Capítulo 23. 🦋

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Valerie

La habitación se encontraba iluminada por cada una de las velas en los muebles. Los pétalos de rosas esparcidos en el suelo y sobre el edredón de color blanco. Olía a rosas y cera derretida.

Con fuerza cogí el cuello de su camisa y lo acerqué a mi cuerpo que necesitaba en demasía tenerlo cerca. Mi aliento acarició sus labios y su respiración se detuvo un par de segundos. Bajé la mirada a sus labios y aquellas ganas de besarlo se acrecentaron en el momento que me di cuenta de que los tenía ligeramente abiertos y un poco rojos por el beso que nos dimos minutos atrás.

—Princesa...—las palabras murieron en su boca cuando mis labios rozaron peligrosamente los suyos con toda la intención de empezar esto que me estaba quemando por dentro.

—Dime princesa, dime mi amor. Llámame cómo tú quieras —terminé con la poca distancia que todavía nos separaba, besé sus labios con una pasión y deseo que nunca había visto en mí. Carson despertaba mis más bajos instintos y mis más perversas fantasías.

Sus manos bajaron a mi trasero y lo amasó con sus ágiles dedos que se hundían en la fina tela de mi vestido. Gemí en el momento que su mano se acercó más a mi centro y tocó sin descaro. La tela subió unos centímetros y el frío de la noche acaricio mi piel, provocando un rico estremecimiento en mi cuerpo.

—Te amo —se separó unos centímetros —. Te amo tanto, princesa —musitó sobre mis labios. Asentí y agaché la mirada.

¿Por qué no puedo amarlo cómo se merece?

Quería a Carson, lo quería mucho, pero no sentía amor por él y me odiaba por eso porque él se merecía que lo amara igual o más de lo que él me amaba a mí. Me sentía una malagradecida por no corresponderle cómo era debido.

Dio unos pasos hacia el frente y se detuvo cuando toqué la orilla del colchón. Soltó mi trasero para acunar mis mejillas con sus manos y comerme la boca con una pasión desenfrenada. Su lengua danzaba dentro de mi boca, se unía con mi lengua y la succionaba cada vez que se encontraban. Soltó mis mejillas y sus manos viajaron a mi espalda rozando a la altura de mis costillas.

Nuestras miradas estaban prendadas una de la otra. No podía evitar dejar de mirarlo y observar cada uno de sus gestos, cada arruga en su frente y cómo se mojaba los labios con la lengua.

Sus expertos dedos bajaron el cierre del vestido, cogió los tirantes y deslizó la tela lentamente hasta que la prenda cayó en el suelo provocando un sonido seco. Su mirada bajó despacio, se detuvo en mis senos y escaneó mi vientre, mis caderas y finalmente mis piernas desnudas.

—Eres hermosa —murmuró —. Eres la mujer más hermosa que existe en esta vida —su mano derecha viajó a mi cuello y lo agarro con fuerza. Observó con detenimiento mi piel y su mirada cambió en un segundo —. ¿Quién te hizo eso? —frunció el ceño. Sus ojos irradiaban enojo, rabia, odio —. Fue él. Fue Graham.

—Carson...—puse mis manos en sus brazos y hundí mis dedos en su piel —. No. Esta noche no, por favor —fui sutil y me escuchaba tranquila.

—Te lastimó. ¿Ya viste cómo te dejó el cuello? —me mordí el labio y asentí con mucha pena.

—No voy a decir que fue mi culpa, pero yo siempre lo estoy provocando.

—¡Esa no es ninguna justificación, Valerie! —me soltó de golpe y giró sobre sus talones. Estaba demasiado enojado y frustrado —. ¡Es un imbécil! —golpeó la mesa con los puños —. Pero lo voy a matar, te juro que lo voy a matar —apretó los puños —. En su asquerosa vida volverá a tocar a una mujer —me acerqué con pasos sigilosos y me detuve detrás de él, abrazándolo por la espalda.

Mala Costumbre 🦋 (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora