Capítulo 6. 🦋

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Valerie

No me atrevía a salir de la habitación, tenía miedo de que Mark estuviera esperando afuera y se vengara por lo que intenté hacer anoche. Me podría justificar diciendo que estaba ebria, demasiado borracha cómo para pensar en lo que estaba haciendo, pero esa no era toda la verdad, porque sí quería matar a Mark, porque no pretendía ser la esposa perfecta cuando lo detestaba y lo único que quería era tenerlo lejos de mí.

No quería salir, pero moría de hambre y no me la iba a pasar todo el día encerrada en la habitación para no verle la cara al estúpido de mi esposo. Tampoco le iba a dar el gusto, debía saber que no le temía, bueno, le temía un poco, pero no lo suficiente como para detener toda mi vida por él, no le iba a dar ese gusto al bastardo.

Así que me armé de valor, ya duchada y vestida salí de la habitación mirando a cada lado del pasillo, este se encontraba desierto y no había señales de Mark. Di un paso fuera, cerré la puerta y caminé hacia las escaleras. Ni un rastro de Mark y su detestable existencia. Bajé las escaleras y caminé hacia la cocina, pero me detuve en seco cuando vi a Lorna detrás de la mesa, al verme me sonrió.

—Buenos días, Valerie —dijo —. El señor la espera en la terraza para desayunar.

Mierda.

—¿Cómo está el señor? —mi pregunta le sorprendió, pero no entendió porque lo preguntaba. Por inercia me sobé la mano con los dedos, recordando lo que había pasado horas atrás.

—Él está bien —me indicó seguirla y fui detrás de ella. Salimos a la terraza y me detuve una fracción de segundos al ver a Mark sentado en la cabeza de la mesa, con una mano sostenía la taza con café y con la otra una tablet donde leía el periódico.

—Buenos días, cariño —me sorprendió que no me llamara perra o zorra. La noche anterior estaba molesto y pensé que aún no se le bajaba el coraje —. Toma asiento, por favor —indicó sentarme a su lado —. Lorna —esta vez levantó la mirada hacia la mujer que esperaba de pie al lado de la mesa —. ¿Le puedes traer el desayuno a la señora? —Lorna asintió con la cabeza, giró en redondo y desapareció de mi vista.

Tomé asiento al lado de Mark y cogí la servilleta. Mark dejó la taza junto con la tableta a su lado izquierdo, me miró severamente y se limpió las comisuras de los labios, dejando la servilleta a un lado.

—No sé qué fue lo que te motivó a cometer tal estupidez cómo la de anoche —subió los codos a la mesa.

—¿En serio no sabes? ¿Quieres que te lo diga? —alcé una ceja.

—No me importa, Valerie —espetó —. Pero sé que no se va a repetir.

Hijo de...Dios.

—¿Cómo sabes qué no lo volveré a hacer? Puede que un día le ponga veneno para ratas a tu café —sus facciones eran serias, mi sonrisa se ensanchó ante su gesto de repulsión.

—Sé que no lo vas a hacer de nuevo porque si te atreves siquiera a pensar en la maldita posibilidad de repetir la idiotez de ayer, tu pequeña y noble hermanita pagará las consecuencias de tus estupideces, Valerie —me puse de pie violentamente. Golpeando la mesa con las palmas abiertas.

—Tú te atreves...—Mark se puso de pie también y golpeó la mesa con los puños, moviendo lo que había sobre la mesa.

—¡Y tú te atreves a hacerlo de nuevo y te juro que no tendré piedad por ella! No me conoces, Valerie, y tampoco quieres hacerlo. Puedo ser ruin y cruel si me lo propongo.

—¡Es una niña! —arrojé la servilleta sobre la mesa —. ¿Serías capaz de lastimarla? —Mark tomó asiento en su lugar como si nada, cómo si esta conversación no se estuviera llevando a cabo.

Mala Costumbre 🦋 (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora