Capítulo 21. 🦋

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Valerie

Detestaba la idea de regresar a casa y tener que soportar a Mark. Cada día a su lado se estaba convirtiendo en una pesadilla de la que no podía despertar y él era el monstruo que me atormentaba tan solo al despertar. Odiaba tener que verle la cara y dormir a su lado era un tormento para mí. Esperaba que al decirle al padre de Carson que trabajaría con ellos para encontrar pruebas en su contra, ellos no tardaran en detenerlo y meterlo en prisión. No quería convivir con él más tiempo del debido y mucho menos quería darle hijos cómo tanto quería. Esperaba que esto no se convirtiera en una nueva obsesión de su parte y me obligara a darle un heredero, porque eso es lo que menos quería en ese momento de mi vida.

—No sé cuánto más pueda soportar a su lado —le confesé a Carson antes de llegar a la propiedad de Mark. Detuvo el auto al lado de la calle, que para ese momento se encontraba desierta. Pasaban pocos autos cada media hora.

—Tienes que soportar un poco más. Yo he soportado años viéndole la cara —le miré a través del espejo retrovisor y le sonreí. A penas lo hice —. Sé que no es fácil, pero eres una mujer muy fuerte que puede con esto y más.

Sacudí la cabeza y exhalé.

—Tienes razón, yo puedo con esto y más —me regaló una sonrisa sincera y más grande que la mía. No sonreía con frecuencia, pero cuando lo hacía mi corazón se derretía cómo el helado en el verano.

—Sé que puedes con esto y más. Solo piensa que en unos meses todo esto habrá terminado y que serás libre cómo tanto lo has deseado.

—Eso es lo que me motiva a seguir con esto, porque de ser diferente te aseguro que habría salido huyendo de esa casa —musité.

—Si un día te hace algo, no dudes en llamarme, ¿entendido? —asentí.

—Entendido.

Estaba claro que si algo llegaba a pasar no sería a Carson a quien le llamara en primer lugar. Era capaz de matar a Mark si este me hacía algo. Solo esperaba que mi querido y desalmado esposo no se atreviera a ponerme un dedo encima. Hasta ahora se había mantenido en paz y distante. Ojalá que alguna de sus amantes lo consolara en la cama porque a mí no me iba a tocar.

—Bien. Hay que llegar o puede sospechar que algo está pasando —asentí. Lo hice de mala gana porque no es cómo que tenía muchas ganas de llegar y pasar tiempo a su lado.

Carson encendió el auto que emitió un suave ronroneo que a penas lo escuché y condujo hacia la propiedad de Mark. Cuando llegamos la reja se abrió y pudimos entrar.

—Si necesitas algo me avisas —dijo en el momento que cogí mi bolso.

—Lo haré —cogí la manija de la puerta.

—Princesa —giró la cabeza en mi dirección.

—¿Sí? —indagué.

—¿Lo harás? —asentí.

—Sí, lo haré —le mentí.

Le quitó el seguro a la puerta y esperé que fuera él quien me abriera para poder bajar. Ya afuera del auto tomé una larga exhalación y di un paso, sin embargo, la voz de Carson me detuvo de golpe.

—Hasta mañana, señora Graham. Descanse —me giré para verlo.

A él le sabía peor que a mí cuando me decía señora Graham.

—Hasta mañana, Carson —me regaló una bonita sonrisa que encendió mi corazón.

Entré a la casa y crucé el comedor. De reojo vi a Mark y me detuve. Me hizo una seña para que lo acompañara a cenar, aunque no tenía hambre, ya que había cenado con Beth y Carson horas antes.

Mala Costumbre 🦋 (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora