Mala Costumbre 🦋 (COMPLETO)

Capítulo 31. 🦋

Valerie

Recibí un mensaje de Carson avisándome que ya había instalado el micrófono en el despacho de Mark y que dejó las llaves en su lugar para que Elsie no se diera cuenta de que las había agarrado para entrar al despacho. Guardé el celular en el bolsillo de mis jeans.

—¿Pasa algo, señora? —preguntó Elsie.

—No pasa nada —le sonreí —. Todo bien. Ahorita regreso —me sonrió y le di la espalda para salir de la cocina.

Me encontré con Carson en la habitación y cerré bien la puerta. Temía que Elsie fuera a subir y me descubriera con Carson en la habitación. Por mucho que ella me apoyara no le iba a gustar verme con otro hombre en la habitación que compartía con mi esposo. Esos no eran sus principios.

—¿Todo bien? —le pregunté. Recargué la espalda contra la puerta y solté una exhalación.

—Todo perfecto —dijo. Metió la mano dentro de su saco y sacó un papelito del interior de su bolsillo —. Toma.

—¿Qué es eso? —Carson se acercó a mí y se detuvo a una distancia prudente. Leí el papel y venía anotada una dirección y una hora.

—Esa es la dirección del club donde vive la amante de Mark y la hora en la que puedes entrar —informó.

—¿Vive en este club? —Carson se rascó la nuca —. Dime la verdad, por favor.

—Es una de las niñas que compró para vender, pero decidió dejarla en su club. Sé que solo baila y que no permite que nadie la toque —asentí.

—Entiendo —apreté los labios —. Llévame ahí.

—¿Estás segura de que quieres ir? Es peligroso.

—Quiero ir, Carson. Quiero conocerla —insistí. Caminé hacia el closet y saqué un abrigo.

Hice el amago de girar sobre mis talones, sin embargo, Carson me impidió moverme porque lo tenía detrás de mí con esa mirada ensombrecida, las pupilas dilatadas y los labios ligeramente entre abiertos.

—Carson...—apoyé las manos en su pecho.

—¿Sí? —habló bajito.

—No te acerques de esa manera —le pedí. Una sonrisa coqueta tiró de sus labios hacia arriba y se veía demasiado sexy.

—¿Por qué? —indagó. Recargó las manos en las puertas del closet a la altura de mi cabeza.

—Me pones nerviosa —confesé. Me reí nerviosa al ver que se acercó lo suficiente cómo para que nuestros labios se rozaran a tan solo un suspiro de besarnos.

—Ah, ¿sí? —asentí —. No me hubieras dicho eso —me atrajo a su cuerpo con su mano en mi cintura. Me jaló hacia él y me llevó a la cama. Caímos juntos al colchón mientras me comía la boca a besos apasionados.

—Carson....—gemí sobre sus labios. Se colocó arriba de mí, cubriendo mi cuerpo con el suyo. Por instinto abrí las piernas y se acomodó en medio de ellas —. No me hagas esto.

—No estoy haciendo nada —desabrochó dos botones de mi blusa y se perdió en el valle de mis senos.

—Dios —gemí, cubriéndome la boca con una mano, mientras que con la otra agarraba el edredón con fuerza.

—Me parece una falta de respeto que nombres a otro hombre cuando te estoy besando los senos —me reí. Bajé la mirada hacia él y tomé su cabeza entre mis manos.

—Te quiero —le dije.

—Yo te amo —se inclinó hacia arriba para besarme —. Te amo cómo jamás podré amar a nadie. Te amo cómo nunca nadie te amará —me besó de nuevo.