estoy bien —solté una larga exhalación y recobré la postura, intenté relajarme para no verme tan tensa y nerviosa. Porque lo estaba, pero no porque estuviera emocionada por casarme, todo lo contrario, quería huir de ese lugar y no regresar nunca —. No pasa nada —me miré una vez más al espejo. Rhona se acercó y dejó un beso en mi mejilla.

—Te ves hermosa, Val, eres una princesa —su madre opinaba todo lo contrario porque rodó los ojos con hastío y apartó a su hija.

—Se nos está haciendo tarde, es hora de irnos —Rhona se apartó de mala gana. A ella tampoco le agradaba su madre y no es porque lo dijera yo, su relación nunca fue buena, la mujer prefería mil veces a su hijo mayor que a su hija y eso era más que evidente, mientras que su padre la amaba con todo su corazón, o eso parecía. Esperaba que a ella tampoco la obligaran a casarse con alguien a quien no quería, que no tuviera que pasar lo mismo que yo estaba pasando.

—Falta media hora, señora —Beth se acercó para acomodar la tiara en mi cabeza —. Ustedes se pueden adelantar a la iglesia, Jean y yo nos vamos con Val —la miró mal.

Mala Costumbre 🦋 (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora