No te vayas

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Bradley esperó pacientemente a que alguien le abriera la puerta. Fue Kathy quien lo recibió con una mirada que demostraba satisfacción, pues Ann estaba dentro del camerino, compartiendo una taza de café con ella, acción que no era frecuente entre ambas, pero que solía disfrutar cada vez que se presentaba la ocasión.

—Hola, ¿quieres pasar? —Kathy señaló el interior del camerino con la mano y abrió la puerta por completo.

—Sí, quiero hablar con Ann. —Bradley entró con suma preocupación al camerino.

Ann, en cuanto escuchó su nombre, dejó la taza de café sobre la mesita que se encontraba frente a ella, se levantó del sillón y se acercó a Bradley con una sonrisita especial en el rostro.

—¡Hola, Brad! ¿Qué haces aquí? Faltan diez minutos para que inicien los ensayos. —Ann estaba a punto de darle un beso en la mejilla a Bradley, pero este desvío la cara con discreción. La actriz eliminó su sonrisa.

—¿Podemos hablar a solas? Quiero pregúntate algo. —pidió Bradley, rascando su cabeza en señal de frustración contenida.

Ann dirigió la vista hacia Kathy, quien observó la escena con extrañeza.

—Puedes dejarnos, por favor, Kat. —pidió Ann con una faceta de ansiedad, al mismo tiempo que frotó sus manos.

—Sí, te espero en el área de ensayos. —Kathy se apresuró a salir del camerino y cerró la puerta tras de ella. Ann colocó llave al picaporte para que ninguna persona pudiera entrar.

—Te escucho. —Ann caminó hacia uno de los sillones y tomó asiento.

—¿A qué juegas, Ann? Estás saliendo con Tom y no me lo contaste. —Bradley se cruzó de brazos.

—¿Él te lo dijo? —Ann ni siquiera se inmutó ante la pregunta de Bradley porque tenía la certeza de que aquella confrontación sucedería.

—Sí, él me lo dijo.

—No estoy jugando a nada. Tom y yo estamos saliendo, sí, pero no es nada formal. Si te sientes ofendido por esto, no deberías estarlo, lo que pase entre Tom y yo, es un tema que no te incumbe.

—Sí me importa. ¿Ann, por qué no me lo dijiste?

—Porque es un asunto mío, Bradley. Se trata de mi intimidad. —Ann se llevó la mano al pecho, mostrándose ofendida por la pregunta del actor.

—Y ayer me hiciste parte de esta mierda. —Bradley llevó las manos a sus caderas.

—Claro que no, lo que tenemos tú y yo, es aparte.

—¿Ann, te estás escuchando? ¿Qué es lo que planeas? ¿Salir con ambos? ¿Eso es lo que quieres?

Ann se quedó callada, no había pensado acerca de la motivación de sus acciones. Tampoco estaba segura de qué es lo que quería de aquellos dos hombres, pero sin duda, los estaba utilizando a ambos para llenar su vacío existencial. Sin poder evitarlo, prorrumpió en llanto. Ann bajó la mirada y enterró la cabeza en sus manos.

—¿Por qué me haces esto? ¿Por qué me estás culpando? Me estás haciendo sentir responsable. —Ann negó incontables veces, aun con la cabeza enterrada entre las manos.

Las palabras de Ann apenas y podían diferenciarse unas con otras. Ella estaba completamente alterada. Bradley la observó con enojo, pues sus cejas estaban fruncidas y el rostro lo tenía colorado como un tomate. Después de unos segundos de estar presenciando aquel drama barato, decidió hablar.

—¿Te acostaste con Tom?

—Eso a ti qué te importa. —dijo Ann entre lágrimas y sollozos, simultáneamente levantó la cabeza.

𝐓𝐨𝐝𝐨 𝖬𝗎𝗒 𝐵𝑖𝑒𝑛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora