Capítulo 27. 🦋

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Valerie

La cena fue todo un éxito para Beth y para mí. Se recaudó tanto dinero que se podrían pagar las deudas del orfanato y hacer las reparaciones que se necesitaba para que los niños vivieran bien. Me sentía orgullosa de lo que habíamos logrado, ya que siempre pensé que no servía para nada y que nunca haría nada bueno en esta vida.

Cuando me casé con Mark pensé que mi vida se había terminado. Llegué a creer que cabía la posibilidad de que algo se diera entre nosotros, pero cada día lo conocía más y me daba cuenta de cómo era en realidad. Mark y yo nunca íbamos a tener una relación cómo una pareja normal porque éramos tan diferentes y jamás podríamos ser compatibles. Era demasiado cruel e imbécil para mí. Yo merecía a alguien cómo Carson, alguien así de lindo y amable, con ese corazón de oro que podía derretir un iceberg.

Yo merecía un amor sincero y limpio cómo el que Carson me ofrecía y que por supuesto no iba a desaprovechar. Tenía la oportunidad de hacer las cosas bien y deshacerme de la escoria de Mark. Sabía que lo que estaba pasando era por algo. La vida me puso en el camino de Carson para aliarnos y que entre los dos pudiéramos destruir al energúmeno de Mark. Me llegué a arrepentir de casarme con ese pedazo de basura, pero a veces me decía que todo esto era por una buena causa.

—Todo salió de maravilla —comentó Beth a mi lado. Despedimos a los últimos invitados por ser nosotras las anfitrionas de esta cena.

Mark andaba por ahí coqueteando con alguna de las chicas que nos ayudó a servir la cena. Tampoco se me hacía raro y me importaba muy poco con quién se acostara. Él que quedaba mal ante los demás era él y no yo.

—Mejor de lo que me imaginé —exhalé —. Pero estoy agotada —me sonrió.

—Yo también —confesó —. Mañana voy a despertar hasta medio día —nos reímos.

—Yo quisiera hacer lo mismo. Quiero ir al orfanato, pero no sé si me pueda levantar —musité.

—Oye —puso una mano en mi hombro y la miré —. No tienes por qué ir si estás cansada. Evina y Grizela lo van a entender.

—Les puedo llamar.

—Les puedes llamar también y lo van a entender —soltó mi hombro —. ¿Qué te parece si hacemos algo especial para darles la noticia? —se quedó pensando.

—¿Cómo qué? —le pregunté.

—No sé, tal vez, una cena o películas para los niños. Podemos guardar el cheque con el dinero en una caja y que ellos la abran. ¿Qué te parece? —me miró.

—Me gusta la idea. Va a ser una gran sorpresa para ellos —me sonrió.

Me quedé pensando en lo que dijo Arya y cómo su mirada no se despegaba de la fotografía de Caris. Mi niña se merecía todo el amor de una bonita familia, que alguien la amara incondicionalmente y nadie la abandonara de nuevo. Caris era un ángel que había tenido la mala suerte de tener unos padres que no la quisieron y que en su lugar la abandonaron, como si no valiera nada, cuando ella valía más que todo el oro del mundo.

—¿Crees que Arya adopte a Caris? —le pregunté a Beth de repente.

Entre las dos terminábamos de acomodar los panfletos que mandamos imprimir para la cena.

—¿Por qué lo preguntas? —me miró.

—No sé —encogí un hombro —. Creo que se enamoró de ella cómo lo hicimos tú y yo —le sonreí.

—Es imposible que alguien no se enamore de esa niña. Es la más dulce y amorosa de este mundo. Se merece el universo entero. Si Arya la adopta va a tener una hermosa familia —le di la razón. Yo también pensaba lo mismo.

Mala Costumbre 🦋 (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora