Fin de semana

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Los músicos no se detuvieron durante un par de horas, posteriormente, siguieron una serie de dinámicas para celebrar la independencia de los Estados Unidos de América, y en las cuales los huéspedes participaron con ese sentido patriótico que caracterizaba a los americanos.

Tom y Ann se fueron a dormir a las dos de la madrugada, pues la actriz bebió media botella de vino, aunque todavía estaba consciente y podía mantenerse de pie, se sentía mareada a tal punto de que las paredes se deformaban. Tom se aseguró de que Ann se quedara en su habitación, dormida. Después, él fue directamente a su cuarto para descansar, o esto es lo que tenía planeado, pues recibió una llamada por parte de Luke.

—Hola, Tom. ¿Te desperté? —saludó Luke desde el otro lado de la línea.

—Hola, Luke. No, aún sigo despierto. —contestó Tom, abriendo la puerta de su habitación.

—¿Qué tal tu fin de semana?

—Mejor que nunca. Definitivamente ha sido perfecto. Le confesé a Ann que me gusta y ella me contestó que yo también le gusto. —Tom encendió las luces de la habitación y cerró la puerta.

Luke casi escupió el sorbo de té que acababa de beber; allá en Londres eran poco más de las nueve de la mañana y se encontraba desayunando, plácidamente, en su departamento ubicado en Doncaster. El mánager no esperaba escuchar aquello, pues era justamente lo que le pidió a Tom que no hiciera.

—Tom, dime, por favor que no hablas en serio. —preguntó con sumo temor, al mismo tiempo que se acercó a la ventana de su balcón para observar el cielo gris.

—Es en serio. Gracias al cielo que me atreví a hacerlo.

—Amigo, me alegro por ti, pero ¿qué va a pasar con el contrato? —Luke no sonó muy convencido de sus palabras.

—Descuida, Ann y yo hablamos acerca de formar una relación después de que terminen las grabaciones. Seremos discretos con eso.

—¿O sea que sí van en serio?

—Es lo que parece, ayer hablamos y estuvimos de acuerdo en que primero debemos conocernos.

—Espero que no se compliquen las cosas. Tom, debes ser precavido, recuerda que Ann es una actriz ya conocida y que los medios pueden entrometerse más de la cuenta. Si un fotógrafo les toma una foto juntos… serás crucificado y todo el mundo querrá saber lo que ocurre entre ustedes.

Tom arrojó un suspiro, desanimado, se dirigió a la cama para sentarse en el borde de esta.

—No me gustaría que eso pase. Quiero que esto sea privado.

—Eres una figura pública y ella también lo es. Tengan cuidado. Sabes cómo es esto.

—A veces no entiendo por qué mi vida tiene que ser expuesta frente a los demás.

—Porque se trata de intereses, negocios, dinero de por medio, y de vez en cuando se trata de morbosidad, además a las personas les encanta el chisme. Cuando eres un actor todo el mundo quiere saber de ti, así que los medios hacen la tarea de darle al público lo que quiere, en resumen: ver el mundo arder.

—Era una pregunta retórica. —dijo Tom entre risas.

—Okay, pues ya la respondí, aunque no era lo que querías, pero es lo necesitas escuchar.

—Por favor, no se lo digas a nadie.

—¿A tu madre tampoco?

—No, quiero hacerlo yo, en su momento, personalmente. Por lo mientras, esto es un pequeño avance de lo que podría pasar. —comentó Tom, recordando fugazmente a su madre.

𝐓𝐨𝐝𝐨 𝖬𝗎𝗒 𝐵𝑖𝑒𝑛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora