Capítulo 28. 🦋

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Valerie

Regresar a la casa sin que Mark se diera cuenta fue más fácil de lo que me imaginé. Carson se encargó de llevarme y dejarme a unos metros de la propiedad para que nadie supiera que me había escapado y que estaba con él. Al entrar a la habitación Mark estaba completamente dormido y no se dio cuenta de que me salí un par de horas para estar con mi guardaespaldas. Mark no tenía ni idea de lo que hacía cuando él se daba la vuelta.

Quiso tener una esposa a cómo diera lugar, pues tenía que enfrentar las consecuencias de casarse con alguien que no lo amaba y que nunca lo iba a amar.

Cuando desperté ya era tarde, Mark no se encontraba a mi lado, pero sabía que andaba por ahí porque la televisión estaba encendida y había ropa en la cama. Me deslicé hacia arriba apoyando la espalda contra el respaldo de la cama y bostecé, en ese momento Mark salió del baño con tan solo una toalla rodeando sus caderas. No me impresionó ni mucho menos. Era muy guapo, eso sí, pero no despertaba nada en mí cómo lo hacía Carson con tan solo una mirada.

Mark me era indiferente y lo detestaba por todo lo que me hizo. No podía sentir nada por él más que odio y aberración.

Me echó una mirada al acercarse a la cama y evité mirarlo para que no pensara que me sentía atraída hacia su repulsiva persona. Cogí el celular y le mandé un mensaje a Beth preguntándole si ya estaba despierta.

—En unas semanas haré un viaje importante —esta vez sí lo miré a la cara.

—¿A dónde? —cogió su camisa blanca y se la puso, sin abrochar los botones.

—Fuera de la ciudad —no especificó a donde iba —. Estaré fuera una semana por mucho.

—¿Voy a tener que ir contigo? —me atreví a preguntar.

—Esta vez no necesito que me acompañes —dejó caer la toalla revelando sus piernas y sus calzoncillos.

—Cómo quieras, de todos modos, yo estaré aquí.

—Sí, aquí es donde te quiero y no se te ocurra hacer una estupidez porque te tengo bien vigilada —me crucé de brazos.

—No me lo tienes que decir, lo sé perfectamente —cogió los pantalones de vestir y se los puso, deslizando la tela por sus piernas —. Sé que solo soy la fachada para que todos crean que eres una buena persona —abrochó sus pantalones y cogió el cinturón.

—Qué bueno que tengas claro para qué estás aquí —dijo con voz dura y serio —. No olvides que me tienes que dar un hijo.

Ni loca te daría un hijo, primero muerta.

—Sí, cómo digas —salí de la cama al ver que Beth no me respondía el mensaje. Tal vez seguía dormida y se lo merecía.

—¿Vas a salir? —preguntó cuando entré al baño.

—No, ¿por qué?

—Solo pregunto —cerré la puerta para que no me molestara.

—Idiota —murmuré.

Me cepillé los dientes y me lavé el rostro antes de bajar para desayunar. Cuando entré al comedor Elsie le servía su desayuno a Mark quien ya casi estaba listo para irse a trabajar. Menos mal que no iba a estar en la casa para que no estuviera molestando. Su sola presencia me hacía enojar. No soportaba tenerlo cerca.

Cuando por fin se fue pude respirar tranquila y me sentí en paz. La casa se sentía diferente cuando él no estaba. Había menos energías negativas y no se sentía esa pesadez que cargaba en su espalda.

Me di una ducha y me puse ropa cómoda para andar en la casa. Le pedí a Elsie que me preparara una botana en lo que enviaba unos correos, agendaba citas y veía lo de las personas que harían los arreglos en el orfanato. Quería empezar con eso lo antes posible, para que los niños no tuvieran que pasar frío y vivieran en un lugar limpio, cómodo.

Mala Costumbre 🦋 (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora