En el instante en que Tom Hiddleston colgó el teléfono, se quedó sentado en la orilla de la cama, pensando acerca de lo que ocurrió ese día y se dio cuenta de que no valía la pena estar molesto con Luke, pues al fin de cuentas, era una situación que tenía solución a través del diálogo. Apoyó sus manos sobre las rodillas y se impulsó para levantarse, caminó directo hacia la puerta que conducía al pasillo y que a su vez lo guiaba a la salida, con la única intención de reconciliarse con su amigo y mánager. Dispuesto a ofrecer una disculpa, tocó la puerta un par de veces y esperó con inquietud a que esta fuera abierta, por su parte Luke se tomó el tiempo necesario para abrir, debido a que estaba empacando su ropa en las maletas que utilizó hace más de un mes.
—Hola. —saludó Luke.
—Hola. —Tom soltó un suspiro—. Hablé con Ann acerca de lo que pasó entre ustedes y al parecer ella se encuentra bien, así que, considero que no vale la pena estar distanciados.
—Sí, yo también pienso lo mismo, fue una tremenda estupidez, además, tú y yo somos amigos desde hace años, dudo que nuestra amistad sea fácil de romper.
—Sí, somos mejores amigos, ¿o no?
—Claro que sí.
Minutos después, ambos estaban sentados en la pequeña sala, bebiendo un par de cervezas. Sin embargo, Tom esperaba una muestra de arrepentimiento por parte de Luke, de igual modo quería que se disculpara con Ann, pero estaba consiente de que eso no sucedería, pues a veces Luke llegaba a ser un poco orgulloso y en ocasiones le era difícil cambiar de opinión respecto a un tema en concreto.
Por su parte, Luke reflexionó internamente, ya que decidió regresar a Londres cuanto antes porque no tenía razones para seguir en California, debido a que Tom estaría grabando las escenas de la película en el estudio durante el siguiente mes y medio, sin olvidar que no quería observar la cara de Ann Bellamy, a pesar de que su rostro era uno de los más hermosos en la industria del cine, incluso llegó a ser comparada con su compañera Scarlett Johansson, pues ambas actrices eran de la misma edad, sin lugar a dudas, Luke no toleraba para nada a Ann. Cualquiera pensaría que Luke era bastante injusto con la joven de veinticinco años, pero la verdad es que solamente el tiempo podría darle la razón a Luke o tal vez no.
—Tom, quiero avisarte que pasado mañana volveré a Londres.
—¿A qué se debe tu inmediato regreso? Creí que volverías la siguiente semana. —Tom advirtió su asombro a través de su tono de voz.
—Y así era, quiero aclarar que esto no es por Ann, pero sabes que nada me retiene en América. —reveló Luke, observando el envase de cerveza que reposaba en sus manos.
—Respeto tu decisión, amigo, espero que regreses con bien. —confesó Tom, rendido, pues sin importar lo que dijera, nada haría cambiar de opinión a Luke.
—Acerca de los regalos para tu familia, no te preocupes, yo puedo comprar algunos obsequios antes de irme. Volveré a California una semana antes de que comiencen las grabaciones en las locaciones, obviamente para organizar los vuelos y el hospedaje, no queremos que haya contratiempos.
—No, nadie quiere eso. —Tom bebió de un solo sorbo el último trago de cerveza.
A la mañana siguiente, Tom y Luke se encaminaron hacia la salida del hotel para esperar a Bradley, quien en ese momento llevaba unos cuantos minutos de retraso, sin embargo, en cuanto divisaron el automóvil de color azul marino acercarse a la acera, se sintieron despreocupados, pues creyeron que el actor se quedó dormido o algo parecido a un contratiempo de última hora.
Bradley detuvo el automóvil a escasos centímetros de Tom y Luke, este último abrió la puerta del vehículo y se dio cuenta de que Kathy estaba sentada en la parte trasera, justo detrás del asiento de Cooper, así que se quedó quieto un par de segundos, pensó que tal vez observó a un espectro, pero Tom logró sacarlo de ese estado en cuanto colocó una mano en su hombro.
ESTÁS LEYENDO
𝐓𝐨𝐝𝐨 𝖬𝗎𝗒 𝐵𝑖𝑒𝑛
FanfictionA lo largo de nuestra vida creamos a un personaje con base en nuestras carencias, de igual modo, escondemos un pasado que no queremos que sea descubierto, ya sea por miedo o vergüenza. Por las mañanas queremos ser como las joyas relucientes cuando e...