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Los primeros siete días no fueron nada agradables para Tom, pues al día siguiente después de su rutina de entrenamiento no podía levantarse de la cama, debido al dolor generado en la mayor parte de sus músculos. ¿Quién diría que volver al gimnasio después de la primera semana de prueba era pan comido?

Tom estaba adoptando una nueva costumbre y esta era levantarse a las cuatro de la mañana para beber su batido de avena con proteína, sin embargo Luke agregaba en secreto un par de pastillas –previamente trituradas– que contenían esteroides, esto lo hacía con la finalidad de ayudar a Tom a conseguir su objetivo. Posteriormente, Tom salía de su departamento y corría con rapidez para dirigirse al gimnasio, pues Mildred era muy exigente en la puntualidad.

Sin embargo, cada mañana, Tom pensó seriamente en renunciar al papel, debido a que sentía que no estaba lo suficientemente preparado, pues constantemente pensaba que había otros actores con una mejor condición física, probablemente muchos de ellos llevaban años de entrenamiento en el gimnasio, además de que su ánimo estaba por los suelos, pues aún no podía olvidar a Ann, debido a que la seguí recordando cada noche.

Cuando llegaba al gimnasio, Mildred ya lo esperaba, pues a ella no le gustaba perder el tiempo en tonterías, así que en cuanto Tom colocaba un pie en el lugar, la entrenadora le gritaba las indicaciones de cuáles serían sus rutinas de ese día. Sin embargo, esa mañana en específico Mildred lo presionó constantemente, pues al parecer ella no tenía tacto al momento de hablar, ya que contaba con un temperamento fuerte e imponente, pero en un momento dado, Tom le confesó a Mildred que no podía continuar.

—Ya no puedo. No puedo. —Tom dejó en el suelo el par de pesas de diez kilos que cargaba en cada mano.

—¿Qué? Disculpa, no escuché bien. —Mildred se puso a la altura de Tom, al mismo tiempo que colocó su mano detrás de la oreja.

—Ya no puedo, lo estoy intentando, pero no creo que pueda lograrlo, me siento presionado, no puedo dormir por las noches y no puedo evitar pensar en Ann. —Tom se pasó ambas manos por la cabeza, por su parte Luke dejó de leer los cómics en cuanto escuchó la petición.

No podía ser posible, Tom estaba teniendo otra crisis de desamor. Mildred apretó los puños debido a su molestia.

—Entonces no me hagas perder MI tiempo. —ella dio media vuelta para subir al área donde estaban las regaderas.

Tom abrió los ojos debido a la sorpresa, ¡wow, en realidad se estaba dando por vencido! Luke se levantó de la silla y persiguió a Mildred con rapidez.

—No lo dice en serio. Solo está cansado. —Luke puso ambas manos en señal de alto, provocando que Mildred detenga su andar—. Por favor, no, no renuncies. Esto es importante. Además, ya te pagamos por adelantado.

—Pues a tu amigo parece no importarle. Se lo dije desde el principio, yo quiero compromiso. Odio la oración "no puedo". Jamás. Nunca digas "no puedo" frente a mí. Si tu amigo no puede continuar, entonces no debería estar aquí.

Mildred habló en voz alta, provocando que todos los presentes en el gimnasio dejaran de hacer sus rutinas y se concentraran únicamente en Mildred y Luke, muchos de ellos no se sorprendieron ante aquella discusión debido a que estaba acostumbrados a la manera tan grosera y con poco tacto de responder de Mildred.

Por su parte, Tom escuchó aquello con sumo pesar. Llevó su vista al espejo de cuerpo completo y observó su rostro empapado de sudor. Sus ojos demostraban cierta tristeza y no lograba comprender qué le estaba ocurriendo, él nunca se daba por vencido y  mucho menos de esa manera tan repentina. En realidad, adoraba la actuación y su mayor meta era convertirse en un actor de renombre, donde las casas productoras pudieran tomar en cuenta su nombre al momento de querer escoger un actor para un papel en específico.

𝐓𝐨𝐝𝐨 𝖬𝗎𝗒 𝐵𝑖𝑒𝑛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora