Ella

94 8 0
                                    


Los días pasan con rapidez para las personas que viven en una ciudad tan ajetreada como lo es Manhattan, pues cuando menos lo notan, ya ha llegado el día viernes, el favorito por los ejecutivos y oficinistas debido a que inicia el fin de semana y pueden ir a casa a descansar.

La calle de Broadway siempre es un caos. Las personas andan de un lado a otro, corriendo con prisa y sosteniendo en sus manos un café cargado, proveniente de alguna cafetería local. El sonido de las ambulancias y las sirenas de las patrullas hace que sea imposible concentrarse en sus propios pensamientos.

Tom se encuentra en el teatro, ensayando sus diálogos en compañía del resto del elenco. Hasta ahora ya se ha acostumbrado al ritmo de la ciudad y ya conoce las diferentes rutas que puede tomar para llegar a su lugar de trabajo, o como él lo suele llamar, su nueva oficina.

Ann Bellamy no le ha quitado la vista de encima, pero se siente decepcionada, pues Tom solamente se ha acercado a ella para saludarla y despedirse cuando terminan los ensayos. A lo largo de la semana lo ha estado vigilando y se ha dado cuenta de que en varias ocasiones Tom se ríe frente a la pantalla. Ann supone que se trata de una mujer, pues reconoce la mirada enamorada de Tom, la misma que una vez le dedicó a ella, claro, hace quince años.

En uno de los descansos, Ann se acerca a Tom para hablar con él, quien permanece en el escenario, escribiendo un mensaje de texto.

—Los ensayos avanzan bien. —afirma Ann, deteniéndose a lado de Tom, quien levanta la mirada después de enviar un mensaje dirigido a Sweet.

—Sí, el elenco está muy comprometido con la obra y yo también. —responde Tom, guardando su teléfono en el bolsillo trasero de su pantalón.

—¿Estás contento?

—Por supuesto, siempre lo imaginé de esta manera. Además, el teatro es acogedor y me gusta estar aquí, me da una especie de tranquilidad. —responde Tom, mostrando una sonrisa al recordar un meme que le envió Sweet.

—Lo he notado. Desde hace días que tienes esa sonrisa. —exclama Ann, sonriendo de igual manera.

—¿Cuál sonrisa? —Tom frunce el ceño y niega con la cabeza.

—La misma que acabas de hacer. —responde Ann, inclinando la cabeza hacia adelante.

—Mi sonrisa ha sido la misma.

—No lo creo porque yo recuerdo que alguna vez... —Ann frunce los labios para autocensurarse.

—Alguna vez, ¿qué?

—Es el tipo de sonrisa que alguna vez me llegaste a dedicar. —Ann se encoge de hombros y cruza los brazos.

Tom borra inmediatamente su sonrisa y mira a Ann con tristeza.

—En realidad...

Ann interrumpe a Tom y vuelve a sonreír.

—Te informo que regreso a California, tengo asuntos pendientes que hacer, así que no te veré dentro de los siguientes dos meses, pero regresaré una semana antes del estreno de la obra.

—Espero que no sea una despedida definitiva. La última vez que te vi, no pude despedirme de ti. —responde Tom casi en un susurro.

—No lo es, pero no te preocupes, Todd Prescott se quedará aquí y el director de la obra es muy bueno en lo que hace. Me voy sin preocupaciones.

—¿Quieres ir a comer? Podemos buscar un restaurante por aquí cerca, aún tenemos cuarenta minutos de descanso. —Tom lleva la vista a su reloj de mano.

—Me encantaría. —Ann asiente con la cabeza, llena de emoción y esperanza.

Tom y Ann bajan del escenario y se dirigen a la salida del teatro, sin embargo, antes de salir, Hiddleston da un vistazo a las butacas para averiguar dónde está Luke, pero no logra verlo por ningún lado.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 10 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

𝐓𝐨𝐝𝐨 𝖬𝗎𝗒 𝐵𝑖𝑒𝑛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora